08 agosto 2021

Sealand - Reino Unido


Como ya vimos en la entrada anterior, a mediados de los años 60 numerosas radios piratas buscaban hacerse un hueco en las aguas sin ley que rodeaban las fortalezas de Maunsell, en el Mar del Norte, frente a las costas de Inglaterra. No todos podían ocupar alguna de las fortalezas del ejército, compuestas por hasta 7 plataformas interconectadas, así que muchos tuvieron que conformarse con los fuertes de la marina, bastante más básicos y sencillos.

Uno de esos fuerte era HM Fort Roughs o Roughs Tower, una plataforma antiaérea que la Royal Navy desplegó frente a la costa oriental de Inglaterra para hacer frente a las incursiones alemanas. La instalación estuvo ocupada por entre 150 y 300 efectivos de la Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial, pero al terminar la guerra, todas estas instalaciones dejaron de tener un propósito. En el año 1956, el personal destinado en esta fortaleza fue reasignado a otros destinos y al igual que otras fortalezas en Maunsell, quedaría abandonada a merced de los elementos.

Roughs Tower consiste básicamente en dos columnas huecas de hormigón unidas por un pontón de 550 metros cuadrados sobre el que se pueden asentar otras estructuras. Reposa sobre el banco de arena de Rough Sands, a unos 13 km de la costa de Suffolk. En el momento de su creación, este banco estaba fuera de la franja sobre la que el Reino Unido tenía soberanía, por lo que se consideraban aguas internacionales y fuera de su jurisprudencia.

Conscientes del vacío legal, Jack Moore y su hija, Jane, ocuparon la base en agosto de 1965 con la intención de establecer aquí la estación pirata Wonderful Radio London. Ese mismo año, un antiguo militar británico llamado Paddy Roy Bates se instaló en otra de las plataformas, Knock John, para fundar una emisora de radio pirata llamada Radio Essex. Estas emisoras eran una actividad muy perseguida, ya que ocupaban una parte del espectro de radio sin tener licencia para ello. La BBC tenía el monopolio de las ondas de radio en ese momento y la radio pirata era la única forma de llevar la música pop a las masas, el problema es que al gobierno no le hacían ninguna gracia estas emisoras fuera de su control a las que no podía censurar. Para esquivar el cerco legal a sus operaciones, en 1966 Bates cambió el nombre de la emisora a Britain’s Better Music Station, pero poco después se vería obligado a cerrar por falta de fondos.

En 1967, Bates se trasladó con su mujer y sus dos hijos a la plataforma de Roughs Tower. Tras expulsar a otros piratas, el comandante Paddy Roy Bates por fin contaba con toda la infraestructura necesaria para retomar sus emisiones. Sin embargo, Radio Essex (o BBMS) jamás llegó a emitirse, ese mismo año, una nueva ley prohibía específicamente la emisión desde plataformas marinas como la de Roughs Tower.

Lejos de conformarse, Roy Bates decidió dar un giro completamente inesperado a su vida: el 2 de septiembre de 1967, coincidiendo con el 38 cumpleaños de su esposa Joan, Roy Bates declaraba la independencia del Principado de Sealand. De este modo, obsequiaba a su mujer con el título de "Princesa de Sealand" ante el completo estupor de las autoridades británicas.

Roy Bates, junto con su esposa (Joan) y sus dos hijos (Penelope y Michael) izan la bandera del Principado de Sealand en 1967

Roy Bates:

Para comprender mejor el carácter de nuestros protagonistas, es necesario profundizar algo más en la figura del patriarca. Roy Bates luchó en la Segunda Guerra Mundial en la división de los Royal Fusiliers, donde según sus palabras: "disfrutó mucho la guerra". Tras la guerra, Roy fue comerciante de ruedas, dueño de una cadena de carnicerías, importaba caucho y vendía algas a floristas de Nueva York. Un día, meditaba en el tren camino del trabajo, Roy se dio cuenta de que estaba harto de su rutina, quería acción, sentirse vivo... así que decidió entrar en la refriega de las radios piratas.

En aquella época los fuertes eran una región candente, a menudo estallaban violentas luchas entre estaciones competidoras por hacerse con su control; nada que asustase a Roy, un soldado condecorado al que le había estallado una granada en la cara en alguna ocasión.

Inicialmente se instaló en Knock John, donde otro pirata diría de él: "Roy fue un retroceso, debería haber nacido en la época de la primera reina Isabel y haber navegado con Drake. Si alguna vez hubo un verdadero bucanero, ese fue Roy"

Poco después, su hijo Michael abandonaba la escuela para ayudarle en sus escaramuzas contra otros rivales. A base de refriegas que incluían disparos y cócteles Molotov la familia se abrió paso hasta Roughs Tower, otro fuerte aun más lejano que quedaba completamente fuera de los límites marítimos de Gran Bretaña. En teoría, su intención a largo plazo era convertir el fuerte en algún tipo de empresa lucrativa, algo como un casino internacional o una estación de televisión independiente.

Roy Bates y su esposa Joan
Sealand:

El Principado de Sealand, erigido sobre dos enormes pilares en las turbulentas aguas del Mar del Norte, es la micronación más pequeña y más importante del mundo, influyendo en multitud de personas de todos los continentes que siguiendo su ejemplo, declararían su dormitorio, vecindario o terreno en disputa como un país propio y soberano. Aunque no se trataría del primer caso, Sealand es probablemente el ejemplo más conocido de "micronación", territorios autoproclamados como estados independientes sin ningún tipo reconocimiento oficial salvo el de otras micronaciones.

Este estado de hormigón y metal no tiene un sólo milímetro cuadrado de tierra firme. Su territorio se limita a un cochambroso pontón que se apoya sobre dos herrumbrosos pilares. En total son unos 4.000 metros cuadrados de espacio habitable, todo ello rodeado por las frías aguas del Mar del Norte. Ubicado en espacio internacional y técnicamente fuera del control de Gran Bretaña o de cualquier otro país, Sealand se encuentra a caballo entre un experimento excéntrico y una entidad legal de definición incierta.

Bandera de Sealand

Comienzos convulsos:

En 1968, un barco de la Marina entró en aguas de Sealand para reparar una boya de navegación cercana a la plataforma. Michael Bates (el hijo de Paddy Roy Bates) decidió dar un susto a los trabajadores realizando varios disparos de advertencia desde su fuerte. Como súbdito británico que era en ese momento, Bates fue inmediatamente citado ante un tribunal en Inglaterra para declarar por sus actos. Paradójicamente, el tribunal dictaminó que la plataforma estaba fuera de los límites territoriales británicos, a más de 6 kilómetros de la costa más cercana, por lo que no era asunto suyo: "Éste es un incidente de capa y espada tal vez más propio de los tiempos de Sir Francis Drake, pero es mi dictamen que los tribunales británicos no tienen jurisdicción"

Como era de esperar, los Bates interpretaron esta sentencia como una prueba de que el Reino Unido reconocía su soberanía de facto. Hoy en día, su reivindicación de soberanía se sigue apoyando en estos mismos argumentos.

Roy Bates se vino arriba y en 1975 comenzó a introducir otros elementos que definirían la identidad de Sealand: una constitución, una bandera nacional, un escudo, un himno, una moneda oficial (el dólar de Sealand). Poco después también comenzarían a emitir pasaportes, sellos, títulos nobiliarios... La micronación llegaría a tener hasta una selección de fútbol.

Un dólar de Sealand

Microguerras:

Roy Bates tenía grandes aspiraciones para Sealand, a mediados de los 70 un grupo de belgas y alemanes se habían ofrecido a hacer negocios con él. Los alemanes estaban liderados por Alexander Gottfried Achenbach, un ex comerciante de diamantes que quedó prendado al conocer Sealand, a la que definió como "la última gran aventura del siglo XX".

Achenbach se convertiría, entre muchos otros títulos, en ministro de Relaciones Exteriores de Sealand y junto a sus socios alemanes redactaron una constitución, numerosos decretos legales y abrasaron a embajadas de todo el mundo con solicitudes de reconocimiento diplomático. Los desconcertados embajadores preguntaron al gobierno británico qué estaba pasando y recibieron siempre la misma respuesta: "lo mejor es ignorar a los Sealanders".

Sin embargo, su entusiasmo era contagioso y sus planes grandiosos. Roy y sus nuevos socios planificaron la creación de más fuertes marítimos conectados con Sealand y que albergarían casas de cambio, oficinas de correos, tiendas libres de impuestos, un casino, farmacias, helipuertos, hoteles, apartamentos, una refinería de petróleo, un salón y "quizás" una cafetería.

En agosto de 1978, Roy y su esposa viajaron a Salzburgo (Austria) para reunirse con Achenbach y ultimar algunos de sus planes. Mientras tanto, Michael estaba trabajando solo en el fuerte cuando vio como aterrizaba un helicóptero... La reunión resultó ser una maniobra de distracción, aprovechando que Roy y su esposa estaban en tierra firme, Alexander contrató un grupo de mercenarios alemanes y holandeses que se presentaron en la plataforma con lanchas rápidas, embarcaciones de recreo personales y helicópteros, dispuestos a dar un golpe de microestado.

Michael fue golpeado y encerrado en una habitación durante una toma de poder orquestada por Achenbach y ejecutada por un abogado de 34 años llamado Gernot Pütz. Tras la pertinente paliza, Michael pasaría 3 días encarcelado en un camarote mientras se abrigaba malamente con una bandera de Sealand.

Mercenarios haciendo guardia tras de la invasión de 1978, en segundo plano Gernot Pütz

"En un momento dado, me dejaron salir a cubierta, pero terminé peleándome con ellos", relataría Michael, “Ataron juntas mis manos, codos y rodillas, me levantaron y dijeron: 'Vamos a tirar a este bastardo por la borda'. Pero finalmente me arrojaron de vuelta a la habitación y me dejaron allí atado”.

Finalmente, los captores dejaron a Michael en un bote, que terminó en los Países Bajos. Sin dinero ni pasaporte, un capitán comprensivo ayudó a Michael a regresar a Inglaterra, donde se puso en contacto con sus comprensivos padres:

"¿Cómo has podido tirar el trabajo de nuestras vidas?" le preguntó su madre entre lágrimas.

"¿Qué has hecho para resolver la situación?" gritó enfadado Roy.

La familia rápidamente decidió que la única respuesta posible era recuperar el fuerte. Reunieron a sus amigos más turbios, algunas armas y reclutaron a un amigo piloto de helicópteros. El plan era volar hasta el fuerte, hacer rappel por cuerdas y retomar el Principado por la fuerza. Al amanecer descendieron del cielo, dispararon una escopeta recortada a modo de aviso y arrojaron a los golpistas al calabozo. "Uno no sirve siete años en el ejército sin aprender algo" afirmaría un orgulloso Roy.

Se creo un tribunal para juzgar a los invasores, la mayoría de los conspiradores fueron liberados, pero como Pütz tenía pasaporte de Sealand, sus acciones fueron consideradas alta traición. Fue hecho prisionero hasta que pagase una multa/fianza de 75.000 marcos alemanes y obligado a lavar los baños y hacer el café. "Tiene suerte..." dijo Joan "En Gran Bretaña, la gente puede ser fusilada por alta traición".

Viendo que las cosas se salían de madre, Alemania reclamó a Reino Unido la liberación del prisionero, pero las autoridades británicas se escudaron en la decisión judicial de 1968 para justificar que no era asunto suyo. La crisis diplomática se volvió tan grave que Alemania envió a un diplomático de su embajada en Londres (un tal Dr. Neimoller) para negociar la liberación de los rehenes. Tras seis semanas de duras negociaciones, Roy Bates accedió a liberar los prisioneros no sin antes jactarse de que la visita de ese diplomático "cadavérico y de tez cetrina” suponía un nuevo reconocimiento de la soberanía de Sealand por parte de la República Federal de Alemania. Una muesca más en su culata con la que se cumplirían todos los requisitos establecidos en la Convención de Montevideo para una nación soberana. 

Roy y su hijo Michael

Tras ser repatriados, Achenbach y Gernot Pütz establecieron un gobierno en el exilio, una versión oscura del Principado, que persiste hasta el día de hoy. No se me ocurre un cargo más patético que ser el gobierno alternativo en el exilio de la micronación más pequeña de mundo, pero si necesitas contratarlos se hacen llamar Gobierno Rebelde de Sealand en Alemania.

Reconocimiento:

En 1987, el Reino Unido amplió sus aguas territoriales de 3 a 12 millas náuticas (de 6 a 22 km), con lo que Sealand se encontraría desde entonces en aguas territoriales británicas. La reacción de Sealand no se hizo esperar, ellos también ampliaron sus aguas a 12 millas.

Según los expertos, hay pocas posibilidades de que Sealand sea reconocido como una nación debido a que es una estructura artificial, completamente hecha por el hombre. En 1990 una sentencia en los Estados Unidos (y su posterior apelación de 1991) fallaron en contra de permitir el registro de barcos con bandera de Sealand.

Independientemente de su estatus legal, Sealand es administrado como si fuera una entidad soberana: Roy Bates se autodenominó "Prince Roy", su esposa sería la "Princesa Joan" y su hijo era conocido como "Su Alteza Real el Príncipe Michael". 

Aunque ya no viven allí, la familia Bates ha mantenido su control sobre el fuerte hasta hoy en día, ya sea frustrando los planes de la Corona para volar la plataforma, evitando intentos de invasión o logrando victorias burocráticas, como la sentencia por la que Roy no tenía que pagar impuestos al sistema nacional de salud mientras vivía en el fuerte.

Sealand tiene el récord Guinness a "la región más pequeña que ha reclamado el estatus de nación". Su lema es "E Mare Libertas" (Desde el mar, libertad) y aparece en sellos, pasaportes, monedas, y es el título del himno de Sealand. El himno es instrumental, no tiene letra, y fue compuesto por el londinense Basil Simonenko.

Además de hacer himnos, monedas, etc... Sealand tenía un lucrativo negocio emitiendo títulos nobiliarios y lo que el Consejo de la Unión Europea denomina "pasaportes de fantasía", que no son válidos para viajes internacionales.

Michael Bates, actual regente de Sealand

Pequeñas naciones, grandes complicaciones

El 15 de julio de 1997, el modista italiano Gianni Versace salía de su mansión en Miami Beach cuando Andrew Cunanan, un prostituto de 27 años, lo acribilla a tiros en los escalones de la entrada. Andrew había matado previamente a otras cuatro personas en cuatro estados diferentes. Tras 8 días de persecución, la policía consiguió localizar a Andrew en una casa flotante en la que había convivido con Versace en el pasado; cuando llegaron allí, Andrew ya se había suicidado. Tirado en el suelo de la barcaza-vivienda encontraron un pasaporte de Sealand, por lo visto, Andrew Cunanan utilizaba con frecuencia este documento y circulaba en un coche con placas diplomáticas del principado.

Michael Bates leía con preocupación la noticia en el periódico desde su domicilio en el condado costero de Essex, en el sureste de Inglaterra. Él y sus padres, ya jubilados, aparecían relacionados con el asesinato de Gianni Versace...

La policía de Miami descubrió que el propietario de la casa flotante era un ciudadano alemán llamado Torsten Reineck que estaba siendo buscado por la policía de su país. Torsten era dueño de un spa en Las Vegas famoso por sus orgías, se relacionaba con la alta sociedad y no dudaba en mostrar su pasaporte de Sealand así como numerosas placas diplomáticas que llevaba en su coche. Durante el interrogatorio por el asesinato de Versace, Reineck afirmó ser cónsul de Sealand y exigió inmunidad diplomática.

Los Sealanders habían emitido alrededor de 300 pasaportes a lo largo de los años, pero solo a compatriotas de confianza, la mayoría trabajadores de la base. Las autoridades pronto determinarían que la familia Bates no tuvo nada que ver con el asesinato de Versace, sin embargo este caso era la punta de un iceberg mucho más grande... la micro-nación estaba siendo utilizada en una serie de estafas salvajes por todo el mundo.

Asesinato de Versace en Miami

En 1997, la familia Bates revocó todos los pasaportes de Sealand, incluidos los que ellos mismos habían emitido durante los 22 años anteriores; quizás fue demasiado tarde, quizás era inevitable, el caso es que amparada por la aparente legitimidad de Sealand, había aparecido una red internacional dedicada a la venta de pasaportes falsos. 

La conexión Madrid-Sealand:

El 4 de abril del año 2000, un almeriense de 46 años llamado Francisco Trujillo Ruiz se preparaba en su despacho en el 210 del Paseo de la Castellana, Madrid, para conceder una entrevista a un corresponsal de un diario ruso sobre sus deberes como funcionario de alto nivel del gobierno. Trujillo era dueño de un club de flamenco y había sido guardia civil hasta que fue expulsado del cuerpo por robo y allanamiento; el periodista acababa de encender su grabadora cuando un grupo de agentes de la Guardia Civil irrumpió en la oficina. Los guardias rodearon a Trujillo en su escritorio y le explicaron que estaba bajo arresto.

Trujillo Ruiz estaba desconcertado, al verse rodeado, sacó un pasaporte y reclamó inmunidad diplomática. Los agentes no tenían derecho a estar allí, dijo, ya que se encontraban en un espacio fuera de la soberanía de España: su oficina era el consulado de Sealand en España. El pasaporte era aparentemente legítimo así que los oficiales tuvieron que hacer varias consultas para ver cómo gestionar la situación. Pronto se confirmó que Sealand no era miembro del Área Schengen de Europa, por lo que arrestar a Trujillo Ruiz no violaría ninguna ley internacional. Lejos de ser un diplomático, Trujillo Ruiz fue uno de los cabecillas de una red de estafadores que operan en todo el mundo. Finalmente fue arrestado por fraude, falsificación de documentos y usurpación.

Poco después del arresto de Trujillo, los agentes localizaron otras dos “embajadas” de Sealand en Madrid, una de ellas ubicada en una oficina que administraba diversas salas de bingo. En las redadas se incautaron al menos 20 pasaportes diplomáticos falsos, cientos más de pasaportes en blanco y 2.000 documentos oficiales, así como dos vehículos (un Volvo y un Mercedes) con matrículas diplomáticas de Sealand, que en más de una ocasión habían circulado por Madrid escoltados por la policía española.

Cuando los investigadores le preguntaron sobre los pasaportes falsos, Trujillo Ruiz admitió que habían sido fabricados en Alemania. Trujillo había vivido allí una temporada y trabajó en una empresa de productos químicos, Isopol, donde supo de la existencia de Sealand. En esta empresa trabajaba para un hombre llamado Friedbert Ley, que había creado su propia web de Sealand en 1998. Friedbert le pidió a Trujillo que estableciera una sucursal española.

Mientras tanto, el padre de Trujillo Ruiz, que comparte el mismo nombre, contemplaba estupefacto el bochornoso espectáculo de su hijo: "Que mala suerte darle mi nombre a un idiota tan grande". La investigación sobre las actividades delictivas de su hijo supuso el bloqueo de la cuenta bancaria de su padre y contribuyó a su posterior divorcio. “Sabía que este asunto de Sealand no iba a salir bien”, dijo el anciano Trujillo Ruiz. “Estoy convencido de que lo usaron, él no es capaz de lograr algo así. No es muy inteligente". Los alemanes habían visitado una vez al joven Trujillo Ruiz en España y parecían ser una mala influencia para él, dijo el padre; no es una idea descabellada considerando que algunos de los responsables de la estafa estaban conectados con el sombrío gobierno en el exilio de Sealand. Supuestamente, Alexander Achenbach, fue el ideólogo de toda la red de documentos fraudulentos; aunque no se le imputó ningún cargo por falta de pruebas.


Pasaportes de fantasía

No hay glamour en esta historia y el primer caso que destapó toda la trama en España no es una excepción. Sucedió en una gasolinera de Madrid, en noviembre de 1999. Un cliente había tratado de estafar a la gasolinera, cuando llegó la Guardia Civil, el cliente mostró un pasaporte diplomático de Sealand y solicitó inmunidad y ser absuelto de cualquier cargo.

En lugar de eso, la Guardia Civil decidió hacer otra cosa, tirando del hilo dieron con toda una banda que falsificaba pasaportes sealandeses. Más de 60 personas operaban en una supuesta embajada española de Sealand ubicada en Madrid que comercializaba los pasaportes por Internet a un precio medio de 6.000 dólares. Al parecer habían conseguido vender más de 160.000 pasaportes, especialmente en países del este de Europa y China.

Los pasaportes no eran la única fuentes de ingresos de esta red de estafadores, la venta de tarjetas de nacionalidad y títulos universitarios supuestamente emitidos por el Principado de Sealand, era otro filón. Los clientes llegaban a pagar entre 9000 $ y 55000 $ dependiendo del documento, y eran libres de utilizarlo para cualquier propósito. Los documentos se vendían desde una web (www.principality-sealand.net) infinitamente más accesible que la web oficial que había creado Michael Bates, el "auténtico" príncipe de Sealand (www.fruitsofthesea.demon.co.uk/Sealand).

Mientras tanto Michael Bates, al que ya habían avisado de la existencia de esta web, se desesperaba: "Nos están haciendo un daño tremendo. Escribí a la página española pidiendo explicaciones y alguien que aseguraba tener conexiones con el rey Juan Carlos I me respondió diciendo que estaban preparando un libro sobre Sealand".

Michael Bates

Los investigadores analizaron la web y descubrieron que las estafas asociadas con el papeleo falso de Sealand involucraban a otras 80 personas por todo el mundo. Además, según Interpol, distintos grupos de delincuentes habían utilizado este edén imaginario para perpetrar delitos por todo el globo... 

  • Un "embajador itinerante" utilizó documentos falsos de Sealand en un intento de adquirir 1.600 automóviles.
  • En Eslovenia, en 1997, fueron decomisados varios pasaportes de Sealand empleados para lavar dinero procedente del tráfico de drogas.
  • En Albania, a los autores de un fraude bancario se les intervinieron varias tarjetas diplomáticas de este microestado.
  • Las credenciales de Sealand se vendieron a numerosos contrabandistas de hachís marroquíes.
  • La red llegó a vender más de 4.000 pasaportes falsos en Hong Kong por 1.000 dólares cada uno. 
  • Los cabecillas de la banda incluso habían negociado con miembros de la mafia rusa para comprar tanques, helicópteros, bombas, misiles y municiones, a través de una empresa fantasma con sede en Sealand. Su intención era revender las armas a Sudán, que estaba bajo un embargo mundial por sus vínculos con el terrorismo.
  • ¿Insuperable? -Sujétame el cubata- Un churrero de Madrid, si de los que hacen churros, fue acusado de solicitar un crédito de 20 millones de dólares en una sucursal bancaria madrileña para la compra de dos aviones Boeing. Para ello empleó como aval del préstamo 200 nóminas falsas de otros tantos funcionarios que afirmaban trabajar para Sealand.

En la actualidad, el Principado ofrece una forma legítima de convertirse en ciudadano de Sealand: La familia Bates vende títulos reales, un negocio oficial cuyas ganancias se destinan únicamente a financiar las iniciativas honestas del verdadero gobierno de Sealand. Los precios varían desde los 45 $ para convertirse en barón hasta los 735 $ para ser duque.

Sealand hoy en día:

El 23 de junio de 2006, la plataforma superior de la Torre Roughs se incendió debido a un fallo eléctrico. Un helicóptero de rescate de la Royal Air Force trasladó a una persona herida al hospital de Ipswich, mientras un remolcador local trataba de extinguir el fuego.

Incendio de 2006

En enero de 2007, The Pirate Bay, intentó comprar Sealand después de que las leyes de derechos de autor en Suecia los obligaran a buscar una base de operaciones en otro lugar. Entre 2007 y 2010, Sealand se puso a la venta a través de la inmobiliaria española InmoNaranja, por un precio inicial de 750 millones de euros.

El 9 de octubre de 2012, Roy Bates pasaría al otro reino... Tras varios años atormentado por el Alzheimer, Roy murió a la edad de 91 años. Joan Bates, la esposa de Roy Bates, murió en un asilo de ancianos de Essex a la edad de 86 años el 10 de marzo de 2016. 

Desde 1999, Michael Bates es el príncipe regente y jefe de estado de Sealand. Actualmente vive en Suffolk, desde donde regenta un negocio familiar de pesca de berberechos y almejas llamado Fruits of the Sea. Michael ya solo realiza viajes intermitentes al fuerte, pero Sealand siempre está ocupado por al menos un cuidador armado, para que no se repitan los intentos de invasión de su belicosa historia. En una conferencia sobre micronaciones organizada en 2004, Sealand estuvo representado por James, el hijo de Michael Bates, por lo que es lógico pensar que será su sucesor.

A pesar de la polémica con los pasaportes, a finales de 2016 las solicitudes de ciudadanía se dispararon, tras el triunfo del Brexit en Reino Unido y de Donald Trump en EEUU, se recibieron miles de solicitudes de ciudadanía. Además de las almejas que Michael Bates exporta al mercado español, Sealand también obtiene ingresos como hosting de internet. El espíritu romántico con el que Roy Bates obsequió a su esposa con un título de princesa parece haber dado paso al negocio puro y duro: La web de Sealand tiene en su esquina superior derecha un carro de la compra en el que se puede adquirir desde un llavero hasta un título nobiliario de Lord o Lady por 34 euros. Cincuenta años después de su creación, Sealand sigue muy vivo y con sueños de grandeza; en palabras de Michael: “Hemos sido un país por más tiempo que Dubai”

Proyecto arquitectónico para "New Sealand"

Yo quiero saber qué fue del gobierno rebelde:

El gobierno en el exilio también sigue siendo fuerte, liderado por el primer ministro Johannes WF Seiger desde que una enmienda constitucional transfiriera el cargo de Achenbach en 1988. El grupo se ha vuelto aún más extraño y oscuro bajo el reinado de Seiger; su filosofía está inspirada en el misticismo ario, los ovnis y la búsqueda de una extrama energía similar a la Fuerza denominada Vril.

Seiger ha sido investigado por numerosos asuntos turbios relacionados con transferencias financieras y de tierras, y desde hace años se encuentra en un litigio para recuperar las armas nucleares y químicas que el gobierno alemán "ilegítimo" le quitó. Consultado por varios periodistas, Seiger solo mostró interés en ponerse en contacto con Donald Trump, cancelando cualquier contacto o declaración cuando veía que sus interlocutores no podían satisfacer sus demandas.

+ info: Sealand - El Español - Narratively - Xataka