11 abril 2022

Ciudades Fantasmas Vol. V - Ordos Kangbashi y las ciudades fallidas

El proyecto urbano Meixi Lake en las afueras de Changsha (Foto: Unborn Cities por Kai Caemmerer)

Al pensar en una ciudad fantasma es frecuente imaginarse un asentamiento que vivió épocas mejores y que por algún motivo cayó en desgracia, muchas de estas ciudades conservan la arquitectura de épocas pasadas, como si fuesen un diorama o una postal. Sin embargo en Asia, y muy especialmente en China, abundan las ciudades fantasmas modernas, enormes desarrollos urbanísticos sin estrenar que nunca llegaron a despegar, sitios impersonales y sin historia que jamás conocieron tiempos mejores...

En Occidente es muy común que la población comience a poblar un territorio (muchas veces de forma dispersa) y con los años, esta población ya asentada demande un mayor desarrollo urbanístico (carreteras, servicios, etc...). En Asia, sin embargo, es bastante habitual inverso, en el que la planificación precede a cualquier demanda por parte de la población; allí es posible encontrar ciudades terminadas y completamente urbanizadas que sin embargo permanecen vacías durante años. 

Asia tiene algunas de las regiones más superpobladas del planeta, no es de extrañar por lo tanto que el urbanismo necesario para dar cabida a tanta población sea muy distinto al que solemos practicar en Occidente. A nivel nacional, China cuenta con más de 700 millones de residentes urbanos, una cifra que se espera alcance los 1.000 millones en 2030. Como es lógico, muchos de los mayores planes urbanísticos del mundo se desarrollan aquí, muchos prosperan, otros en cambio no llegan a despegar. Ya sea por cambios en las dinámicas económicas y sociales o porque no logran seducir a sus habitantes, el caso es que estas ciudades fallidas dejan un cadáver de hormigón y metal que nos permite imaginar cómo será el mundo cuando ya no existamos.

Chenggong, en la oriental provincia de Yunnan

Las "ciudades fantasmas chinas" son famosas en el mundo entero, incluso han llegado a ser un nicho de mercado para cierto turismo urbex morboso; sin embargo, estas desoladas urbes suponen un problema creciente para el gigante asiático:
  • China alberga algunas de las ciudades más caras del mundo en cuanto al mercado inmobiliario. Si analizamos las diez ciudades en las que la vivienda es más inaccesible (mayor precio respecto al salario medio), siete de ellas son chinas.
  • Los inversores de China han encontrado en el mercado inmobiliario una alternativa más segura que el volátil mercado bursátil. Sumado a esto, muchas familias invierten en propiedades para casar a sus hijos: de hecho, estas propiedades son clave en las negociaciones matrimoniales entre familias.
  • Más del 20% del parque inmobiliario de China está actualmente sin ocupar; a diferencia de otros países estas viviendas no pertenecen a los bancos, la mayoría son de particulares que ya tienen una propiedad y tratan de especular con este emergente mercado.
  • Los precios desorbitados unidos a la especulación inmobiliaria han terminado por espantar a millones de personas incapaces de acceder al mercado para comprar su primera vivienda. Cada vez son menos las familias que pueden incorporarse a este mercado; en 2013 el porcentaje de primeros compradores cayó un 48%, un descenso que continuó en años posteriores... 
  • A pesar de que este escenario horroriza a los dirigentes chinos, nadie se atreve a pinchar la burbuja. Alrededor de una quinta parte del PIB de China está ligado al mercado inmobiliario y los temores ante cualquier cambio (como un impuesto a la propiedad) pueden desembocar en una crisis que arrastre a toda la economía.

Teniendo todo esto en cuenta, resulta más fácil entender algunas de estas ciudades fantasmas: muchas son desarrollos urbanísticos demasiado caros, demasiado alejados del centro o demasiado desamparados para resultar atractivos, y que por lo general tan solo consiguen vender viviendas a especuladores que ni se plantean vivir en semejante páramo.

Ordos Kangbashi:

A la hora de hablar de ciudades fantasmas chinas es casi obligatorio mencionar a Ordos Kangbashi. Situada cientos de kilómetros al oeste de Pekín, en los áridos desiertos del interior de Mongolia, esta gigantesca ciudad ha sido considerada durante años la ciudad fantasma más grande del mundo. Para entender el aparente sinsentido de esta ciudad debemos retroceder a sus orígenes ¿Cómo apareció esta descomunal ciudad en Mongolia, una de las regiones más deshabitadas del planeta? 

Edificios inconclusos en Ordos Kangbashi

A principios de la década de los 2000s, el Gobierno chino descubrió importantes depósitos de carbón en esta región. Mongolia es un sitio inhóspito, especialmente el desierto del Gobi, donde la densidad de habitantes es la menor del mundo, poco más de 1,5 hab./Km. Esto no frenó al gobierno chino,  siempre largoplacista, que fieles a su política de "construye primero, que ya se poblará después", decidieron levantar la ciudad de Ordos Kangbashi, un inmenso núcleo urbano inicialmente diseñado para albergar más de un millón de habitantes. La construcción de esta metrópolis, más grande que la mayoría de las capitales españolas, se completó en tan solo dos años: empezó en 2001 y finalizó en 2003. 

No obstante, poco después de terminarla, el futuro de Ordos Kangbashi, se complicó debido a la crisis económica, que causó una caída significativa en el precio del carbón, el principal motor de la ciudad. La ciudad no lograba atraer a los habitantes, que no veían ningún incentivo por el que irse a vivir al desierto. Ordos Kangbashi tardó años en recuperarse, pero en el año 2009, los precios del carbón habían vuelto a subir, impulsando de nuevo el mercado inmobiliario en Kangbashi. Poco después explotó la burbuja inmobiliaria, y los condominios de Kangbashi, que habían llegado a costar unos 1.200 dólares por metro cuadrado, perdieron de nuevo gran parte de su valor.

Una "tranquila" avenida en Ordos Kangbashi

Sin embargo, actualmente la urbe está experimentando un crecimiento vertiginoso: las viviendas antaño vacías se han vendido, se han comenzado a construir nuevos edificios residenciales, hay zonas en el centro en las que se pagan hasta 2.300 dólares por metro cuadrado... Este milagro se debe en gran medida a una política maquiavélica, pero sin duda efectiva, por parte de las autoridades locales. La historia (muy resumida) sería la siguiente:

Al igual que en otros países desarrollados, el progreso se estanca en China: el número de licenciados crece cada año mientras el empleo disminuye. Existe un sentimiento pesimista respecto al futuro y muchos padres temen que sus hijos vivan en peores condiciones de las que ellos disfrutaron. Esto estimula una gran competitividad entre los denominados "padres tigres", muchos de ellos harán lo que sea para asegurarse de que sus hijos parten con ventaja respecto a otros niños.

La educación es pública en China; el gobierno no tolera bromas con este tema, no quiere interferencias externas ni ámbitos que queden fuera de su control. Además, las regulaciones respecto a los distritos escolares son muy estrictas, los padres que quieran enviar a sus hijos a una escuela concreta deben ser propietarios de una vivienda dentro del mismo distrito.

Diferenciarse en un país obsesionado con la igualdad, en el que no existen otras opciones educativas, no resulta sencillo, muchos padres optaron por recurrir a las tutorías para complementar las clases del colegio que les había tocado. Los llamados "niños pollitos" (en honor a las infusiones de sangre de pollo, un remedio tradicional chino que aportaba salud y energía al paciente) terminaron viendo como sus tardes se nublaban con tutorías interminables.

Diferenciarse en un país en el que todos los padres compiten encarnizadamente por el futuro de sus hijos tampoco es sencillo. Al cabo de unos años, entre el 75 y el 92% de los niños chinos asistían a clases adicionales, una media de 3 a 4 horas diarias en las que se reforzaban matemáticas, inglés y chino. Estas clases terminaron por ser "obligatorias" si no querías que tu hijo se quedase atrás, y suponían un gasto familiar superior a los 1300 euros, la quinta parte de los gastos medios de un hogar.

El museo de Ordos Kangbashi, tan desolado como sus calles, pretende replicar las dunas del desierto del Gobi

El gobierno chino detectó que estas tutorías eran una fuente de tensión económica que se traducía en desigualdades educativas en función del poder adquisitivo, así que decidió cortar el asunto de raíz regulando con extraordinaria dureza este tipo de tutorías. El gobierno local de Ordos también detectó algo: los padres tigre harían cualquier cosa por sus hijos, lo cual les permitía usar la educación como medida de presión para modelar sus ciudades. 

Los funcionarios municipales trasladaron a Ordos Kangbashi algunas de las mejores escuelas de la cercana ciudad de Ordos. Inmediatamente, los profesores tuvieron que mudarse a la nueva ciudad (inicialmente atraídos por sus precios bajos). Al no existir otras alternativas, los padres que quisieran acceder a estos codiciados colegios debían poseer una vivienda en el distrito; pronto los padres tigre comenzaron a adquirir viviendas disparando los precios de las propiedades e incentivando nuevas inversiones.

Hasta el peor de los desiertos se puede poblar si sabes apretar la tecla adecuada. Hoy en día, Ordos Kangbashi ya no es considerada una "ciudad fantasma", en 2020, a pesar de la pandemia de covid-19, el gobierno local autorizó la construcción de nuevos condominios por primera vez en ocho años. El ejemplo de esta ciudad nos obliga a replantearnos la definición de las ciudades fantasma en China, quizás solo sean ciudades que no llegaron a nacer y que esperan desiertas a que llegue su momento, quizás sean nuestras prisas las que nos hacen ver fantasmas donde no los hay... 

+ info: Xataka - RT

Nueva Ciudad de Jingjin

Existen decenas de ejemplos por toda Cina en los que estas ciudades frustradas no han acabado de despegar. Algunas tienen un final feliz, como Nuevo Área de Zhengdong, en Henan, que a pesar de sus problemas iniciales parece que está logrando salir adelante; otras parecen estar estancadas como en el caso de Ordos, mientras que otros muchos proyectos comienzan a deteriorarse antes de llegar a ser habitados. 

En China se estiman unos 65 millones de viviendas vacías y ninguna zona está a salvo, ni siquiera las que forman parte de los mayores planes urbanísticos del mundo. Éste es el caso de Jingjinji, una idea con la que el gobierno chino planeaba crear una megaciudad que albergase a más de 110 millones de habitantes mediante la unión de Pekín (Jing), Tianjin (Jin) y Hebei (conocida tradicionalmente como Ji).

Expectativas vs Realidad en Jingjinji

Jingjinxincheng (Nueva Ciudad de Jingjin), está a una hora en coche de Pekín y a 50 kilómetros al norte de Tianjin. La entrada a la Nueva Ciudad de Jingji simula el Arco del Triunfo de París, una costumbre muy extendida que veremos más adelante al hablar de la copytectura. Este desarrollo urbanístico abarca unos 17 kilómetros cuadrados (casi como Ceuta) y fue pensado inicialmente para convertirse en el hogar de más de medio millón de personas; iba a ser el motor de toda esta región sin embargo, actualmente se marchita sin llegar al 9% de la ocupación esperada.

El gobierno local junto a una inmobiliaria (Hopson), comenzaron la construcción de este proyecto en 2002. Cuatro años más tarde, en 2006, el gobierno otorgó decenas de licencias en toda la zona de desarrollo y comenzaron varios proyectos urbanísticos que perseguían no solo atraer a residentes, sino también convertirse en la segunda vivienda de quienes vivían en las grandes ciudades. 

La Ciudad Nueva de Jingjin fue pensada como una especie de copia china del sueño americano: casas con jardín, huerta y embarcadero que accedía a un pequeño canal en la parte trasera de los inmuebles, un reclamo aparentemente apetitoso para unos propietarios que nunca llegaron. Tampoco la prometida revalorización de las propiedades consiguió atraer a los compradores; actualmente verjas oxidadas, puertas derribadas y muros derruidos dan fe de la baja calidad de los materiales y la falta de mantenimiento en todo el complejo. En palabras del último guarda de la entrada principal: “aquí no viven ni los fantasmas”.

Un triste epílogo para una historia que apenas se empezó a escribir. A pesar del lamentable estado que presentan la mayoría de las viviendas construidas (la mitad de las 8.000 proyectadas), todavía hay hoteles operativos que sobreviven como pueden gracias a la celebración de convenciones y banquetes de boda. 

Yujiapu

El espejo en que se miran muchas de estas ciudades "no nacidas" es Nuevo Área de Pudong, en Shanghai. A principios de la década de los 90, el Consejo de Estado decidió desarrollar la región de Pudong situada al este de Shanghai, y en 1993 fundó "Nuevo Área de Pudong". Este proyecto fue considerado un fracaso en sus inicios; sin embargo, la acción gubernamental, que obligó a los grandes bancos estatales a mover sus sedes allí y a facilitar créditos a los proyectos de desarrollo inmobiliario, consiguió reflotar la situación. Hoy en día es la imagen más característica de Shanghai y uno de los centros económicos más importantes de toda Asia.

Nuevo Área de Pudong, en Shangai. Una arriesgada apuesta con un final feliz.

Yujiapu es uno de tantos complejos surgidos a raíz de este ejemplo, conocido como el Manhattan chino, este desarrollo urbanístico pretendía convertirse en el centro económico de Tianjin; sin embargo hoy en día languidece semidesierto y con un futuro muy incierto. 

La zona económica de Yujiapu se encuentra 90 kilómetros al sur de Jingjinji, en la Bahía de Bohai. Con un presupuesto de entre 20.000 y 39.000 millones de Euros, en este barrio se quiso construir a imitación de la isla neoyorquina de Manhattan. Su apertura estaba prevista para 2014, pero los problemas de financiación y la ausencia de compradores han retrasado las obras hasta la actualidad. Los edificios ya terminados permanecen cerrados, apenas hay tráfico y en la ciudad no vive casi nadie, sus pocos residentes no son optimistas: “los precios de las casas en la zona cada vez son más caros, a pesar de que aquí no hay nada; ni tiendas, ni restaurantes, ni escuelas u hospitales. Siguen construyendo, cada vez más despacio, pero todo sigue vacío”

Distrito financiero de Yujiapu (Foto: Nic Lehoux)

La falta de oportunidades en las que invertir ha hecho que cada vez más chinos vean la vivienda como un negocio con el que ganar dinero rápido. Una muestra de esto es la cada vez mayor diferencia entre las grandes y pequeñas ciudades, ya que la los precios no dependen de la demanda si no de la supuesta revalorización de los inmuebles. Lo único importante es que el dinero circule, en una rueda que involucra a gobiernos locales, promotores, empresas constructoras e inmobiliarias y finalmente a los compradores, que confían en volver a poner sus casas en el mercado a un mayor precio. En los últimos años, el precio de la vivienda en las ciudades de primer y segundo orden ha experimentado un crecimiento cercano al 30% interanual.
Es sin duda un juego peligroso en el que si uno solo de los escalones falla, todo se desmorona ...y eso es precisamente lo que pasó en la ciudad conocida como "Cinco Continentes":

Xingyao Wuzhou "Five Continents"

El mayor exponente de la corrupción, las deudas millonarias y el engaño a propietarios y compradores lo podemos encontrar a 30 kilómetros del centro de Tianjin, en el distrito de Jinnan. Tianjin es una de las regiones más prosperas y con mayor crecimiento de China, una ciudad moderna impulsada por el mayor puerto del norte de China en la que la arquitectura juega un importante papel.

La impresionante Biblioteca Binhai en Tianjin es un gran ejemplo de este crecimiento vertiginoso y de los gigantes con pies de barro que origina. Proyectada por la compañía holandesa MVRDV, se trata sin duda de un edificio impresionante, pero debido a las prisas por estrenarla no se creó ningún sistema para acceder a los estanterías superiores; a día de hoy son un decorado inútil en el que solo están los lomos de los libros con un fin decorativo.

Biblioteca Binhai en Tianjin (Foto: MVRDV)

Dentro de este frenesí constructor, en 2006 se presentó el proyecto denominado "Cinco Continentes". Bajo el eslogan "el mundo es tuyo", consistía en una fantasía barroca de algo más de 16 kilómetros cuadrados a las afueras de Tianjin con diseños arquitectónicos de todo el mundo, recreaciones a escala de los puentes más famosos, campos de golf, el centro comercial más grande de Asia, la mayor instalación cubierta de esquí de todo el mundo y numerosas villas rodeadas de canales.


Una ciudad global en miniatura que se promocionó como "la mayor obra de la primera década del siglo XXI". Cientos de propietarios compraron sobre plano algunos de los inmuebles proyectados y poco antes de 2008 comenzaron a entregarse las primeras casas; sin embargo en 2012 el proyecto se abandonó y actualmente “Cinco continentes” son solo dos (Norteamérica y Eurasia).

El Grupo Yao, junto al gobierno del distrito de Jinnan, acordaron llevar a cabo el que sería "el mayor proyecto urbanístico de China". A pesar de que el área fue designada como zona de “desarrollo prioritario”, pronto aparecieron los escándalos y las acusaciones de sobornos que acabarían con varios políticos del gobierno local en la cárcel.

Expectativas

El principal problema fue que el Grupo Yao carecía de la liquidez necesaria y los derechos de explotación del complejo comenzaron a pasar de mano en mano hasta que en 2012, volvieron al Grupo Yao, y éste se declaró en suspensión de pagos abandonando el proyecto. 

Hoy en día no queda casi nadie, no hay trabajo y tan solo resisten un puñado de propietarios que no tienen dónde ir y algunos guardas de seguridad que vigilan un paisaje desolador de edificios vacíos, casas devoradas por la maleza, cables colgando, socavones en la calzada...

Quienes compraron las casas sobre plano lo hicieron a 637 euros el metro cuadrado, en cuatro años se suponía que iban a valer cuatro veces más. Hoy en día no se pagan más de 332 Euros con lo que algunos propietarios han quedado atrapados por una hipoteca que no pueden pagar. Hay casi 500 denuncias de residentes y trabajadores por estafa e impagos que aún están pendientes de resolución. 
Realidad

Muchos expertos afirman que la burbuja inmobiliaria china acabará estallando con dramáticas consecuencias, otros en cambio afirman que se trataría de tensiones lógicas en el proceso de reconversión del modelo económico que aun experimenta toda China.

Pero, volviendo de nuevo a la realidad del ciudadano de a pie... ¿Qué tiene de malo vivir en una ciudad prácticamente deshabitada mientras cuente con todos los servicios necesarios?

Jardín forestal de la ciudad de Qiyi

Para quienes vivimos en grandes ciudades, la idea de residir en una ciudad plenamente equipada pero sin los inconvenientes de la masificación puede resultar tentadora, una mega-urbe sin atascos, sin colas, sin contaminación... Por desgracia, un lugar deshabitado degenera muy rápidamente, la falta de mantenimiento o de cuidados hace que proyectos como el jardín vertical de Chengdu, una copia de un premiadísimo proyecto arquitectónico en Milán, acaben convertidos en una descuidada jungla inhabitable.

En 2018, la idea de vivir en un edificio eco-friendly, rodeados de plantas exóticas resultaba muy tentadora para los habitantes de Chengdu, una de las ciudades más contaminadas de China.
Todo empezó con un proyecto diseñado por el arquitecto Stefano Boeri, responsable del Bosque Vertical de Milán, el primer prototipo de edificio residencial cubierto con más de 700 árboles y 20.000 plantas. Dos torres con un total de 113 apartamentos que los chinos quisieron replicar a lo grande.

Para abril de 2020 se habían vendido los 826 apartamentos del complejo del jardín forestal de la ciudad de Qiyi. Cada terraza tenía hasta 20 tipos de plantas debían filtrar la contaminación del aire y el ruido de la ciudad... 

El problema es que la mayoría de estas viviendas se compraron con una intención claramente especulativa tras una campaña promocional en la que se prometía una revalorización inmediata. Finalmente, solo 10 familias se mudaron al complejo. Los jardines de todos los demás vecinos crecieron sin control, afectados por plagas, invadiendo todo espacio colonizable y creando el caldo de cultivo perfecto para los mosquitos.

En Chengdu, la vegetación sin control ha terminado por devorar los apartamentos, actualmente es un paraíso para los mosquitos en el que a duras penas resisten 10 familias