23 agosto 2024

El Túnel del amor - Ucrania

El denominado "túnel del amor" no es técnicamente un túnel, se trata más bien de un famosísimo tramo de vía ferroviaria de unos tres kilómetros en el pueblo de Klevan, una localidad de pocos habitantes, rodeada de zonas boscosas,25 kilómetros al noroeste de la ciudad de Rivne. Se trata de una de las maravillas "naturales" más conocidas y fotografiadas en Ucrania, un país recientemente azotado por la guerra.

La vía de tren se construyó a principios del siglo XIX para abastecer la fábrica de madera contrachapada Odek, en el pueblo de Orzhiv, Cada día los trenes transportan abedules de toda Ucrania hasta la fábrica donde se transforman en paneles de madera contrachapada. Una vez procesados, los paneles se cargan en contenedores y son transportados al nudo ferroviario de Klevan. En Klevan los contenedores se unen a la red ferroviaria principal y se distribuyen por los mercados del oeste de Europa.

Los trenes de la fábrica Odek, en el pueblo de Orzhiv, recorren el "túnel del amor" varias veces al día, dependiendo de la madera que tengan que transportar. 

En este tramo de unos 3 kilómetros, el ferrocarril atraviesa un denso bosque que engulle las vías formando un túnel vegetal a medida de los convoyes lo atraviesan. Esta galería vegetal empieza a escasos cien metros de la fábrica y a pesar de no tener ningún cuidado específico, el continuo paso de los trenes la mantiene perfectamente podada. El tráfico de los trenes ha dado forma a este curioso pasaje, y a su vez, su gran éxito ha llenado la vía de turistas que dificultan en muchas ocasiones la circulación de los trenes.

Antes de la guerra los turistas llegaron a ser un problema para los maquinistas que tenían que mantenerse especialmente alerta en este tramo de vía. Muchas guías recomiendan visitar la vía de madrugada si se quiere sacar alguna foto en la que no salgan numerosas personas paseando por la vía y se ha llegado a reportar algún accidente puntual como el atropello de una turista japonesa de 38 años que fue arrollada por el tren rompiéndose la cadera.

El túnel no tiene ningún tipo de protección oficial ni guardabosques, pero cuenta con unos vecinos que lo defienden con uñas y dientes. Hace unos años la fábrica Odek cortó varios árboles que dificultaban el paso de las locomotoras, esto dio lugar a una inmediata reacción de los paisanos que convocaron varias protestas; desde entonces no se ha vuelto a tocar ni un solo árbol.

La leyenda del Túnel del Amor

A pesar de que la vía de un tren industrial privado no suena especialmente romántico, son muchas las parejas que acostumbran a pasear por estas vías en los intervalos en que no pasa el ferrocarril. Según la leyenda local, las parejas que recorren este tramo redescubren el amor y tendrán una relación duradera, motivo por el cual recibe su nombre de "El Túnel del Amor".

Este "túnel" es tremendamente popular en Ucrania y numerosas parejas de recién casados acuden hasta aquí para tomar sus fotos de boda, especialmente durante la primavera y el verano, cuando el tramo está cubierto por un colorido y denso follaje. En otoño el pasaje se tiñe de colores naranjas y la vía se cubre con las hojas que se desprenden de los arcos, lo cual también tiene su atractivo decadente.


El Túnel del Amor cubre tan solo un tramo de los 5 kilómetros de vía ferroviaria que conectan la ciudad de Klevan con Orzhiv, el resto de la línea esta descubierta, pero la indiscutible belleza de este pasaje formado por arcos vegetales ha dado pie a varias leyendas. Los 3 kilómetros que están cubiertos por las plantas son conocidos como la Milla Verde (Green Mile) y a pesar de ser fruto de la industrialización, proporcionan una atmósfera mágica y bucólica que permite sentirse en contacto con la Naturaleza

La Guerra

El "túnel del amor" se encuentra en la línea Kovel-Rivne, uniendo las poblaciones de Klevan y el pueblo de Orzhiv  a una distancia de siete kilómetros. Cerca Orzhiv, la línea se divide en dos ramales, uno lleva a Klevan y el otro conduce a una base militar secreta de la época de la Guerra Fría. Los árboles que hoy en día forman este onírico paisaje no son en realidad un bosque silvestre, si no que fueron plantados deliberadamente a lo largo de la vía para ocultar el transporte de material militar. Hoy en día la base militar parece seguir activa a juzgar por la intensa actividad que muestran las imágenes satélite.

A pesar de la incesante guerra en Ucrania y de los numerosos bombardeos rusos sobre objetivos civiles, el túnel parece que aun resiste. Al estar lejos de las zonas fronterizas, esta región se ha librado de los ataques rusos; sin embargo, el aeropuerto de la cercana ciudad de Rivne fue atacado nada más comenzar la guerra. Cerca de esta región se encuentra también la ciudad de Zhytomyr, donde el ejercito ruso ha bombardeado una central eléctrica. De momento el pequeño pueblo de Klevan no parece un objetivo estratégico y este peculiar túnel permanece intacto en un país devastado en el que más de 2,5 millones de personas han huido desde el inicio de la invasión rusa.

Las cuatro estaciones del Túnel del Amor





08 agosto 2024

Cataratas de Sangre - La Antártida

Las BloodFalls son unas extrañas cataratas rojo sangre en la Antártida

Thomas Grif (Griffith) Taylor fue el líder de un exitoso equipo que realizó los primeros mapas y análisis geológicos de la Antártida. Contratado por el capitán Robert Scott, Taylor participó en la "Expedición Terra Nova" (1910-1913) siendo uno de los pocos supervivientes.

Scott quería formar un grupo experimentado y designó a Taylor como responsable del servicio geológico y meteorológico de la expedición. En enero de 1911, Taylor lideró una expedición a la zona costera al oeste del Estrecho de McMurdo, una región entre los Valles secos de McMurdo y el Glaciar Koettlitz.

Los Valles secos de McMurdo

El estrecho de McMurdo fue descubierto en 1841 por el capitán James Clark Ross, quien lo llamó así en honor a Archibald McMurdo, teniente del HMS Terror (pero eso es otra historia). Se trata de una franja litoral de 4000 Km en el mar de Ross que limita al sur con una gran barrera de hielo de aproximadamente 55 kilómetros, al este con la Isla de Ross (donde se encuentra el monte Erebus, el volcán activo más austral de la Tierra) y al oeste con la cordillera Royal Society que se eleva 4200 metros sobre el nivel del mar.

Esta región se encuentra aproximadamente a 1300 kilómetros del polo sur, y pronto se convirtió en el punto de inicio preferido para los exploradores polares que intentaban alcanzar el polo sur. De hecho, hoy en día hay varias bases en esta zona y el estrecho sirve como una ruta de reabastecimiento para cargueros y aviones que aterrizan sobre las pistas de hielo flotantes. A pesar de lo remoto del lugar, se trata de un puerto muy contaminado debido a este intenso tráfico. 

La Base McMurdo en la actualidad

En noviembre de 1911, Taylor lideró una segunda expedición centrada en la región de Granite Harbour. Mientras tanto, Robert Scott partió en dirección al Polo Sur, en una carrera por llegar antes que la expedición del noruego Roald Amundsen.

La carrera hacia el Polo Sur

Se han escrito ríos de tinta sobre los aciertos y desaciertos de ambas expediciones; para no desviarnos mucho de la temática de esta entrada nos limitaremos a explicar lo que pasó con la expedición Terra Nova, entre cuyos integrantes estaba nuestro protagonista, Thomas "Grif" Taylor.

El 4 de Enero de 1912, Scott decidió continuar hacia el polo sur con solo 4 hombres: Edward Wilson, Henry Bowers, Lawrence Oates y Edgar Evans; el resto de la expedición regresó a la base. El 17 de Enero, el grupo logró llegar al polo sur, pero lo que encontraron allí les dejó helados. La expedición de Amundsen había llegado cinco semanas antes, y habían dejado una carpa y un mensaje en el que les informaban de que habían ganado la carrera. Desmoralizados y anímicamente hundidos, el grupo de Scott emprendió el regreso dos días después, pero jamás llegarían a su destino... Evans sufrió varias caídas y finalmente murió el 17 de febrero al pie del glaciar Bardmore.

El barco Terra Nova

Tanto el grupo de Scott como el de Taylor esperaban ansiosos la llegada del barco Terra Nova para escapar de ese infierno helado. Cuando por fin llegó, el médico Edward L. Atkinson, que estaba al mando de la expedición, decidió descargar los suministros que traía en lugar de partir hacia el sur con los perros para reunirse a Scott, tal y como estaba previsto. Después se encontró con Teddy Evans que estaba muy enfermo de escorbuto por lo que decidió quedarse para prestarle la atención médica que necesitaba. En su lugar mandó a Wright (un experimentado navegante) para encontrarse con Scott, pero el meteorólogo jefe Simpson declaró que necesitaba a Wright para trabajos científicos. Finalmente, Atkinson decidió enviar el 25 de febrero a Apsley Cherry-Garrard, quien sufría miopía y no fue capaz de llegar más allá del depósito de suministros One Ton, cercano a la base.

Mientras tanto Scott esperaba en el punto de encuentro sin entender qué demonios pasaba. Sin perros y con 670 km por desandar a través de la barrera de hielo de Ross, las perspectivas del grupo eran cada vez peores. El tiempo empeoró drásticamente mientras los integrantes del grupo sufrían congelación, ceguera de las nieves, hambre y agotamiento.

Scott, Wilson, Oates, Bowers y Evans en el Polo Sur, 18 de enero de 1912

El 16 de marzo, Oates prácticamente no podía andar, aun así hizo un último esfuerzo por salir de la tienda de campaña, se despidió con un: "...voy a salir fuera y puede que por algún tiempo" y se alejó rumbo a la nada para morir congelado.

Tras caminar otros 30 km, los tres miembros restantes montaron el que sería su último campamento. Al día siguiente una fuerte ventisca les impidió hacer ningún progreso,​ y en los siguientes nueve días, con los suministros agotándose, los dedos congelados, escasa luz y las tormentas azotando el exterior de la tienda, Scott escribió sus últimas palabras: "Última entrada. Por el amor de Dios, cuida de nuestra gente". Los tres exploradores murieron a tan solo 17 km de su destino, el punto One Ton.
Scott no ganó la carrera, pero su detallada y dramática crónica le convirtieron en todo un héroe nacional en su país natal (Reino Unido). ​


"Héroes de la Antártida" de Mecano

Ajenos a este trágico final, el grupo de Taylor esperaba ser recogido por el barco "Terra Nova" el 15 de enero de 1912, pero el barco no pudo llegar hasta ellos. El grupo esperó hasta el 5 de febrero antes de caminar hacia el sur; finalmente pudieron ser rescatados 13 días más tarde. Taylor partió de la Antártida en marzo de 1912 a bordo del Terra Nova, aun sin saber el terrible final del grupo de Scott.

Una vez a salvo, Taylor registró un macabro descubrimiento que había hecho durante una de sus expediciones. Lo que Taylor había descubierto era un glaciar de 54 km de largo (que hoy en día lleva su nombre) en el que fluían unas cataratas con un intenso color rojo que parecía ser ¿sangre? 

Las cataratas de sangre son fenómeno natural único en el mundo que destaca por su gran contraste entre la nieve blanca del glaciar Taylor y el peculiar color rojo de estas aguas.

Blood Falls

Las cataratas de sangre (o Blood Falls como las bautizó Taylor) han fascinado a geólogos y biólogos de todo el mundo desde el mismo instante en que se descubrieron. En la actualidad, algunos científicos creen que las cataratas de sangre y las formas de vida del glaciar Taylor también podrían aportar datos útiles para la búsqueda y la comprensión de la vida en otros planetas igualmente inhóspitos (como Marte).

Durante el último siglo se ha especulado mucho sobre el origen y causas de esta coloración. Al principio se creía que la tonalidad roja se podía deber a algún tipo de alga roja. Años más tarde (en 2017) un grupo de científicos empezaron a sugerir una alta concentración de óxido de hierro en las aguas.

Más recientemente, la Universidad Johns Hopkins publicó un estudio de Ken Livi, un científico del Departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales, en el que se emplearon potentes microscopios electrónicos de transmisión para examinar los sólidos presentes en distintas muestras de agua de las cataratas de sangre.

Lo que Livi encontró fue una gran cantidad fragmentos de hierro. Estas diminutas nanoesferas ricas en hierro se oxidan, tiñendo el agua de rojo. Esta es la primera vez que se detectan estas nanoesferas, pequeños objetos redondos, que equivalen a una centésima parte del tamaño de un glóbulo rojo humano, con unas características físicas y químicas únicas en el mundo.

Estas pequeñas nanoesferas además de ser ricas en hierro, también tienen otros muchos elementos químicos como el silicio, calcio, aluminio o sodio, y su proporción varía en gran medida. Al combinarse con el oxígeno, la luz solar y el calor, la composición química de estos elementos vuelve roja el agua salada del glaciar. 

Estas minúsculas partículas parecen provenir de microbios muy antiguos que abundan en las aguas del deshielo del glaciar Taylor. Llegados a este punto es inevitable acordarse de Lovecraft, quien fascinado por la Antártida, en 1931 escribió "En las montañas de la locura". En esta famosa obra, el protagonista, antes de iniciar su relato, advierte a los lectores sobre la Antártida, un continente "que no debe ser horadado por mano alguna, no vaya a ocurrir que se despierten horrores que no deben ser liberados" (los Antiguos). Un protagonista que por cierto, comienza su aventura en la antes mencionada Bahía McMurdo.

+ info: NatGeo