25 diciembre 2023

Isla de Navidad - Australia

Cien millones de cangrejos invaden las calles de Navidad

El 25 de Diciembre de 1643, el Capitán William Mynors de la "East India Ship Company", navegaba al mando de la Royal Mary, cuando avistaron una pequeña isla en el horizonte. La isla era conocida desde tiempos remotos por los navegantes malayos, pero para los europeos era todo un descubrimiento. En un alarde de originalidad, William decidió llamarla "Isla de Navidad" (oficialmente, Territory of Christmas Island). 

La isla es un pequeño pedazo de tierra de unos 135 km² en mitad del Océano Índico. Las poblaciones más cercanas serían Yakarta, la capital de Indonesia, situada 360 Km al norte y las Islas Cocos, a 975 kilómetros de distancia. Actualmente es un territorio externo de Australia sin autogobierno en el que viven unas 1843 personas (según censo de 2021) repartidas por 5 pequeños asentamientos: Silver City, Kampong, Poon Saan, Drumsite y Flying Fish Cove (La Colonia) que sería su capital administrativa.

El aislamiento geográfico de la isla y la escasa actividad humana han permitido el desarrollo de numerosa fauna y flora endémica de gran interés para científicos y naturalistas. La isla estuvo deshabitada hasta finales del siglo XIX, en consecuencia, muchas especies animales y vegetales se han podido desarrollar de forma independiente y sin interferencia humana. Actualmente dos tercios de la isla han sido declarados parque nacional y muchos la denominan la "Galápagos del Pacífico" por sus altos niveles de endemia y su valor ecológico y natural.

Durante la temporada de lluvias, las crías de cangrejo tiñen de rojo las costas de la Isla de Navidad

Historia

A pesar de que los navegantes ingleses y neerlandeses ya incluían esta isla en sus mapas desde comienzos del siglo XVII, el primer intento de explorar la isla no llegaría hasta 1857, cuando la tripulación de la HMS Amethyst trataría de coronar la cima de la isla. Esta primera expedición fracasó al encontrarse con unos acantilados inexpugnables.

En años posteriores el naturalista John Murray y los capitanes Maclear (HMS Flying Fish) y Pelham Aldrich (HMS Egeria) visitarían la isla para recoger muestras de especímenes biológicos y mineralógicos. Maclear descubrió un pequeño fondeadero en una bahía a la que llamo como a su barco: la cueva de los peces voladores. 

En 1888 se creó el primer asentamiento en esta misma bahía con el objetivo de recolectar madera y suministros para la industria de la cercana Isla de Cocos (a unos 900 Km al Suroeste); con el tiempo, este primer asentamiento se convertiría en la capital de la isla: Flying Fish Cove "The Settlement"

Flying Fish Cove, el primer y principal asentamiento de la Isla de Navidad

Ese mismo año se descubrieron yacimientos de fosfatos en la isla procedentes de la acumulación de organismos marinos muertos. A diferencia de otras islas de la zona, este fosfato no procedía del guano, por lo que se trata de un recurso finito y no renovable. Inmediatamente Reino Unido decidió anexionar la isla a sus territorios y comenzar la explotación de los fosfatos con trabajadores llegados de Malasia, China y Singapur (conocidos como coolies). La isla pasaría a formar parte de la llamada Colonia de los Estrechos y sería administrada desde Singapur... hasta que fue invadida por Japón durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras la guerra, Reino Unido ya no controlaba Singapur y Malaysia, por lo que la isla pasó a ser una posesión colonial inglesa. A petición de Australia, el 1 de octubre de 1958, el Reino Unido transfirió la soberanía de la Isla de Navidad a Australia, que pagó al gobierno de Singapur £2,9 millones en concepto de compensaciones por las pérdidas económicas que suponía prescindir de esta fuente de fosfatos. A pesar de esta indemnización, el gobierno de Singapur lleva reclamando la soberanía de la Isla de Navidad y las Islas de Cocos desde 1947.

La bandera de la Isla de Navidad fue la ganadora de un concurso para diseñar una bandera y un escudo de armas organizado en 1986. El diseño vencedor fue el de un vecino australiano que combina los colores verde y el azul para representar la tierra y el mar. En la mitad inferior izquierda aparece la constelación de la Cruz del Sur mientras que en el otro lado sale un contramaestre dorado (Phaethon lepturus fulvus), un pájaro tropical considerado un símbolo local. En el centro hay un disco dorado con un mapa de la isla

Migraciones humanas

A finales del siglo XX, dos tercios de la población local eran de origen chino, gran parte eran trabajadores que habían acudido a extraer el fosfato. Sin embargo a partir de los años 80 comienzan a llegar cientos de precarias embarcaciones con refugiados solicitantes de asilo. Estos migrantes llegan procedentes de países del centro y sudeste de Asia como Afganistán o Sri Lanka y originan una crisis migratoria que puso en serios aprietos al gobierno australiano.

A pesar de sus paradisiacas playas, Navidad no se caracteriza por su hospitalidad.

La respuesta del gobierno australiano fue una serie de medidas llamadas "Pacific Solution" y que se caracterizan por su tolerancia cero con los inmigrantes o los solicitantes de asilo. Hablaremos en detalle de estas políticas en la siguiente entrada de este blog sobre Nauru, pero básicamente consiste en encerrar en islas muy remotas a todos los refugiados que Australia no quiere en su país. Al igual que otras islas como Manus o Nauru, Navidad se convirtió en una isla-cárcel en donde los refugiados se volvían locos (de un modo bastante literal) esperando que los deportasen o los realojasen en otro lugar. 

Esta solución "pacífica" ha sido calificada como "inhumana" por la ONU y colecciona numerosas denuncias por violaciones de los derechos humanos. En 2015 un refugiado kurdo murió en las instalaciones de la isla de Navidad a pesar que el gobierno australiano había reconocido que necesitaba protección urgente. También se han denunciado abusos sexuales, casos de autolesiones y numerosos intentos de suicidio. En 2018 una familia iraní fue indemnizada con 100.000$ por las experiencias traumáticas que sufrieron durante su internamiento en esta isla.

Migraciones animales

Como decíamos en la introducción, la Isla de Navidad tiene gran importancia científica al ser un entorno aislado que ha evolucionado de forma independiente. Aquí habitan numerosas especies endémicas que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del mundo. Sin embargo desde que la isla empezó a ser colonizada muchas de estas especies se han extinguido. La Rata Maclear y la rata Bulldog se extiguieron cuando la isla empezó a ser habitada por los humanos, la musaraña endémica (Crocidura trichura) no ha sido vista desde mediados de los años 1980 por lo que también se la considera extinta y el murciélago de la Isla de Navidad (Pipistrellus murrayi) también ha desaparecido. Actualmente el único mamífero endémico que se conserva es el zorro volador de la isla de Navidad (Pteropus natalis).

Para frenar el progresivo deterioro del ecosistema y preservar esta gran diversidad biológica, gran parte de la isla está declarada parque nacional por el Departamento Australiano de Medio Ambiente y Patrimonio. Además sus habitantes tienen en gran estima a la fauna local, algo que se puede observar cada año durante la migración del cangrejo rojo (Gecarcoidea natalis).

Carretera cortada para dejar paso a la migración del cangrejo rojo

Haciendo justicia a su nombre, todos los años la isla se cubre de color rojo para celebrar la Navidad. Se trata de la migración anual del cangrejo rojo, un espectáculo único en el mundo en el que unos 100 millones de cangrejos se desplazan hasta el mar para desovar.

El cangrejo rojo de la isla de Navidad (Gecarcoidea natalis) es una especie endémica de la isla de Navidad y las islas Cocos. Su migración comienza en la época húmeda, cuando bajan desde la selva hacia el litoral para aparearse; después las hembras deben esperar hasta la siguiente luna llena para depositar sus huevos en el mar.

Unos meses después, las larvas que han logrado sobrevivir a los depredadores marinos llegan a la tierra y comienzan el trayecto inverso hacia las montañas. En este viaje deberán esquivar a la hormiga loca, su principal depredador, para poder establecerse en los bosques de sus antecesores. Y así cada año...

La Isla de Navidad se tiñe de rojo en la época de lluvias

Este fenómeno que ha sido descrito como una de las maravillas del mundo natural, se repite todos los años alrededor de noviembre, después del inicio de la temporada de lluvias y en sincronización con el ciclo lunar. Durante la migración, los cangrejos se desplazan con toda su lentitud y torpeza desde el interior de la isla (un bosque tropical de difícil acceso) hasta las costas escarpadas en las que pondrán sus huevos. 

A pesar de lo masivo del evento, los habitantes de Navidad son bastante tolerantes y respetuosos con sus necesidades y les habilitan aceras especiales, cortan carreteras y preparan pasos elevados para que los cangrejos puedan cruzar los obstáculos y barreras artificiales. En respuesta, los cangrejos van a lo suyo y no molestan más de lo necesario, rara vez se meten en los hogares y en los últimos años apenas se reportan atropellos o accidentes.

Un paso elevado de 5 metros de altura para cangrejos

La relación entre humanos y cangrejos no siempre ha sido tan cordial. Hace años, muchos de estos cangrejos eran atropellados al cruzar las carreteras y en algunos casos sus exoesqueletos podían perforar los neumáticos de los coches causando accidentes. Sin embargo desde hace unos años, los guardaparques locales se desviven para garantizar que los cangrejos puedan migrar de forma segura desde el centro de la isla hasta el mar. En los caminos más transitados se ponen barreras de aluminio llamadas "cercas de cangrejo" que guían a los crustáceos hacia pequeños pasos subterráneos llamados "rejillas de cangrejo" que les permiten cruzar los caminos con seguridad. 

Es triste reconocerlo pero en la Isla de Navidad, que con su nombre debería ser todo un símbolo de la caridad cristiana, los cangrejos migrantes reciben mejor trato y consideración que los humanos inmigrantes.

16 diciembre 2023

Pozo Superprofundo de Kola - Rusia

Aspecto actual de las instalaciones del pozo superprofundo de Kola

Recientemente, China ha anunciado la excavación de un agujero inmenso en el desierto de Taklimakan, el desierto más grande de China. No se trata de un agujero cualquiera, previsiblemente superará los 11.000 metros de profundidad, atravesará más de 10 estratos continentales y llegará hasta capas que se remontan al período cretácico, entre los 66 y los 145 millones de años de antigüedad.

Este proyecto se enmarca en los esfuerzos de China por mejorar su capacidad de exploración del subsuelo y su conocimiento de la corteza terrestre. Previsiblemente, esta perforación arrojará valiosa información sobre la geología y los recursos naturales de la región, además los datos que se obtengan podrían ayudar a ampliar nuestro conocimiento sobre la historia de la Tierra y sobre los distintos fenómenos geológicos que han sucedido en esta región. Sin embargo, como suele pasar en estos casos, la curiosidad científica no es la única motivación...

El pozo está ubicado en el interior de la cuenca del Tarim, conocida por albergar grandes reservas de petróleo y gas natural. Se trata de una zona muy difícil de explorar debido a su entorno hostil pero en la que es muy probable que existan depósitos de hidrocarburos profundos, estas formaciones suelen localizarse por debajo de los 5.000 metros en áreas marinas y océanos (donde las gruesas capas de roca hacen muy difícil su explotación) o en cuencas sedimentarias profundas (como es este caso).

El proyecto, liderado por la corporación petroquímica estatal Sinopec, tendría dos propósitos: "la investigación científica y (oh sorpresa!) encontrar gas y petróleo". Para lograr el segundo objetivo cuenta con el respaldo de la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), la mayor empresa de crudo y gas del país y una de las mayores del mundo.

Boca del pozo Taklimakan, en China. (LI XIANG/XINHUA VIA GETTY IMAGES)

Al leer esta noticia es inevitable acordarse del que a día de hoy sigue siendo el pozo artificial más profundo del planeta, el Pozo Superprofundo de Kola SG-3 (o Kola SuperDeep Borehole, KSDB).

Para entender esta titánica obra debemos remontarnos a la Guerra Fría: Estados Unidos y la Unión Soviética libraban un pulso tecnológico en numerosos frentes de batalla, quizás el más famoso sea la carrera espacial, pero ambas potencias compitieron en armamento, tecnología y ciencia en muchos otros campos. Esta competición, que supuso un innegable impulso para la ciencia, hizo que ambas administraciones dedicasen grandes cantidades de dinero a investigar no solo el espacio, si no también las entrañas de nuestro propio planeta.

A finales de los años 50, la "American Miscellaneous Society" se propuso llegar hasta el manto terrestre, una capa mayormente plástica del interior de la tierra sobre la que se desplazan los continentes. Esta capa es la mayor de las existentes en el interior del planeta, si el radio terrestre son unos 6378 kilómetros, casi la mitad (unos 3000 Km) corresponderían al manto.

Sin embargo la tarea no es nada sencilla, para acceder al manto hay que atravesar la rígida corteza terrestre, una capa relativamente fina (oscila entre los 6 km de la corteza oceánica hasta los 35 km de la corteza continental) pero compuesta de dura y fría roca. Abrirse paso a través de la corteza terrestre en el fondo oceánico es inviable, por lo que la única opción era cavar un agujero de unos 54 km de profundidad en algún estrechamiento de la corteza continental. Por ponerlo en escala, sería como construir el mayor rascacielos del mundo (el Burj Khalifa) pero hacia abajo, 65 veces, uno tras otro...

Andrija Mohorovičić en un sello de Croacia. Mohorovičić creó el servicio de meteorología de Croacia y la escuela de sismología de Zagreb. Tiene un cráter en la cara oculta de la luna en su honor y un asteroide.  

¿Y qué se le había perdido a la American Miscellaneous Society en estas profundidades? Pues básicamente buscaban la llamada "discontinuidad de Mohorovičić", el lugar en el que termina la corteza terrestre y comienza el manto. Este punto había sido calculado años antes por Andrija Mohorovičić, un sismólogo austriaco que al estudiar los terremotos se dio cuenta de que al alejarse mucho del epicentro, las ondas de un sismo llegaban separadas en dos o más tandas. Mohorovičić supuso que estas ondas se dividían al atravesar materiales distintos, primero llegaban las ondas que se viajaban por la rígida corteza terrestre y después, con cierto desfase, llegaban las ondas que se habían transmitido por un material más denso y profundo, el manto terrestre. Según sus cálculos, este cambio de capa se daba a unos 54 Km de profundidad, precisamente el tamaño del pozo que pretendía excavar la American Miscellaneous Society.

El proyecto recibió el nombre de Mohole y para ahorrarse varios kilómetros de excavación optaron por perforar el fondo del Océano Pacífico, donde la corteza terrestre era mucho más estrecha. En 1961 empezaron las primeras perforaciones de prueba frente a la costa de la isla Guadalupe, en México.​ Se perforaron cinco pozos, alcanzando el más profundo los 183 m bajo el fondo del mar, a unos 3.600 m de profundidad bajo el agua.

El barco CUSS I fue uno de los primeros del mundo capaces de perforar en profundidades de hasta 3.600 metros sin perder su posición.

Estas primeras pruebas fueron todo un éxito, no tanto por la profundidad del pozo como por el desafío que suponía horadar la profundidad del océano desde una plataforma sin ataduras. Sin embargo, el proyecto se volvió cada vez más caro y costoso. Pésimamente administrado, el Congreso de EEUU decidió retirarle la financiación en 1966. 

Si bien el Proyecto Mohole no tuvo mucho éxito, si que daría pie a posteriores proyectos de la National Science Foundation como el "Deep Sea Drilling Program" (Programa de Perforación Marina Profunda), el más reciente “M2M-Mohole al manto” que busca perforar el lecho marino en una zona del pacífico cuya corteza apenas mide seis kilómetros de grosor, o incluso propuestas más futuristas que apuestan por cápsulas capaces de auto-propulsarse hasta la discontinuidad de Mohorovičić fundiendo la corteza a su paso.

Mientras tanto, la Unión Soviética no iba a quedarse de brazos cruzados viendo como Estado Unidos la adelantaba en la carrera subterránea. El 24 de mayo de 1970 comenzó su propio proyecto en el noroeste de Rusia, en la península de Kola. Veinte años después Alemania se uniría a la carrera por el manto; sin embargo, tras perforar unos nada despreciables 9 kilómetros, abandonaron el proyecto dejando a Rusia sola en su exploración del inframundo...

Instalaciones exteriores del pozo superprofundo de Kola (KSDB) o SG-3, en Siberia.

La Unión Soviética se había propuesto llegar a los 15 kilómetros, y lo cierto es que estuvieron a punto de alcanzarlos. Tras 24 años perforando el escudo basáltico de la península de Kola, la profundidad del pozo llegó a alcanzar los 12.262 metros de profundidad y casi 23 centímetros de ancho. 

La idea inicial del proyecto soviético fue propuesta en 1962 y asignada al Consejo Científico Interdepartamental para el estudio de la Tierra (Межведомственный научный совет по проблемам изучения недр Земли и сверхглубокого бурения, para los amigos). Tras varios estudios, en 1965 se decidió el lugar de perforación: un punto con coordenadas 69°23′46.39″N 30°36′31.20″E, en la península de Kola (cerca de Noruega y Finlandia), en la región de Pechenga, a unos 10 km de la ciudad de Zapolyarny.

A diferencia de otros pozos profundos que se han hecho para buscar petróleo o por mera exploración, la finalidad del pozo de Kola era únicamente la investigación de la litosfera en el punto donde la discontinuidad de Mohorovičić se acerca a la superficie de la Tierra. Es importante destacar que el límite entre la corteza y el manto (la discontinuidad de Mohorovičić), no necesariamente coincide con el límite entre la litosfera (rígida) y la astenosfera (plástica). Muchas veces las capas superficiales del manto llegan a ser tan sólidas como la corteza. En esta región concreta, el pozo debería situarse entre la corteza de basalto y el manto superior, de silicato de aluminio o sial.

Las Excavaciones:

El 24 de mayo de 1970 comenzaron los trabajos de perforación. El objetivo inicial era llegar a los 15.000 metros utilizando distintos modelos de perforadoras Uralmash. Partiendo de una rama central se abrieron varios pozos, el más profundo de ellos, el SG-3 llegaría a los 12.262 metros de profundidad en 1989, estableciendo un nuevo récord que duraría hasta la actualidad.

No fue sencillo, los rusos eran pioneros y debían improvisar un método de excavación a base de ensayos, pruebas y errores. El 6 de junio de 1979 lograron batir el anterior récord de profundidad del pozo Bertha Rogers, en el condado de Washita, Oklahoma (9583 m).

El 10 de marzo de 1980 el pozo de Kola batió un nuevo récord de profundidad al llegar a los 10.000 metros

En 1983 se alcanzaron los 12.000 metros de​ profundidad, muy cerca de sus dimensiones finales, pero ese mismo año se interrumpieron los trabajos durante casi un año. Los trabajos finalmente se retomaron con un ritmo más lento, pero el 27 de septiembre de 1985 un frustrante accidente frenó la progresión. Cuando el pozo iba por los 12.066 metros de profundidad, un derrumbe cubrió de tierra casi 5000 metros. Inasequibles al desaliento, los rusos volvieron a excavar estos 5 kilómetros creando pozos secundarios que partían de la rama principal.

Ni el clima ni los contratiempos parecían ser capaces de detener a la Unión Soviética en su extraño afán por alcanzar la discontinuidad de Mohorovičić. Los obreros tuvieron que empezar de nuevo las excavaciones desde los 7000 metros hasta alcanzar los definitivos 12.262 metros en 1989. La previsión era llegar a los 13.500 metros a finales de 1990 y tres años más tarde llegar al objetivo inicial de los 15.000 metros, sin embargo esta meta resultó ser inalcanzable.

A medida que penetramos en La Tierra, la temperatura aumenta, pero no lo hace de forma constante. Hay lugares del planeta donde el calor aumenta 200ºC con cada kilómetro, mientras que en otros solo sube unos 10ºC. En este caso los trabajadores esperaban alcanzar los 90ºC a 12.000 metros de profundidad, pero la realidad fue que la temperatura casi duplicaba sus previsiones. Las elevadas temperaturas de hasta 180 grados centígrados, unidas a las elevadas presiones, hacían que el agujero se comportara de un modo extraño. El fondo del pozo emanaba un flujo continuo de fango e hidrógeno, y las paredes eran cada vez más propensas a colapsar cubriendo con tierra y lodo toda la excavación. Cada nuevo centímetro que cavaban implicaba un derrumbe. 

Al final, la unión Soviética abandonó el pozo de Kola no por frío (recordemos que estamos en Siberia) o por el esfuerzo, sino porque técnicamente era imposible seguir profundizando en la corteza. En 1992 se detuvieron los trabajos definitivamente.

El pozo pasó a ser controlado por la empresa estatal GNPP Nedra, que continuó con las labores de investigación geológica mediante un laboratorio subterráneo. El pozo SG-3 quedó clausurado y el nivel más profundo activo pasó a ser el SG-5, con 8578 m de profundidad y 214 mm de diámetro. A mediados de 2008 se acordó el cierre definitivo del proyecto debido a limitaciones financieras de y a la falta de apoyos.

Actualmente, el pozo de Kola ya no es el pozo artificial más largo del mundo ya que en 2011 fue superado por el pozo petrolífero “Sakhalin-I”, con 12.345 metros de largo y también en Rusia. Sin embargo, el Pozo superprofundo de Kola sigue siendo el pozo artificial más profundo del planeta y lo más cerca que hemos estado nunca del manto terrestre.

El Pozo del infierno:

A pesar de la vocación científica del Pozo superprofundo de Kola, pronto empezaron a surgir bulos y leyendas que encontraron un magnífico altavoz en la prensa "seria". Todo empezó en EEUU en 1989, cuando una cadena de televisión religiosa, Trinity Broadcasting Network, publicó una noticia según la cual Rusia estaría excavando un agujero de tal profundidad que habría llegado hasta el mismísimo infierno.

La noticia, supuestamente basada en periódicos finlandeses, afirmaba que un grupo de científicos siberianos habían excavado un agujero de 14.4 km de profundidad en cuyo interior se habían registrado temperaturas de 379,57°C (con el tiempo, esta cifra subiría hasta unos ridículos 1000°C). Los científicos, liderados por el Dr. Azzacov, habrían encontrado una gran cavidad subterránea en el fondo del pozo. Intrigados por tan insólito descubrimiento, los rusos introdujeron un micrófono y varios sensores mágicos y resistentes al calor, que de inmediato registraron gritos y lamentos. Unos gritos y lamentos que según la cadena TBN, solo podían ser las angustiadas voces de los condenados al castigo eterno

Un sello del Pozo Superprofundo de Kola de 1987

A pesar de lo absurdo de la historia, la noticia del «Pozo del infierno» se extendió por los periódicos de todo Estados Unidos y pronto comenzaron a aparecer por internet todo tipo de cacofonías con los supuestos gritos de los condenados. Mientras tanto, el canal Trinity Broadcasting Network (TBN) afirmaba que el pozo era la prueba definitiva de la existencia literal del infierno, tal y como narraba la Biblia.

Todo esto era demasiado para Åge Rendalen, un profesor noruego que oyó la historia de "el pozo del infierno" en la TBN durante una visita a Estados Unidos. Disgustado por la credulidad de las masas, al regresar a Noruega, Rendalen decidió trollear a la cadena de televisión. Redactó una carta en la que afirmaba que al principio era incrédulo con esta noticia, pero que al volver a su país se había encontrado con un informe verídico que la corroboraba. Según este informe, el pozo de los condenados era real y de su interior había salido un ser con alas de murciélago que había escrito en el cielo siberiano la frase "¡He vencido!".

Para dar mayor veracidad a su historia, Rendalen adjuntaba sus datos personales, los de un pastor luterano (que había accedido a participar en la broma) y la noticia original sin traducir, que en realidad era la primera noticia que había encontrado en un periódico local noruego sobre la apasionante historia de un inspector de construcciones.

Probablemente Åge Rendalen quería incitar a una reflexión profunda sobre los medios de comunicación, las fake news y la credulidad de lo espectadores, pero como era de esperar le salió el tiro por la culata. El canal TBN no se molestó en verificar ningún documento y emitió la historia del ser con alas de murciélago como una prueba más de la existencia del infierno. Jamás rectificó, ni cuando se descubrió que toda la noticia era inventada. Al final cabe preguntarse quién trolleó a quien...

Estado actual de la cubierta del pozo, abandonado y sellado.

Conclusiones:

Hoy en día seguimos sin haber podido alcanzar el manto, en cierto modo, hemos conquistado la Luna antes que las profundidades de nuestro mundo. Nunca hemos podido estudiar “en vivo” lo que hay bajo la corteza, pero el sueño de viajar al centro de la Tierra no se ha esfumado y la experiencia adquirida en este proyecto ha sido de gran ayuda para otros sondeos posteriores.

Aunque el pozo de Kola nunca llegó a alcanzar el manto, por el camino descubrió varias sorpresas escondidas bajo la corteza basáltica de Kola. El esfuerzo y el dinero invertido en este faraónico proyecto no fue en vano. Gracias a él conocemos mejor la corteza de nuestro planeta y cómo se comporta sometida a grandes presiones y temperaturas.

  • La perforación de Kola penetra un tercio de la corteza continental (con un grosor de unos 35 kilómetros), esto permitió sacar a la luz rocas de 2,7 millones de años de antigüedad. Aunque no existe documentación oficial, se afirma que descubrieron más de 24 especies distintas de microfósiles de plancton.
  • Una de las sorpresas que se llevaron los científicos fue descubrir agua a unas profundidades en las que, en teoría, no debería existir. Efectivamente, en el fondo del pozo la roca está fracturada y saturada de agua. Agua que no vendría de la superficie, sino de los minerales de la corteza profunda. Las enormes presiones a estas profundidades habría recombinado los átomos de hidrógeno y oxígeno de los minerales dando lugar a un "agua mineral" que jamás vería la superficie debido a las capas de roca impermeable que había encima suyo.
  • Otro descubrimiento inesperado fueron la gran cantidad de reservas de hidrógeno que escondía el subsuelo. El hidrógeno emanaba a borbotones del fondo del pozo mezclado con fango hasta el punto que varios operarios llegaron a afirmar que el pozo estaba "hirviendo con hidrógeno".
  • El estudio de las discontinuidades sísmicas también arrojó algún dato sorprendente. Uno de los resultados más fascinantes de estos trabajos fue el hecho de no encontrar cambios de velocidades sísmicas en la hipotética transición del granito al basalto en el límite de Jeffrey, que se extiende entre 5 y 10 km bajo la superficie terrestre.
  • El proyecto también ha sido el escenario de varios estudios geofísicos sobre la litosfera y la estructura profunda de la placa báltica. el régimen termal en la corteza de la Tierra o la composición física y química de la corteza en las capas de transición. 
  • Finalmente, el pozo de Kola supuso un reto titánico que nos empujó a mejorar la tecnología de perforaciones superprofundas y que permitió mejorar y desarrollar distintas tecnologías para el estudio geofísico profundo.

+ info: La Razón - Xataka - Mo