Tall el-Hammam es un sitio arqueológico ubicado en el Valle del Jordán, cerca de la desembocadura del río del mismo nombre en el Mar Muerto, en lo que hoy es Jordania. Se trata de uno de los asentamientos más grandes de la Edad del Bronce en esta región que ha ofrece valiosas pistas sobre el pasado del Valle del Jordán. En los últimos años se ha vuelto muy popular a raíz de varias hipótesis que sugieren que podría estar relacionado con la historia bíblica de Sodoma y Gomorra.
Las excavaciones en Tall el-Hammam comenzaron en 2005 bajo la dirección del arqueólogo Steven Collins, quien lidera un equipo internacional de arqueólogos. Basándose en su ubicación y en distintas evidencias arqueológicas, Collins planteó la posibilidad de que Tall el-Hammam fuese la ciudad de Sodoma mencionada en la Biblia.
Durante las excavaciones, se han desenterrado restos arqueológicos, como muros defensivos masivos o estructuras de la Edad del Bronce, que evidencian la existencia de una rica y próspera ciudad que floreció durante muchos siglos.
Historia
Tall el-Hammam fue habitado desde aproximadamente el 4500 AC. hasta el 1500 AC. abarcando la Edad del Bronce Temprana, Media y Tardía. Durante este período, la ciudad parece haber sido un importante centro urbano en la región del Valle del Jordán, con conexiones comerciales y culturales que abarcaron vastas extensiones.
- Edad del Bronce Temprana (3500-2000 a.C.): El sitio comenzó como un pequeño asentamiento, pero hacia el final de esta fase, creció hasta convertirse en una ciudad significativa, con fortificaciones y grandes edificios públicos.
- Edad del Bronce Media (2000-1550 a.C.): Fue el período de mayor auge de Tall el-Hammam, en esta etapa la ciudad estaba fortificada con enormes muros, y la arquitectura que se conserva sugiere una sociedad compleja y avanzada. Durante esta época, el Valle del Jordán era una zona fértil y densamente poblada, y Tall el-Hammam controlaba rutas comerciales importantes.
- Edad del Bronce Tardía (1550-1200 a.C.): Alrededor del 1650-1600 a.C., Tall el-Hammam parece haber sido destruida repentinamente por un misterioso evento que ha sido objeto de gran debate. Algunos arqueólogos han encontrado evidencias de una destrucción catastrófica que podría haber sido causada por una explosión aérea o un desastre natural, lo que ha llevado a Collins y otros arqueólogos bíblicos a sugerir que esto podría estar relacionado con el mito de la destrucción de Sodoma.
Un equipo de científicos propuso en 2021 que la destrucción de Tall el-Hammam podría haber sido causada por la explosión de un meteoro o un bólido en la atmósfera, lo que explicaría la intensa destrucción observada en el sitio. Esta hipótesis se basa en estudios de restos calcinados, cerámica derretida y otras evidencias que sugieren una explosión extremadamente caliente y poderosa, similar a la explosión de Tunguska en 1908 en Siberia. Aunque esta teoría es fascinante, sigue siendo objeto de debate y necesita más investigaciones.
Desaparición
Según las (sensacionalistas) conclusiones del equipo de Collins, Tall el-Hammam era una importante ciudad del Medio Oriente. Un día hace unos 3.600 años, sus habitantes realizaban sus actividades cotidianas sin saber que una roca espacial se acercaba a ellos a una velocidad de aproximadamente 61.000 kilómetros por hora. Destellando a través de la atmósfera, la roca explotó en una enorme bola de fuego a 4000 metros de altura sobre el suelo. La explosión, unas 1.000 veces más potente que la bomba de Hiroshima, pilló a todos por sorpresa.
Los habitantes que la miraron quedaron cegados al instante mientras la temperatura del aire se elevaba hasta los 2.000 grados Celsius. La ropa y la madera estallaron inmediatamente en llamas. Espadas, lanzas, adobe y cerámica comenzaron a fundirse. Casi de inmediato, toda la ciudad se incendió.
Unos segundos más tarde, una onda sísmica masiva sacudió la ciudad. Con una velocidad de unos 1.200 km/h, la onda de choque fue más poderosa que el peor tornado jamás registrado. Los vientos azotaron la ciudad, demoliendo todos sus edificios. Esta onda arrancó la parte superior del palacio de Tall el-Hammam, un edificio de cuatro pisos, y arrojó sus escombros por los aires hasta el siguiente valle. Ninguna de las 8.000 personas o animales de la ciudad sobrevivió: sus cuerpos fueron destrozados y sus huesos explotaron en astillas.
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| John Martin: La destrucción de Sodoma y Gomorra, 1852 |
Para redondear esta dramática (y conveniente) historia bíblica, aproximadamente un minuto después, a 22 km al oeste de Tall el-Hammam, los vientos de la explosión llegaron la ciudad bíblica de Jericó. Sus muros se derrumbaron y la ciudad se quemó hasta los cimientos.
La controversia
No hay que ser un experto en arqueología para darse cuenta de que la historia de Tall el-Hammam quizás, a lo mejor, cuadra demasiado bien... todo suena demasiado redondo, como si fuese la prueba definitiva de la veracidad de la Biblia. La posible conexión con Sodoma es sin duda uno de los aspectos más controvertidos de Tall el-Hammam.
La Biblia describe la destrucción de Sodoma y Gomorra como un evento sobrenatural que ocurrió debido al comportamiento inmoral de sus habitantes. Según Collins, la ubicación de Tall el-Hammam coincide con la descripción de Sodoma en las escrituras, y los restos de destrucción que ha encontrado podrían ser la evidencia física de este evento. Sin embargo, muchos otros arqueólogos no están convencidos de esta identificación y sostienen que no hay pruebas concluyentes para vincular el sitio con el mito de Sodoma.
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| Jacob Jacobsz: Sodoma y Gomorra en llamas (1680) |
Todo empezó cuando Scientific Reports, una revista revisada por pares que depende de una de las principales revistas científicas del mundo, Nature, publicó una investigación bastante sensacionalista sobre una supuesta explosión cósmica antigua que destruyó el sitio de Tall el-Hammam en lo que hoy es Jordania. En el artículo, los autores sugieren que este supuesto evento puede haber sido la base de la historia bíblica de Sodoma, en la que una ciudad supuestamente fue destruida por piedras y fuego enviados desde el cielo. Desde entonces, y sin ninguna evidencia adicional, la historia ha sido portada en 176 medios de comunicación (incluidos los principales medios científicos, como la revista Smithsonian) y es uno de los artículos más consultados en todas las revistas académicas.
Esto encendió las alarmas de muchos científicos y antropólogos que no dudaron en clasificar el artículo de clickbait. Según estos autores la publicación original era pseudociencia y de la mala: los análisis de los restos biológicos eran deficientes, muchas imágenes que acompañaban la información estaban editadas, existía cierto tufillo a agenda religiosa y se había realizado una mala interpretación de los contextos estratigráficos, muy especialmente de los que muestran evidencias de la catástrofe. Esto hizo que muchos se preguntaran sobre el proceso de investigación y cómo un artículo con tantas fallas logró pasar la revisión por pares.
La reacción de la comunidad científica no se hizo esperar:
- El físico Mark Boslough, especializado en colisiones de asteroides y explosiones en el aire, recurrió a Twitter para deconstruir línea por línea los errores científicos del artículo.
- Después, Elisabeth Bik , microbióloga y consultora de integridad científica, concluyó: “Varias fotos de la excavación parecen contener partes clonadas, pequeñas áreas que parecen ser visibles varias veces dentro de la misma foto”.
- Los antropólogos biológicos Megan Perry y Chris Stantis analizaron las interpretaciones de los restos humanos y señalaron que el examen fue realizado por un médico y no por un bioarqueólogo capacitado.
- El antropólogo Matthew Boulanger identificó un grave defecto en las fechas de radiocarbono.
La conclusión era que los datos de este artículo fueron manipulados o directamente creados para ajustarse a una única hipótesis: Tall el-Hammam es la Sodoma bíblica. La actitud de Steven Collins, director del proyecto en Tall el-Hammam, tampoco ayudó y añadió aun más red flags. Collins llegó a reconocer sin ningún pudor que el objetivo principal de la excavación era demostrar que Tall el-Hammam era Sodoma y que la Biblia decía la verdad. Toda la interpretación, comunicación y recaudación de fondos de su trabajo se orientaban a un único objetivo: demostrar que los relatos bíblicos son historia, basada en el testimonio de algún testigo directo, y no mitología, como cabría esperar (pasaron casi 1000 años desde este suceso hasta que se escribió la historia de Sodoma).
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| Tumbas saqueadas de la Edad del Bronce en Bab edh-Dhra, en Karak, Jordania. Este yacimiento también ha sido vinculado con Sodoma. |
Para ello crearon una historia atractiva y Collins concedió varias entrevistas en las que afirma que Tall el-Hammam era “la zona cero de la maldad” y que el lugar algún día sería “un gran destino turístico con un gran cartel que diga ‘Bienvenidos a Sodoma’, tal vez en neón rosa”. En esto último quizás no iba tan descaminado viendo los planes de Trump para esta región...
Un artículo del Wall Street Journal afirma que hay voluntarios que pagaron miles de dólares para participar en la excavación y Collins llegó a afirmar que trataba de verificar las historias bíblicas para desafiar la “insidiosa alimaña de la persistente duda sobre la credibilidad de la Biblia. El cristianismo está perdido en Europa porque perdió la fe en el texto bíblico. La América poscristiana está muy, muy cerca”.
Para sus críticos, la época en la que los arqueólogos que llevaban una Biblia en una mano y una pala en la otra debería pertenecer al pasado, sepultada junto a las prácticas arqueológicas colonialistas de los siglos XIX y XX. Hoy en día, numerosos proyectos arqueológicos investigan los períodos bíblicos, pero ninguno de ellos afirma que lleve a cabo sus investigaciones para demostrar que la Biblia es verdad. La gran mayoría de los arqueólogos que trabajan en la región no creen que Tall el-Hammam (o los sitios de Bâb adh-Dhrâʿ y an-Numayra, también asociados con Sodoma y Gomorra) puedan equipararse con estas míticas ciudades bíblicas.
En cambio, es muy probable que los pueblos antiguos de la región desarrollaran historias orales para explicar estos “pueblos fantasma” ubicados junto al Mar Muerto. Esas historias luego se adaptaron para transmitir una moraleja acorde sus creencias y pasaron a formar parte de las tradiciones orales que finalmente se escribieron, más de un milenio después, en la Biblia.
Quizás un enfoque más sensato sería analizar con rigor y seriedad que datos nos aportan estos yacimientos e intentar aprender más sobre las causas de su destrucción: en Tall el-Hammam pudo ser un bólido, en Bâb adh-Dhrâ fue una destrucción paulatina nada catastrófica, mientras que en an-Numayra pudo ser un incendio, nada de castigos divinos. Los intentos por encajar todos los yacimientos del Mar Muerto en la descripción de Sodoma suenan forzados y en muchos casos no coincide ni la ubicación, ni la fecha de su destrucción ni el tamaño de los asentamientos. La historia de estos asentamientos es suficientemente interesante de por si como para intentar encajarla a patadas en una agenda religiosa o en los hechos narrados en un libro mágico.
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| Excavación en Tall el-Hammam |
El problema no se limita solo al deterioro del rigor científico; esta morbosa historia sensacionalista ha alimentado los saqueos y excavaciones ilegales en toda la zona, y los artefactos adquiridos ilegalmente se venden a personas que buscan una conexión tangible con la Biblia.
Lo cierto es que independientemente de su conexión con la historia bíblica, Tall el-Hammam es uno de los sitios más importantes de la región para el estudio de las civilizaciones antiguas del Levante. Las excavaciones han proporcionado una gran cantidad de información sobre la vida en la Edad del Bronce, el comercio y las interacciones entre las culturas del Valle del Jordán y otras partes del antiguo Cercano Oriente.
+ info: Sapiens - ElCuadernoDigital
* Por desgracia es francamente difícil poner links con más información sobre este tema, las investigaciones de Collins lo han invadido absolutamente todo y medios supuestamente veraces como BBC han comprado su relato sin ningún pudor.






