30 enero 2022

Capela dos Ossos - Portugal

La Capilla de los Huesos (Capela dos Ossos) es una pequeña y macabra capilla interior junto a la Iglesia de San Francisco, en Évora (Portugal). Se trata de uno de los monumentos más famosos de la región y fue construida en el siglo XVI por un monje franciscano que pretendía por un lado guiar a sus hermanos hacia la contemplación y por el otro mandar un mensaje sobre lo efímero y transitorio de la vida a todos aquellos que visitasen el lugar (sin ningún género de duda, esto último quedó claramente expresado). Ya desde la entrada, una inscripción nos pone en nuestro sitio:

"Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos."

Se cree que el origen de estas peculiares capillas está relacionado con el énfasis en la muerte, que se produjo durante el período de la Contrarreforma en Portugal. Entre los siglos XVI y XVIII, la fascinación por el horror y el miedo a la muerte son la tónica dominante en una sociedad que se rige más por la fe que por la razón.

Portugal y gran parte de Europa vivía una época alejada de todo optimismo y marcada por el culto al sufrimiento, una estética que el Vaticano supo explotar a través del arte barroco. El gusto por la exageración propio del estilo barroco unido a esta macabra obsesión por la muerte hicieron la magia y dieron lugar a las Capelas dos Ossos.
Los huesos que durante siglos eran depositados en osarios en los atrios de las iglesias y alrededor de los camposantos, de pronto cobraban un nuevo protagonismo y pasaban a decorar altares y capillas a modo de permanente recordatorio. No se trataba de un mensaje feliz del estilo Carpe Diem, más bien era un Memento Mori.

Para entender mejor esta corriente fatalista es necesario ponerla en su contexto, la iglesia católica estaba perdiendo fuerza ante el emergente protestantismo, por lo que decidió emprender una serie de medidas que afianzasen sus principios, frenasen la fuga de fieles y la blindasen ante el influjo de nuevas corrientes.

La Contrarreforma de la Iglesia católica surge como reacción a la Reforma protestante de Martín Lutero, que en los últimos años estaba debilitando el poder e influencia de la Iglesia romana. Comienza con el Concilio de Trento en 1545 y termina con la guerra de los 30 años, la última de las guerras de religión que durante casi un siglo asolaron Europa. 

El principal objetivo de la Iglesia Católica era evitar a cualquier precio el avance de las doctrinas protestantes, para lo cual emprende una "renovación" que le permita lavar su cara y reforzar su posición. Los principales puntos de este proceso podría resumirse en:

  • Fortalecimiento de la figura del Papa y de la jerarquía del clero. Se prohíben los ritos locales y se establece un rito unificado, en latín y de espaldas al pueblo. La idea era fortalecer la estructura católica y unificarla bajo un mismo rito, la denominada Misa Tridentina.
  • Creación de figuras encargadas de supervisar la disciplina y la ortodoxia de la fe. Desgraciadamente, esto desembocó en la creación de la Inquisición romanana y en la censura de numerosos libros y conocimientos antguos
  • Se nombran cardenales y obispos de gran integridad moral tratando de frenar la corrupción y degradación de algunos estamentos. Se crean castigos para quienes abusen de los bienes económicos de la iglesia.
  • Revitalización de la meditación y la oración individual (el rosario) así como el control de las pasiones de los individuos. Este impulso a la piedad y las experiencias religiosas individuales daría lugar a figuras como Teresa de Jesús, Juan de la Cruz o Ignacio de Loyola.
  • La individualidad no era la meta de esta contrarreforma, por lo que también se crearon formaron cofradías y hermandades donde se organizarían cajas de ahorro para ayudar a viudas, ancianos y huérfanos.
  • Se regulan los sacramentos, potenciando el ritual de la confesión. En cierto modo esto es coherente con el "nuevo dios" propuesto por Paulo IV, un dios iracundo y temible que no duda en usar el castigo como herramienta.

No todo iban a ser malas noticias, pero si... una de las pocas concesiones de esta conservadora reforma consistía en la implantación del arte barroco en la decoración y la celebración de fiestas anuales en honor a los santos y la virgen. Sin embargo había un problema, para poder fjar estas fechas la Iglesia necesitaba un calendario fijo y fiable dado que el calendario juliano en uso ya acumulaba 10 días de desfase. 

Sin saber la guerra que desencadenaría, se pidió a distintos astrónomos que reformaran el calendario, entre ellos a Nicolás Copérnico, quien efectivamente reformó el calendario y toda nuestra concepción del universo... Copérnico plasmaría sus conclusiones en De Revolutionibus Orbium Coelestium, un estudio en el que sustituye el tradicional modelo geocéntrico y ptolemaico por uno nuevo heliocéntrico. A pesar de que inicialmente fue una obra que pasó desapercibida, el libro fue prohibido por contradecir las teorías católicas, en las que la Tierra seguía siendo el centro de toda la creación.
Sin embargo, pronto se acumularían nuevas evidencias que reforzaban el heliocentrismo y los estudios de Copérnico serían la base de toda una revolución científica. Esta nueva guerra quedaría reflejada en la prohibición por parte de la Iglesia de estudiar los trabajos de Galileo Galilei, unos estudios que la propia iglesia había sufragado... 


Volviendo a nuestra capilla, la intención de los frailes franciscanos que vivían en este monasterio era inspirar a quienes la visitasen e invitarles a  reflexionar sobre la frágil condición humana y lo efímero de nuestras existencias en contraposición a la imperturbable vida eterna. 
Para realizar esta macabra obra, se emplearon unos 5000 esqueletos exhumados en los cementerios de las iglesias cercanas. El motivo de esta decoración no responde a un capricho, durante el siglo XVI los cementerios de Évora estaban superpoblados y era necesario hacer hueco a los nuevos cadáveres. En línea con el espíritu de la Contrarreforma, los huesos se incorporaron al cemento y desde entonces reposan en esta estancia "más cerca de Dios".

Allí por donde vayamos, cientos de calaveras vigilarán nuestros pasos. La estancia también tiene una lámpara de araña confeccionada con huesos y dos cadáveres disecados que cuelgan de unas cadenas, uno de los cuales debió pertenecer a un niño.
Según la leyenda, estos dos esqueletos pertenecen a un padre y su hijo; por lo visto el hijo maltrataba a su madre con frecuencia ante la indiferencia de un padre que nunca se opuso. Al morir la madre echó sobre ellos una maldición: "!Que la tierra de vuestras sepulturas no os destruya!"... y desde entonces esperan incorruptos en esta sala el fin de los tiempos.

Los esqueletos de un niño y un adulto cuelgan de cadenas en una de las paredes

La capilla tiene unos 19 metros de largo por 11 de ancho, todas las paredes y columnas están decoradas con huesos y calaveras meticulosamente ordenados y unidos con cemento blanco. La única iluminación natural son tres ventanucos en el lado izquierdo de la capilla. El techo abovedado es de ladrillo blanco y está decorado con frescos de 1810 que representan pasajes bíblicos, símbolos cristianos y contundentes frases des-motivacionales:

"Melior est dies mortis die nativitatis" (Es mejor el día de la muerte que el del nacimiento)

La entrada, en cambio, tiene un panel de azulejos sobre el milagro de la vida, probablemente para crear un mayor contraste con la temática del interior. La Capela dos Ossos es parte integrante de la Iglesia de São Francisco de Évora, que está clasificada como Monumento Nacional y es uno de los monumentos más visitados de la ciudad de Évora. A pesar de lo siniestro de la idea, éste no es ni mucho menos el único monumento religioso hecho con huesos del mundo, ni siquiera de Portugal, donde podemos encontrar otras cinco capelas dos ossos

Capela das Almas en Campo Maior

La Capilla de los Huesos de Campo Maior, también conocida como Capela das Almas, es casi tan famosa como la de Évora y se encuentra junto a la Iglesia de Nossa Senhora da Espectação, en el municipio de Campo Maior. 

Su construcción data de 1766, y fue construida en memoria de las víctimas de una explosión en un depósito de pólvora que acabó con la vida de más de dos tercios de la población local en 1732. Un siglo antes, Portugal había librado la denominada Guerra de Restauración portuguesa contra su vecina Castilla; este conflicto había convertido a Campo Maior en el segundo puesto militar más importante de la región. Desde entonces, en el polvorín del castillo almacenaba 6000 arrobas de pólvora (más de 88 toneladas) así como grandes cantidades de munición. La madrugada del 16 de septiembre de 1732 un rayo alcanzó el polvorín del castillo provocando una tremenda explosión que borró prácticamente toda la población del mapa (entre 823 y 1100 casa fueron destruidas)

En un ejercicio de pragmatismo, los restos de las víctimas se incorporaron a la nueva iglesia a modo de homenaje/recordatorio. El resultado es una inquietante capilla con una sola nave de arquitectura barroca, completamente forrada con los huesos de las personas fallecidas durante la tragedia. En los laterales se exponen dos esqueletos completos que parecen juzgar a los visitantes.

Capela dos Ossos de Faro, en el Algarve

La siguiente capilla se encuentra en Faro, la capital del Algarve. La Capela dos Ossos de Faro se ubica junto a la Iglesia de Nossa Senhora do Carmo. La iglesia principal es un imponente edificio de arquitectura barroca con decoraciones de oro procedente de Brasil en su interior.

Su construcción se llevó a cabo por la por la Tercera Orden de Nossa Senhora do Monte do Carmo, y terminó a principios del siglo XVIII. A pesar de la indiscutible belleza de esta iglesia, la pequeña Capela dos Ossos le roba gran parte del protagonismo.

Todo el suelo está cubierto por tumbas, ya que esta zona fue antaño un cementerio. En su interior podemos encontrar más de mil huesos humanos, principalmente cráneos y tibias, cuya caótica disposición culmina en un altar con una imagen de Cristo. Según la rumorología, los restos óseos pertenecen a antiguos monjes carmelitas que decidieron exponerlos una vez más para recordar a los visitantes lo efímera que es la vida terrenal.

Capela dos Ossos da Igreja Matriz de Alcantarilha

La Capela dos Ossos de Alcantrilha, en Silves, está adosada al lado sur de la Iglesia Parroquial de Nossa Senhora da Conceição. Tanto la iglesia como la capilla fueron construidas en el siglo XVI y forman un conjunto arquitectónico declarado como Bien de Interés Público.

Esta capilla está decorada con más de 1500 huesos humanos que, según una leyenda jamás demostrada, pertenecieron a frailes jesuitas que vivían por la zona. Destacan las calaveras que rodean el centro del altar, donde una imagen de un Jesucristo crucificado domina el macabro paisaje que lo rodea.

Capela dos Ossos de Monforte (Foto del Municipio de Monforte)

La Capela dos Ossos de Monforte es la más pequeña de entre todos los ejemplos que hemos visto en Portugal, pero también tiene su siniestro encanto. Con poco más de 4 metros cuadrados, se trata de una pequeña ermita adosada a la Iglesia Matriz de Monforte, construida en el siglo XVIII.

Sobre la puerta de acceso encontramos un cráneo humano superpuesto sobre dos tibias que nos avisa de la temática dominante en la decoración. Todo el interior está forrado con cráneos humanos, en ocasiones intercalados con otros huesos, que le dan un ambiente lúgubre a este reducido espacio. El único respiro es un pequeño altar con su decoración convencional (velas e imágenes católicas) que destaca por su sencillez entre tanta calavera y muerte.

+ info: Capela dos Almas (Campo Maior) - Capelas dos Ossos