21 marzo 2022

El Palmar de Troya - España


El Palmar de Troya es un pequeño municipio ubicado en la provincia de Sevilla, en Andalucía. Hasta 2018 formaba parte del municipio de Utrera, pero actualmente es un municipio autónomo. Sus orígenes se remontan a la época romana y al siglo XIII, cuando formaba parte de la banda morisca, pero fue tras la guerra civil cuando experimentó su mayor crecimiento, en parte impulsado por los familiares de los presos republicanos que construyeron el pantano de Torre del Águila.

Con una población que no llega a los 2350 habitantes, esta zona apenas sería conocida de no ser por el templo de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, una escisión de la Iglesia católica que derivó en una secta religiosa: la Iglesia palmariana. 

Fundada por Clemente Domínguez y Gómez (el Papa palmariano Gregorio XVII entre 1978 y 2005) junto a Manuel Alonso Corral (el Papa palmariano Pedro II entre 2005 y 2011). Esta organización se considera una secta, y sus pontífices, son considerados por la Iglesia católica como antipapas (usurpadores).

La historia del Palmar de Troya es sin duda rocambolesca y esperpéntica, sus orígenes se remontan 50 años atrás y a día de hoy sigue dando titulares; para no perdernos en este alocado viaje trataremos de empezar por el principio: En Marzo de 1968, una mujer se apareció ante cuatro niñas en una finca llamada “La Alcaparrosa”, un yermo desolado en una pequeña pedanía de Utrera. Como no podía ser de otro modo, la mujer tenía que ser la Virgen María; poco después volvió a aparecerse flotando en las alturas ante dos beatas e incluso hubo una tercera monja que recibiría la comunión de las manos del mismísimo Jesucristo. 

Como suele ser frecuente en las apariciones marianas (y más en esa época), pronto el lugar se llenó de creyentes, curiosos, iluminados y oportunistas. Rápidamente se montó un altar en el lugar de las apariciones y el aburrido descampado terminó convirtiéndose en un centro de peregrinación para decenas de miles de personas. Cuando el asunto empezaba a perder hype aparecieron en escena dos amigos, Clemente Domínguez (contable en una compañía de seguros y fundador de la Iglesia Palmariana) y Manuel Alonso Corral (abogado y, paradójicamente, contable de la futura secta). Juntos fundarían la "Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz en Compañía de Jesús y María"

Clemente, con su innegable don de gentes, era el líder y la cara visible del negocio. Poco después de llegar a la Alcaparrosa, empezaría a fotografiarse con estigmas por todo el cuerpo, llagas en las manos por la crucifixión, una cruz en la frente y una herida de lanza en el vientre. Por si todo esto no fuera suficientemente macabro, el 30 de mayo de 1976 sufrió un accidente de tráfico en el que perdería ambos ojos. 

Clemente a lo Cecilio G

Mientras tanto y siempre en un segundo plano, Manuel era el ideólogo, quien movía los hilos y quien tomaba las decisiones, el responsable de la organización interna, la doctrina y la contabilidad de la nueva iglesia.

Atraídos por las visiones, llegaron iluminados de toda España que comenzarían una pugna por hacerse con la finca. Esta pequeña guerra Santa, la ganarían Clemente y Manuel, que desplazarían a los primeros visionarios y terminarían fundando su propia escisión de una Iglesia Católica que no quería saber nada de este tema (El arzobispo de Sevilla rechazó desde el principio que todo aquello fuera un milagro). 

Lo cierto es que Clemente supo aprovechar un contexto histórico muy concreto, en el que se acababan de realizar cambios en la liturgia que contrariaron a muchos católicos. Entonces apareció con un discurso anticomunista y una actitud de confrontación con el Vaticano que cuajó en su público.
Todo esto se apoyaba en una teoría conspiranoica según la cual: Estaban envenenando a Pablo VI, que estaba encerrado en una mazmorra, y quien daba la cara era un doble que corrompía la Iglesia contra el criterio del verdadero papa.

Además, Clemente aseguraba que se comunicaba frecuentemente con Dios y en una de esas revelaciones vio a Jesús coronándolo papa y sucesor de Pablo VI. Dicho y hecho, en diciembre de 1975, trajeron a un arzobispo vietnamita (Pedro Martín Ngô-Dinh Tuc) quien resentido con el Vaticano, ordena sacerdotes a Manuel, a Clemente, a un francés y a dos irlandeses que pasaban por allí. Tres días después los ascendió a todos a obispos. Lo que parece un chiste, a la jerarquía vaticana no le hizo ni puñetera gracia y un año más tarde excomulgan a todos los miembros de la orden.

Gregorio XVII

Rebautizado como Gregorio XVII, Clemente consideraba que la hoja de ruta del Vaticano se había desviado; la renovación que suponía el Concilio Vaticano II era inaceptable y había que volver al catolicismo más arcaico: las misas en latín, las mujeres debían cubrirse con un velo y tenían prohibido usar pantalones, detalles triviales en comparación con lo que estaba por llegar.

Live performance de Clemente

La nueva iglesia reconoce todos los santos canonizados por Roma hasta la muerte de Pablo VI en 1978, pero a partir de ahí la cosa se pone truculenta. Como primera mediada excomulgan al rey Juan Carlos I y al "anticristo" Juan Pablo II. Desde que Gregorio XVII llega al poder, ya sólo reconocerían a los santos canonizados en el interior de sus muros, es decir: Francisco Franco, Luis Carrero Blanco, José Antonio Primo de Rivera, José María Escrivá de Balaguer, José Calvo Sotelo, el Cardenal Cisneros, Don Pelayo, Cristóbal Colón, Eva Ibarguren, 300.000 mártires de la Guerra Civil ...y los papas palmarianos Gregorio XVII «El Muy Grande» y Pedro II (Clemente y Manuel).

Si la Iglesia Palmariana hubiese optado por la discreción en sus inicios o por el hermetismo que la caracteriza hoy en día, probablemente este artículo no existiría, afortunadamente no fue así. El 17 de Mayo de 1982, el autoproclamado papa Clemente y su séquito acudieron a Alba de Tormes. A las 16.30 horas, un millar de albenses acudieron a la iglesia preocupados por las incesantes y amenazadoras campanas del templo. Allí se encontraron a Clemente, que intentaba robar las reliquias de Santa Teresa mientras insultaba a la propia santa llamándola "ramera", a las monjas y a Juan Pablo II.
La cosa se complicó para el papa Clemente y para los ocho obispos palmarios que le acompañaban. Emprendieron la huida perseguidos por una turba de vecinos furiosos que los siguió hasta sus coches. Allí empezaron a golpear al séquito papal y a volcar sus vehículos. "Tenían que habernos dejado matarles porque insultar a la Santa es como hacerlo a nuestra madre", comenta un frustrado vecino.
Por suerte para Clemente, llegó la Guardia Civil al rescate y los llevó a que los curaran. El juez los dejó en libertad pero, antes de emprender el regreso a Sevilla, los vecinos bajaron su coche de la grúa donde estaba y lo prendieron fuego. El papa nunca más volvió a Alba de Tormes.

El Papamóvil fue sin duda el más perjudicado por esta visita

Durante estos primeros años también mandaron delegados a localidades de Europa donde se habían producido otras apariciones y allí relataban que existía un pueblo de España donde estaban sucediendo ahora mismo. Poco a poco el Palmar de Troya se convierte en un destino de peregrinación para toda Europa, sobre todo para fieles llegados de Alemania, Suiza y Austria, aunque con el tiempo sus tentáculos se extienden también por Suramérica y África
Quienes venían quedaban fascinados por Clemente, un líder carismático con unas visiones increíbles, estigmas espectaculares y un discurso irreverente y apocalíptico según el cual la única salvación posible estaba allí

Con el tiempo y las donaciones, lo que empezó siendo un humilde altar terminaría siendo una fortaleza inexpugnable. Dentro de sus altos muros todo se rige por una férrea disciplina, quienes entran ya nunca salen, y los pocos que logran escapar son repudiados por su familia y excomulgados. Quienes se adentran en la secta pasan a vivir en una realidad paralela, sin contacto con el exterior, más allá de las visitas al banco para sacar la pensión, explotados laboralmente y según muchos testimonios, sexualmente.
El rol de los sacerdotes fuera de la cúpula es residual, algunos de ellos "mantenían relaciones homosexuales con cardenales de las altas esferas o entre ellos mismos, bien para ascender un poco más en la jerarquía o bien porque lo necesitaban". El papel de las mujeres es aún peor, se limitaban a trabajar y a rezar convertidas en esclavas. No constan denuncias por abusos sexuales a mujeres, de todos modos esto no es el dato más fiable en una secta que se caracteriza por anular la voluntad de sus seguidores  y en la que el concepto de “consentimiento” sería muy discutible. Peor aún lo tienen quienes han nacido aquí, jóvenes que al cumplir la mayoría de edad no conocían el mundo fuera de los muros y que en muchos casos necesitaron ayuda psicológica para poder adaptarse.

El hermetismo de puertas afuera es sólido, quienes salen apenas intercambian palabras con los habitantes de los pueblos cercanos, lo justo para hacer la compra o sacar dinero. Las únicas pistas son el testimonio de los arrepentidos y alguna que otra noticia que permite intuir el carácter cada vez más destructivo de la secta. En Diciembre de 1982, un joven cubano de 26 años, novicio de la orden de El Palmar de Troya, intentó quitarse la vida cortándose los órganos genitales y clavándose las púas de un cilicio en los ojos. Se llamaba José Andrés del Valle, y pertenecía a una familia cubana muy religiosa y fervientemente anticomunista. Los hechos ocurrieron en una casa que la secta tenía en pleno centro de Sevilla, José Andrés se levantó de la cama y con un trozo de espejo se cortó los testículos y los arrojó por el retrete, después se mutiló el pene, y a continuación, se clavó en los ojos las púas de su cilicio.

Mientras se recuperaba en el hospital, sonó por los altavoces que se iba a celebrar una eucaristía. El joven novicio se revolvió y suplicó que no llegase a sus oídos la forma "moderna y herética" de oficiar la misa de la Iglesia Católica, tuvieron que atarlo a la cama porque volvió a intentar suicidarse.

En contraste con todo este fanatismo, el Papa Clemente (conocido como La Voltio en la noche sevillana) no era el más cumplidor de su propia doctrina. Le encantaba salir de fiesta con su séquito y despilfarrar el dinero de los fieles en bares y lupanares en los que llegaba a gastar hasta 200.000 euros en una sola noche. También tenía la mano muy larga y sus tocamientos y proposiciones sexuales eran de sobra conocidos, en la década de los 90 se hablo incluso de que habría abusado sexualmente de sacerdotes y monjas de la orden.

Mientras tanto, Manuel que es quien mueve los hilos, transige con los excesos de su socio consciente de que, en una secta donde estaba prohibido relacionarse con nadie del exterior, era muy difícil que fiestas salvajes tuviesen repercusión; tan solo le paraba los pies cuando sus acciones podían poner en peligro la credibilidad de la Iglesia (llegó a oficiar misas completamente borracho).

Con el tiempo, Clemente queda relegado a ser la cara visible de la secta; la Iglesia palmariana le utiliza para exhibirlo públicamente en actos y ceremonias importantes, así como en giras por España y Europa para captar adeptos. Mientras tanto Clemente sigue su caída al abismo, borracho de hotel en hotel, cada vez más deprimido a causa de la ceguera y cada vez más consciente de que su papel en la organización es nulo.

Manuel Alonso Corral (San Pedro II Magno)

Clemente lideró la iglesia bajo el nombre de Gregorio XVII hasta su muerte en 2005 a la edad de 58 años. Le sucedió en el cargo de su socio y amigo Manuel Alonso Corral (San Pedro II Magno). Su papado entre 2005 y 2011 fue un periodo de decadencia que ya no recuperaría la gloria de antaño. Sin el carisma de Clemente, la iglesia lucharía por conservar sus adeptos abriéndose a nuevos mercados internacionales. El papado de Pedro II no dejaría huella, pero a su muerte, Manuel sería nombrado santo palmario y su labor se vería continuada por los antipapas Sergio Ginés María (Gregorio XVIII) y el suizo Markus Josef Odermatt (Pedro III)

Sergio Ginés María (Gregorio XVIII)

Si la vida de Clemente fue delirante, la biografía de Sergio Ginés (que ejerció el papado entre 2011 y 2016) no se queda atrás. Ginés Jesús Hernández (Mula, Murcia; 1959) fue militar en su juventud, pero encontró su verdadera vocación en la Iglesia del Palmar de Troya donde se hacía llamar Sergio María y ejercía de sacerdote.

En 2011, la iglesia del Palmar de Troya no atravesaba uno de sus mejores momentos, entonces subió al poder Sergio María como el nuevo Papa Gregorio XVIII. Ginés era todo un veterano de la orden, en la que ya llevaba 27 años, por lo que tenía una idea más o menos clara de los cambios que debía realizar. Bajo su mandato, el Palmar volvió a vivir un repunte económico debido en gran parte a las donaciones llegadas desde Irlanda, un país donde comenzaba a expandirse la iglesia palmariana.

Por un lado, Gregorio XVIII relajó algunas de las normas de convivencia retirando la prohibición de fumar, usar pantalones vaqueros o tener teléfonos móviles. Por otro lado, también se recrudecieron otras normas de la secta, dando lugar a numerosos enfrentamientos. Uno de los temas más conflictivos fue su lucha contra la práctica clandestina del sexo intramuros, algo paradójico teniendo en cuenta que Gregorio acabaría abdicando tras enamorarse de una monja palmariana.

Tras un papado convulso y repleto de crisis internas, en Abril de 2016, el papa Gregorio XVIII, abandonaba a sus fieles para irse a vivir a Monachil (Granada) junto a una ex-monja de la orden. Tras 32 años en la secta, Sergio María Ginés apostató y puso fin a su mandato para casarse con Nieves Treviño, una funcionaria de Granada que  venía de una familia palmariana y que fue monja durante años en la orden. Nieves se autodenomina la "Mata Hari" del "Vaticano chico" (el sobrenombre con el que se conoce en Sevilla al Palmar de Troya) ya que según ella, ayudó a parar una trama contra el Papa Gregorio XVIII urdida por varios frailes traicioneros.

Pero esto no era ni mucho menos el fin de las peculiares aventuras de Ginés que empezaba a ser personaje mediático: solicitó una pensión no contributiva al Estado, se afilió al PP y posó desnudo junto a su pareja en la revista Interviú, en una irrisoria estampa en la que aparecen como Adán y Eva, con ella mostrándole la manzana del pecado...

Portada de Interviú que, cosas del morbo, se agotó inmediatamente en toda Granada

Las entrevistas para su boda y la exclusiva de Interviú ayudaron a financiar su boda por lo civil que se celebró tan solo un día después de publicarse las fotos. En esta y otras entrevistas, Sergio Ginés terminaría reconociendo que “...todo había sido un montaje, sobre todo económico, aprovechándonos del milagro de la Virgen”. En la misma entrevista, Ginés afirmaba que se fue de El Palmar dejando "todo en orden, con superávit económico, fiscal y contable" y que solo se había llevado mil euros y su coche, un BMW X6 blanco (valorado en 75.000 euros) al que llama coloquialmente "el Papamóvil".

El shock que causó la huida del papa fue enorme. Su sucesor, el suizo Joseph Odermatt "Pedro III" dijo que era "una bestia maldita" y le acusó de robar el "papamóvil", joyas por un valor de dos millones de euros, imágenes de Cristo, de la Virgen, de Santa Teresa... además de dinero, que supuestamente habría desviado a sus cuentas privadas. Sergio a su vez se defendió de estas acusaciones diciendo que "el BMW es mío", y que estaba a su nombre porque era una donación personal. 

El 7 de Julio de 2016, pocos meses después de la marcha de Ginés, se desató un fuego en el archivo de la basílica de El Palmar de Troya que destruyó gran parte del edificio. No hubo daños personales, ya que los frailes y las monjas que se encontraban enclaustrados pudieron salir a tiempo, tampoco hubo una gran pérdida de documentos relevantes. Sin embargo, algunos fieles sospechan que el fuego pudo haber sido intencionado y no dudan en señalar a Ginés como posible autor.

Para corroborar su inocencia, dos años después, Ginés realizó un patético intento de robo en la basílica palmariana durante el cual se lio a cuchillazos con todo dios y terminó herido en el hospital.

La madrugada del 10 de junio de 2018, Ginés y su inseparable Nieves entraron en la basílica de la Iglesia Cristiana Palmariana a escondidas con la intención de cometer un robo al más puro estilo Bonnie y Clyde. Vestidos de negro, enmascarados con pasamontañas y provistos de una navaja, dos caretas de payaso, bridas, cinta americana, dos alicates y una palanqueta, la parejita saltó el muro exterior de la iglesia en plena noche con la ayuda de una escalera extensible.

Ginés y Nieves estuvieron escondidos dentro del recinto hasta las 5 de la tarde, momento en que quedaban abiertas las puertas que dan acceso a las dependencias del monasterio. Sin embargo, el sigilo no debía ser su fuerte porque fueron sorprendidos por el Padre Silvestre. Entonces Ginés se volvió muy loco y fue navaja en mano a por el Padre Silvestre, comenzando un forcejeo entre ambos que causaría diversas heridas en el costado y en las extremidades al Padre Silvestre.
Nieves se sumó a la tangana golpeando a Silvestre en la cabeza con un martillo que había encontrado por allí tirado. El Padre Silvestre, temiendo por su vida, logró arrebatarle la navaja a Ginés y le asestó una puñalada a Nieves en el costado, golpeándole acto seguido en la cabeza. La reyerta continuó con otro sacerdote implicado que, al igual que Silvestre, saldría herido, imputado en el juicio posterior y finalmente absuelto.

El Juzgado de lo Penal número 10 de Sevilla condenó a Ginés a seis años de cárcel: dos por un robo con violencia e intimidación en casa habitada en grado de tentativa (con el agravante de disfraz) y cuatro años más por dos delitos de lesiones producidas a dos sacerdotes. Su pareja fue condenada a cinco años. Además, se le impuso una orden de alejamiento no pudiendo acercarse a menos de 300 metros de la Basílica palmariana durante los próximos años. De algún modo inexplicable, Ginés eludió entrar en prisión, su pena quedó suspendida durante 5 años con la condición de que no volviese a delinquir durante este tiempo. Pero...
El pasado 11 de julio de 2021, en torno a las 8:30 de la mañana, la Policía Local del municipio granadino de Monachil recibió un aviso que alertaba de un vuelco, es decir, un robo de droga. Buscando el origen y siguiendo la pista de los restos de marihuana, llegaron hasta la casa de Ginés y Nieves, donde encontraron un kilo y medio de cogollos ya secos, pelados y listos para su distribución...

Markus Josef Odermatt (Pedro III)

Pero volvamos a la Iglesia del Palmar, donde las cosas no mejoraron mucho tras la marcha de Ginés. A pesar de su grotesco ejemplo, las medidas implantadas por Gregorio XVIII provocaron un cisma aun mayor entre quienes viven dentro y fuera de sus muros, haciendo imposible la convivencia entre los palmarios y quienes no profesan su fe.

En Abril de 2016, apareció muerta Bridget Crosbie, una irlandesa de 82 años que pertenecía a la iglesia palmariana. Los medios de comunicación irlandeses rápidamente destacaron que Bridget Crosbie vivía atrapada por este culto. Según su familia, a Bridget le lavaron el cerebro y murió consumida por el culto a la secta: "cortó toda relación con su familia porque así se lo exigieron desde la iglesia palmariana". Sus allegados explicaron que murió sola en su casa de Wexford (Irlanda), y que tuvieron que pasar dos meses hasta que encontraron su cadáver en la cama. 

El suizo Joseph Odermatt es el actual Papa palmariano, Pedro III,.

El mismo día de la coronación papal de Pedro III, el 16 de Julio de 2016, un irlandés que había sido obispo palmariano y que fue expulsado décadas atrás, regresó a la orden... pocos días después moriría en circunstancias extrañas durante una ceremonia. Era conocido como el padre Tobías, y en su anterior etapa en la orden sufrió numerosos abusos sexuales que le dejaron graves secuelas psicológicas.

Ese mes de julio, a los 49 años, el padre Tobías regresó a El Palmar atraído por las promesas de una carrera eclesiástica. Dos días después de su vuelta, murió durante una ceremonia durante la cual supuestamente sufrió un infarto. Su familia, comprensiblemente incrédula, demostró que hubo múltiples negligencias: no llamaron a ninguna ambulancia, su certificado de defunción lo firmó el propio médico de la iglesia y cuando su hermana pidió una autopsia que esclareciera las causas de su muerte, el cuerpo de Tobías ya había sido enterrado en la cripta de la basílica.

Todo esto no ha hecho si no ahondar en una decadencia que a su vez se está traduciendo en problemas económicos. En los últimos años la iglesia palmariana ha intentan recuperar a todos aquellos fieles que dejaron la congregación debido a conflictos o disputas con Ginés.
En un desesperado intento de retener y captar al mayor número de fieles posibles, el actual Papa palmario, el suizo Joseph Odermatt, está ofreciendo casas gratis a los devotos, fomentando la procreación palmariana (llama la atención la numerosa presencia de niños en sus instalaciones) y aumentando su presencia en internet y redes sociales…
En el Palmar, los devotos carecen de conexión a internet, ya que “la red es el diablo”, pero eso no impide a la iglesia palmaria tener una web traducida a diez idiomas, con la que sumar fieles y recaudar fondos.

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