20 octubre 2024

El Pájaro Carpintero Ruso - Ucrania

En Julio de 1976 un nuevo sonido conmocionó a los radioaficionados de todo el mundo. La señal consistía en un repetitivo sonido pre-grabado que se emitía en la frecuencia de los 10 MHz y que durante 13 años generaría interferencias e interrupciones en estaciones legales, señales de radioaficionados y emisoras de radio de numerosos países.

Esta molesta y poderosa señal fue inmediatamente detectada en emisiones del mundo entero, y rápidamente sería apodada por los radioaficionados como "el pájaro carpintero" debido a su similitud con el sonido de esta ave.

La señal era capaz de irrumpir en las emisiones legales de onda corta y en ocasiones podía ser oído en los circuitos telefónicos debido a su intensa señal. Esto desencadenó una avalancha de quejas y de teorías conspiranoicas y, dicho sea de paso, originó una próspera industria de filtros para el pájaro carpintero y bloqueadores de ruido.

Hubo tímidos intentos de combatir al pájaro carpintero, uno de ellos proponía interferirlo a través de una serie de transmisiones simultáneas y sincronizadas con señales continuas de onda, pero nada parecía ser capaz de atenuarlo.​ La idea fue desechada tras comprobar que no parecía tener ningún efecto sobre el pájaro carpintero. 

Una rápida identificación permitió localizar el origen de la señal que parecía provenir de la República Socialista Soviética de Ucrania. Así la señal pasó a ser conocida como el "Pájaro Carpintero Ruso" (Russian Woodpecker).

Todavía existían pequeñas diferencias a la hora de ubicar el punto exacto de las emisiones, distintos informes militares proponían distintas localizaciones: Kiev, Minsk, Chernóbil, Gómel o Chernígov; sin embargo todas ellas describían un sistema compuesto por un "pequeño" transmisor a unos 50 kilómetros al noroeste de Chernóbil (sur de Minsk, noroeste de Kiev) y un receptor 50 kilómetros al noroeste de Kiev (justo al este de Chernígov, sur de Gomel).

Efectivamente, la señal procedía de la Unión Soviética y pronto se sospechó que era emitida por un radar sobre el horizonte (OTH, "Over The Horizon Radar" en inglés). Tras la caída de la Unión Soviética esta teoría se pudo confirmar, el molesto sonido era emitido por un escudo antimisiles actualmente conocido como Duga-3.

Esto no pilló por sorpresa a la OTAN que conocía las instalaciones desde hace tiempo y contaba con fotos, grabaciones y hasta la designación de "Steel Yard" (escudo de acero) para este sistema de detección temprana.

El sistema original Duga-3 está ubicado a 30 kilómetros de la zona de exclusión de la central nuclear de Chernóbil.

Duga-3, es una infraestructura militar diseñada por el ingeniero soviético NI Kabanov. Actualmente está abandonada, pero antes de la guerra era uno de los destinos favoritos del turismo en la ciudad de Pripyat y la zona de exclusión de Chernóbil, en Ucrania.

Tanto las antiguas casas de los trabajadores, como las instalaciones militares están deshabitadas y concienzudamente saqueadas. La antena principal sigue en pie, oxidada, desafiante y convirtiendo el paisaje que la rodea en un escenario onírico. 

Desde los tejados de la desafortunada ciudad de Pripyat se puede divisar el andamio de Duga-3 en la distancia, una muralla esquelética de acero que se eleva por encima de los árboles, un siniestro muro poroso que deja pasar las nubes a través suyo.

Duga-1, la hermana "pequeña" de Duga-3

Duga-3 llegó a ser una ciudad entera con numerosos edificios de apartamentos, gimnasios, cine, escuela, estación de bomberos... Sin embargo sus residentes tenían instrucciones de no compartir con nadie dónde vivían. Durante años el secretismo sobre el “pájaro carpintero ruso” fue total.
En los mapas soviéticos, el radar Duga-3 fue marcado como un campamento para niños, incluso hay una estación de autobús con una decoración de los Juegos Olímpicos de Verano de 1980 en Moscú.

La construcción de Duga-3 comenzó en 1972 (aunque los primeros planos datan de 1946), en medio de una operación militar que buscaba mitigar las amenazas de los misiles de largo alcance y que permitiría que las señales de radio rebotasen en la ionosfera (un sistema que recuerda a HAARP, otro clásico de las conspiranoias). 

Los trabajos finales de modernización del radar se completaron a finales de 1986, pocos meses antes de la explosión de la planta de energía nuclear de Chernóbil el 26 de abril del mismo año. Un búnker estaba especialmente equipado para albergar a 300 personas que trabajaron durante las siguientes semanas de la explosión para proteger la estación de la contaminación nuclear, sin embargo, el radar se apagó, y el sistema nunca fue desplegado por completo. En Diciembre de 1989 el pájaro carpintero dejó de sonar en las radios de todo el mundo

Debido al alto secreto de la instalación, todos los documentos sobre su construcción y operación fueron destruidos. Parte de sus componentes vitales han sido saqueados o transportados a otras instalaciones, sin embargo, 30 años después la colosal construcción sigue en pie.

Actualmente la antena mide 150 metros de altura y 750 metros de largo y ocupa un área total equivalente a 7 campos de futbol. Son más de 13.000 toneladas de metal que desafían la gravedad, una de las construcciones de su tipo más grandes del mundo que puede ser observada a decenas de kilómetros de distancia.

+ info: Arquine

19 octubre 2024

Makoko - Nigeria

Una calle/canal en Makoko (Foto: Edward Burtynsky)

Si en la anterior entrada hablábamos de Ganvié,"la Venecia africana", en esta ocasión veremos a su vecina pobre y miserable, el barrio de Makoko, en Lagos, Nigeria.
En este caso cualquier comparación con Venecia resulta ofensiva; Makoko no destaca por su encanto ni por ser un sitio especialmente pintoresco, se trata más bien una isla condenada al caos y la marginalidad, un ghetto flotante en el corazón de la segunda ciudad más grande de África (tan solo superada por El Cairo).

Ya su peculiar nombre ya nos da una pista de su estigma, Makoko significa "criminales", un apelativo que le puso la propia policía de Lagos. Aquí no bucólicos paseos en canoa, ni mercados flotantes, tan solo una brutal bofetada de realidad. Una isla de basura y barro en la que más de 200.000 personas malviven en una situación de extrema pobreza.

Lagos es una ciudad asentada en una zona costera en la que varios ríos desembocan formando lagunas pantanosas, como la laguna de Lagos que da nombre a toda la región. Este nombre se lo pusieron los comerciantes portugueses que fueron los primeros en establecer un asentamiento permanente en esta región del antiguo Reino de Benín. Esta zona era (y es) conocida como Èkó en el idioma yoruba, y hasta 1991 fue la capital de Nigeria. Actualmente cuanta con más de 33 millones de habitantes y es una ciudad con un gran crecimiento demográfico y económico que aspira a ser el centro de negocios de toda África.

Para llegar hasta el barrio de Makoko hay que cruzar el larguísimo, y atascadísimo, puente Ojoo Expy (o Third Mainland Bridge) que se alza sobre la laguna de Lagos. Desde lo alto del puente se pueden divisar los cientos de troncos flotantes, casas de madera y tejados de chapa que dan forma a este impresionante "slum" flotante. 

El enorme puente Ojoo Expy con Makoko a sus pies

Este marginal barrio comenzó a construirse de forma ilegal hace más de 100 años (en 1860 según algunas fuentes), sus primeros habitantes eran pescadores llegados desde Badagry (una ciudad costera junto a la frontera de Benín) en busca de sitios con buena pesca. Un siglo después el asentamiento sigue siendo ilegal y sus moradores siguen dedicándose a la pesca y al ahumado de pescado lo que le da a todo el barrio su peculiar olor a humo.

Efectivamente, Makoko huele a humo, humedad... y basura, una basura omnipresente que se amontona en sus calles llenas de barro, en las orillas del lago, bajo las casas o flotando a la deriva en el agua... Sin infraestructuras ni servicios de ningún tipo, Makoko nunca ha sido reconocido por las autoridades, se trata de un grano en la cara que intenta proyectar Lagos, un rincón abandonado a su suerte que afea la imagen de esta gran ciudad. Ante la ausencia de un servicio de recogida de basuras parte se quema liberando metano, dióxido de carbono, nitrógeno y otras muchas sustancias nocivas al aire y a los pulmones de los habitantes.

En 2009 varios vecinos se hartaron de ser ignorados por las autoridades y comenzaron una iniciativa para construir escuelas, una pequeña clínica y habilitar varios puntos con agua potable. En una laguna repleta de humedad y basura, la malaria causa estragos, sobre todo durante la temporada de lluvias. También hay brotes frecuentes de cólera, fiebre tifoidea, y cualquier enfermedad que se transmita por el agua contaminada.

Estos esfuerzos por mejorar su situación debieron enternecer a un gobierno que en 2012 decidió acabar con sus penurias... emitiendo una orden de desahucio. La policía entró en el barrio para desalojar y demoler «algunas casas» de Makoko peligrosamente cercanas al tendido eléctrico. Sin embargo, según los habitantes la intervención fue mucho más allá: La policía disparó a la multitud, murieron varios habitantes incluyendo a un líder de la comunidad, hubo muchos heridos y prendieron fuego a las casas señaladas (cuyo mayor riesgo era arder por su cercanía al tendido eléctrico). Los desahuciados de Makoko se encontraron de pronto en la más absoluta de las miserias, la pluscuamiseria...

Bullicio, humo y caos son la normalidad en este barrio

La motivación real de este despropósito podría ser empezar a vaciar un barrio al que el gobierno acusaba de "vivir como animales, entre la basura, sin higiene ni servicios". Si rascamos más la superficie encontramos la huella de las élites de Lagos, que quieren convertir a esta ciudad en la más poderosa de África Occidental (o de todo el continente). En este futuro centro de negocios en el que un skyline de rascacielos dominará el horizonte y la laguna de Lagos sería la cara más visible, Makoko parece ser la piedra en el zapato.

Muy cerca se encuentra la Isla Victoria, todo un monumento a la opulencia; la idea del gobierno parece ser convertir a Makoko en algo muy similar, un barrio de apartamentos de lujo para el que ya hay planos y arquitectos asignados desde hace varios años. Así las cosas nadie se creyó las explicaciones del gobierno.

Conmovido por las injusticias que se estaban cometiendo en este barrio, un abogado decidió defender a los desheredados de Makoko. Junto a los vecinos afectados protestaron ante las administraciones locales y llevaron el caso a unos tribunales que finalmente declararon inconstitucionales los desalojos de Makoto. En 2017, estos mismos tribunales instaron al gobierno a compensar y realojar a todos los afectados... y el gobierno los ignoró muy duro hasta el día de hoy

Mientras, la vida sigue como puede en Makoko. Sus habitantes se han organizado para mantener varias escuelas que ofrecen educación primaria para familias sin recursos. Actualmente el 40% de los niños están escolarizados, al acabar sus estudios, los más afortunados continuan con la educación secundaria en tierra firme. Sin embargo el 60% de los niños siguen sin escolarizar y en muchos casos trabajan para mantener la economía familiar.

Una escuela flotante en Makoko

Otro gran logro ha sido crear dos o tres depósitos de agua potable repartidos por Makoko. Pero también hay nuevos desafíos, el último ha sido la política de dinero electrónico que acaba de implantar el gobierno de Nigeria. En un pueblo de pescadores en el que prácticamente nadie tiene cuenta bancaria, cuando van al mercado a vender su pescado, los clientes no pueden pagarles porque apenas existe el dinero en efectivo. Así, mucho de los habitantes dependen de la ayuda de los jefes locales que si cuentan con dispositivos electrónicos de pago.

Sin duda el lugar tiene cierta belleza apocalíptica. Un laberinto de canales de agua gris en los que flota la basura y los troncos. Mucha de esta madera se trae desde otras zonas de Nigeria para fabricar tablas y muebles con ella.

Cientos de troncos esperan a ser procesados en las afueras del barrio

En contraste con la turbia laguna encontramos las coloridas casas flotantes de sus habitantes, algunas son clínicas, tiendas, peluquerías... pero si algo tienen en común es que todas son minúsculas, estrechas, angostas y oscuras por dentro. 

En muchas de ellas hay redes de pesca colgando, de lo poco bueno de este lugar (y el motivo de su existencia) es que la pesca sigue siendo abundante. Por lo general, los hombres salen a pescar, y las mujeres esperan para recoger las capturas del día y ahumarlas. En demasiados casos los niños les ayudan en estas labores, ya sea pescando o vendiendo productos en puestos ambulantes.

Un padre pesca junto a su hijo

En resumen, la vida sigue a trompicones en Makoko, sin perder la esperanza de mejorar una situación bastante difícil de empeorar pero sin olvidar tampoco las amenazas que oscurecen su futuro. Para quienes viven aquí, esto es su hogar, sus raíces... aunque apeste a basura quemada.

+ info: KumakondaDailyPost

13 octubre 2024

Ganvié - Benin

Ganvié es una pequeña ciudad africana de unos 20.000 habitantes, situada dentro del lago Nokoué, en Benín. Debido a su peculiar ubicación flotando en las aguas del lago, muchos la conocen como "la Venecia africana", y en los últimos años ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de un país en el que el turismo es la segunda fuente de ingresos tras la agricultura.

Originalmente, los habitantes de Ganvié se dedicaban a la agricultura cultivando los campos cercanos. Hoy en día prácticamente toda la población vive de la pesca, pero también cada vez más del turismo. En una ciudad en donde la única manera de desplazarse es en canoa o piragua, muchos usan estas pequeñas embarcaciones para transportar turistas por sus acuáticas calles.

En el corazón de Benín, en el oeste de África, se encuentra Ganvié, una peculiar ciudad única en el mundo. Construida sobre las tranquilas aguas del lago Nokoué hace más de 300 años, esta "Venecia a la africana" destaca por su singular arquitectura y por su ambiente pintoresco. Sus coloridas casas se elevan sobre el agua apoyadas en pilares de madera y bambú, creando la ilusión de estar hundiéndose en las aguas del lago. Estas viviendas flotantes están conectadas por una red de canales que hacen de calles. Aquí, el único medio de transporte son las canoas, que continuamente surcan las aguas del lago Nokoué.

Una mezquita en Ganvié

Pero más allá de su fachada, Ganvié esconde una historia de resistencia contra la esclavitud que la ha convertido en todo un símbolo de resiliencia. Inicialmente, este curioso asentamiento se empezó a formar entre los siglos XVI y XVII cuando algunos miembros de la tribu Tofinu, que habitaba en la zona del Golfo de Guinea, comenzaron a construir sus viviendas en el agua. Este pueblo escogió como asentamiento el lago Nokoué debido a que la religión del Dahomey prohibía a los guerreros entrar en el agua, esto convertía la laguna en un terreno seguro a salvo de los envites de otras tribus.

En el siglo XVIII, la tribu Tofinu, cuyo nombre significa “personas”, se vio amenazada por el poderoso Reino de Dahomey, los Fon. Con la llegada de los colonizadores franceses, el rey de Dahomey llegó a un acuerdo con los invasores según el cual les entregarían miembros de otras tribus vecinas a cambio de que dejaran en paz a su pueblo. Este acuerdo sembró el conflicto en toda la región y convirtió en presas a los Tofinu, quienes huyendo de la esclavitud, buscaron refugio en las aguas del lago Nokoué.

Según la mitología yoruba, la diosa serpiente Iya Omi protegía el lago y castigaba con severidad a quienes osaran luchar en él. Amparados por estas creencias, los astutos Tofinu comenzaron a construir sus viviendas sobre pilares de madera, creando una ciudad impenetrable y fácil de defender (solo se podía acceder a ella en barca) y en la que toda agresión sufriría la ira de Iya Omi. Así nació Ganvié, un símbolo de la resistencia contra la colonización y un fiel reflejo del ingenio y la capacidad de adaptación de sus habitantes.

Una leyenda local amplía más este mito fundacional: En el siglo XVIII, los gobernantes de Dahomey adoptaron la molesta costumbre de capturar y esclavizar a todos los miembros de los reinos más pequeños. Para evitar que su pueblo corriese la misma suerte, el rey Abodohoué se convirtió en una garza y voló por el campo hasta que encontró una zona remota en la que restablecer su reino. Ese lugar era el centro del lago Nakoué y, para construir el pueblo en el agua, el rey Abodohoué se convirtió en cocodrilo y convenció a otros cocodrilos del lago para que lo ayudaran a construir el pueblo.

Las leyes de Dahomey prohibían cualquier confrontación bélica sobre el lago, considerado un espacio sagrado bajo la protección de la serpiente Iya Omi, espíritu del agua. Esto convirtió al asentamiento en una especie de santuario en el que, amparados por las creencias locales, muchos se refugiaron huyendo de la opresión colonial.

Mercado de día

Con el tiempo, Ganvié fue creciendo hasta alcanzar su población actual: unos 20.000 habitantes que encuentran en el lago su hogar y su sustento. Durante años, la pesca ha sido la actividad principal de Ganvié. Para ello se emplean una gran variedad de técnicas tradicionales, desde el lanzamiento de redes hasta la cría en una especie de piscifactorías flotantes llamadas acadjas. Estas estructuras hechas con hojas de palmera y bambú sirven de refugio a los peces, que acuden a alimentarse facilitando la labor de los pescadores locales.

En los últimos años, Ganvié se ha reorientado hacia el turismo atrayendo a viajeros de todo el mundo. Llegar a esta ciudad-isla requiere un corto viaje de media hora desde el embarcadero de Abomey-Calavy, donde se pueden comprar los tickets para un recorrido guiado. Hoteles y restaurantes flotantes ofrecen a los visitantes la oportunidad de degustar la gastronomía local, mientras que las iglesias y mezquitas, ofrecen un espacio de intercambio cultural que nos da un fiel reflejo de la vida cotidiana de sus habitantes. 

No obstante, Ganvié es mucho más que una atracción turística. Es un recordatorio de la tenacidad humana y de su capacidad para superar las adversidades y las amenazas externas a base de adaptabilidad e ingenio. Actualmente, esta ciudad-isla flotante sigue siendo un símbolo de libertad e independencia, un sitio que mantiene viva su cultura ancestral y que mira con optimismo hacia el futuro.

+ info: Infobae