22 febrero 2025

Lago Nyos - Camerún

El 21 de agosto de 1986, el lago Nyos explotó liberando una gran nube de gas que mató en el acto a más de 1.700 personas e innumerables animales. El extraño fenómeno conocido como erupción límnica supuso uno de los mayores desastres naturales en la historia del país; una enorme nube de CO₂ escapó a través de la superficie del lago, provocando una violenta explosión y asfixiando a miles de personas mientras dormían plácidamente. Fin de la historia.

Peroooo… ¿Cómo se formó este “lago asesino”?

Hace aproximadamente 400 años, una erupción volcánica formó lo que actualmente es el lago Nyos (aunque también hay quien lo llama Lwi). Se trata de un lago, en apariencia tranquilo, junto al monte Oku, en una remota región del noroeste de Camerún. El lago en cuestión ocupa una superficie de unos 1,58 kilómetros cuadrados y alcanza hasta 208 metros de profundidad máxima.

El lago Nyos se encuentra, por lo tanto, sobre un volcán que se consideraba inactivo, ya que no había entrado en erupción ni una sola vez en los últimos 10.000 años. Durante miles de años el lago Nyos había sido un sitio tranquilo, un oasis que permitió el surgimiento y la subsistencia de pequeñas poblaciones y su ganado.

Pero entonces… ¿Qué es lo que pasó?

Eran cerca de las 9 de la noche de una cálida noche de Agosto cuando de repente se oyó un ruido espantoso, el suelo tembló y un viento blanquecino parecido a la niebla envolvió a Cha, Nyos y Subum, los poblados cercanos al lago. Esa noche del 21 de Agosto de 1986 el lago “explotó” sin previo aviso, liberando una nube tóxica de CO₂ que inundó los valles y aldeas cercanas acabando con la vida de 1746 personas y unos 3500 animales de granja.

A la mañana siguiente todo había cambiado. El lago tenía un color rojizo opaco. La gente estaba tirada en las calles, muchos de ellos muertos. El silencio era absoluto y atroz. Familias enteras habían perdido la vida. Los pájaros no volaban, los animales yacían en el suelo sin vida. Hasta las moscas habían muerto... Los únicos animales inmunes a la catástrofe fueron las ranas que habitaban en el lago Nyos.

La mayoría de las víctimas fueron encontradas en sus camas, descansando, o en la entrada de sus viviendas. Los cadáveres, que habían tomado un extraño color verdoso, yacían cerca de los fuegos del hogar o amontonados en las puertas de entrada. El panorama era desolador.

El desastre era tan enorme que Paul Biya, el presidente camerunés, le pidió ayuda al mundo. Uno de los primeros investigadores estadounidenses en llegar al lugar le dijo a la revista Time que ese era el “desastre más extraño del siglo XX". Los primeros periodistas desplazados a la zona describieron la escena como "las consecuencias de una bomba de neutrones." 

La incapacidad para explicar el suceso llevó al gobierno de Camerún a barajar hipótesis disparatadas, como que las muertes habían sido provocadas por un ataque terrorista o por experimentos de nuevas y misteriosas armas de potencias extranjeras. Sin embargo, varios científicos tenían otras teorías y se desplazaron hasta la zona para tratar de demostrarlas.

Los científicos no tardaron en descubrir por qué la gente se había desmayado y, en muchos casos, muerto. La nube liberada por la explosión del Lago Nyos no solo contenía aire sino también una elevada concentración de dióxido de carbono (CO₂). Al esparcirse por las cercanías del lago y ser respirado por las aldeas colindantes, el CO₂ asfixió a los habitantes de la región en lo que podría considerarse un envenenamiento invisible y silencioso, una "muerte dulce".

Pero… ¿por qué algunos murieron mientras que otros simplemente se quedaron inconscientes? 

La erupción provocó la liberación repentina de aproximadamente 100.000–300.000 toneladas de dióxido de carbono (CO₂). El nivel del lago descendió cerca de un metro y los árboles cercanos al lago fueron derribados. Inicialmente, la nube de gas se elevó a casi 100 kilómetros por hora, pero el CO₂ tiene una densidad 1.5 veces mayor a la del aire, por lo que poco después la nube de gas se precipitó sobre la zona que rodea el lago, desplazando al oxígeno y asfixiando a personas y animales a su paso.

Tras la explosión, la pesada nube de dióxido de carbono, descendió por los valles cercanos, siempre pegada al suelo y a una velocidad de entre 20 y 50 kilómetros por hora. Esta nube recorrió las zonas más bajas de esta región en donde había varios pueblos que resultaron afectados (Nyos, Kam, Cha, y Subum). 

Los investigadores se dieron cuenta de que la suerte de las víctimas dependía en gran medida de la concentración de CO₂. Cuando esta concentración era menor del 15% las personas perdían el conocimiento y despertaban hasta 36 horas más tarde. Sin embargo las personas que inhalaban concentraciones de CO₂ mayores del 15% dejaban de respirar y morían asfixiadas en cuestión de minutos. 

En un radio de 23 kilómetros la nube de gas estuvo lo suficientemente concentrada para asfixiar a numerosas personas mientras dormían. Después se fue diluyendo y aproximadamente 4000 habitantes lograron huir de la catástrofe, pero muchos de ellos desarrollaron problemas respiratorios, lesiones, y parálisis tras inhalar la nube de gas.

Pero, pero … ¿Por qué explotó el lago Nyos?

Al principio, los científicos sospecharon que el catalizador de la explosión podía haber sido una erupción volcánica. Siguiendo esta línea de investigación buscaron rastros típicos de este fenómeno, como restos de azufre o cloruro en las aguas del lago. También instalaron sismómetros en las cercanías para registrar los pequeños temblores y réplicas que se suelen dar tras una erupción volcánica. Pero no encontraron ninguna de estas pistas, la explosión del lago no se debía a una erupción volcánica.

Al continuar la investigación se dieron cuenta que el proceso había sido mucho más paulatino. El Lago Nyos es un lago estratificado y profundo en el que las aguas superiores no llegan a mezclarse con las aguas inferiores. Su cuenca es muy profunda y las paredes que rodean el lago son muy empinadas, por lo que los vientos que soplan sobre su superficie no llegan a crear turbulencias y las distintas capas de agua del lago no se mezclan. Esto hace que el lago permanezca inalterado durante siglos.

Sin embargo esta tranquilidad es solo aparente ya que bajo las aguas del lago se produce una importante actividad sísmica. Esta actividad sísmica fue liberando una gran cantidad de dióxido de carbono que poco a poco se fue acumulando en el fondo del lago. Al tratarse de un lago muy estratificado y profundo, el agua de las capas inferiores no llegaba a mezclarse con las de la superficie, lo cual impidió que el fondo se desgasificara.

Las aguas normalmente azules del lago cambiaron a un color rojo profundo tras la liberación del gas, esto es debido a que el agua del fondo, rica en hierro, subió hasta la superficie oxidándose al entrar en contacto con el aire.

Pero... casi prefiero que me lo cuenten testigos directos

Algunos de los testimonios de distintos supervivientes, como Ifrain Che, nos dan una idea de esta fatídica noche:
"La noche anterior, mientras estaba con mi familia, sentí un ruido extraño. El aire se espesó. Pensé que iba a llover. Me sentí mal, mareado, y me acosté. Al despertar, a la mañana siguiente, encontré un mundo diferente. Sin vida... Era el fin del mundo. Pensé que sería alguna brujería, una maldición de los dioses que había caído sobre el lugar y su gente. 
Apenas bajé la colina, el color sangre del lago me desconcertó. Tampoco había agua en una cascada del camino. En cuanto llegó al pueblo encontré a Halima Suley, una ganadera del lugar, pidiendo ayuda. Ella sólo recordaba haberse desmayado “como una muerta”. Los hijos de la mujer y otros 31 miembros de su familia habían fallecido. Lo mismo había sucedido con sus 400 cabezas de ganado."
Al llegar a la villa de Nyos, Ifrain descubrió lo peor. Casi todos los vecinos estaban muertos, sólo unos pocos, sobre todo niños, habían logrado sobrevivir. Entre los cuerpos que encontró estaban los de sus propios padres, hermanos y tíos. “Yo lloraba, y lloraba y lloraba”...

Otro superviviente, Joseph Nkwain de Subum, narró su horrible despertar:
"No podía ni hablar. Me estaba quedando inconsciente. No podía abrir la boca y olía fatal... Oí a mi hija roncar de una manera horrible, muy anormal... Cuando fui hacia la cama de mi hija me desmayé y caí. Estuve allí hasta las nueve de la mañana del día siguiente, hasta que un amigo mío llamó a mi puerta... Vi sorprendido que mis pantalones estaban rojos, y tenían algunas manchas como de miel. Mis brazos tenían heridas, no sé realmente cómo me las hice... Quería hablar, pero mi respiración no salía... Fui a la cama de mi hija, creyendo que todavía dormía, pero ya estaba muerta.
Me volví a quedar dormido hasta las 4:30 de la tarde y entonces me las arreglé para ir a las casas de mis vecinos. Estaban todos muertos... Decidí irme porque la mayoría de mi familia estaba en Wum... Tomé mi motocicleta y un amigo cuyo padre había muerto se vino conmigo... Mientras recorría Nyos no vi rastro de ningún ser vivo... Cuando llegué a Wum, era incapaz de caminar, incluso de hablar... mi cuerpo estaba completamente débil.

Pero... ¿Podría volver a pasar?

Hay muchos lagos en el mundo con características similares, sin embargo, pocos se sitúan sobre un respiradero volcánico, como sucede en este caso. Con el paso de los años, las décadas y los siglos, las constantes fugas de dióxido de carbono (CO₂) se fueron acumulando bajo su superficie hasta que un leve movimiento geológico hizo que parte de este dióxido de carbono disuelto en las profundidades del lago emergiera a la superficie repentinamente.

A día de hoy todavía no sabemos qué provocó la explosión límnica del 21 de agosto de 1986. La mayoría de los geólogos sospechan un derrumbe, pero algunos creen que pudo ser una pequeña erupción volcánica en el lecho del lago, un pequeño sismo o incluso un chaparrón de lluvia fría que al caer junto a las montañas del lago provocase un corrimiento de tierras... hay numerosas posibilidades pero pocas certezas. Sea como sea, esa noche se liberó una gran nube con una concentración letal de CO₂, que fue responsable de todas las muertes de personas y animales. Las investigaciones posteriores han revelado que el lago solo liberó el 2 % del CO₂ disuelto en el agua, por lo que el riesgo de que vuelva a suceder sigue estando muy vigente. 

Afortunadamente, se ha instalado un sistema de desgasificación en el lago, con el objetivo de reducir la concentración de CO₂ en el agua y prevenir nuevas erupciones límnicas. Varios investigadores propusieron la instalación de columnas o tubos de desgasificación a partir de balsas situadas sobre las aguas del lago. La idea es ventilar lentamente el CO₂ haciendo subir el agua saturada a través de un tubo conectado inicialmente una bomba. Con el tiempo la presión de gas permitió elevar el agua del fondo del lago sin necesidad de la bomba, permitiendo que el sistema fuese autosuficiente.

En 1995 comenzaron los estudios de viabilidad y en 2001 se instaló el primer tubo de desgasificación permanente. Diez años más tarde se añadieron otros dos tubos adicionales, pero en 2019 el sistema alcanzó un punto estable en el que una sola tubería mantiene indefinidamente el CO₂ en un nivel seguro, sin ninguna necesidad de energía exterior.

El Lago Kivu entre Ruanda y República Democrática del Congo es considerado el "lago más peligroso del mundo"

Pero... ¿Es el único lago potencialmente "explosivo"?

No solo deberíamos vigilar la evolución de este lago, si no que hay otros aun más peligrosos como es el caso del lago Kivu, situado en la frontera entre Ruanda y la República Democrática del Congo. Este lago comparte muchas características con el Lago Nyos, y podría ser mucho más letal. El lago Kivu no solo es unas 1.700 veces más grande que el lago Nyos, sino que también se encuentra en una zona mucho más poblada, con más de dos millones de personas viviendo junto a las orillas del lago. Si en el futuro el lago Kivu liberase una nube de CO₂ como la de Nyos, sus efectos serían mucho mayores.

Un primer aviso llegó el 22 de mayo de 2021, cuando el volcán Nyiragongo, en la República Democrática del Congo, entro en erupción. La erupción causó la muerte de hasta 32 personas, numerosos daños materiales y dejo a miles de habitantes sin hogar. Poco después de la erupción, el magma subterráneo del volcán comenzó a fluir en dirección al lago Kivu provocando que en el fondo del lago, a 300 metros de profundidad, se acumulasen gran cantidad de gases altamente inflamables. Los expertos estimaron que había unos 300 kilómetros cúbicos de dióxido de carbono (CO₂) y 60 kilómetros cúbicos de gas metano (CH4) acumulados en las profundidades del lago.

El dióxido de carbono y el metano que ahora se acumulaban en el fondo del lago Kivu se habían filtrado a través de respiraderos volcánicos. Estos gases se mantienen en el fondo del lago debido a la alta presión que existe a esas profundidades, pero en el momento en que el nivel del gas acumulado sea muy elevado, éste se puede liberar explosivamente. Un ejemplo gráfico sería quitar el tapón de un refresco gaseoso que hemos sido agitado previamente.

La comunidad científica recordó rápidamente la erupción límnica de Nyos. En cualquier momento una pequeña perturbación de cualquier tipo bastaría para liberar el apocalipsis: una erupción, un deslizamiento de tierra, un terremoto o incluso un pequeño aumento en la temperatura del agua. En este caso, erupción límnica como la de Nyos podría tener efectos catastróficos en la ciudad de Goma, la más cercana al lago Kivu. Esta posibilidad, aunque remota, obligó a las autoridades del país africano a pedir la evacuación de todos los ciudadanos.

El cráter del volcán Nyiragongo es uno de los pocos lagos de lava permanentes del mundo.

A día de hoy el lago Kivu sigue siendo una bomba de relojería, su gran acumulación de gases y su cercanía al volcán Nyiragongo, uno de los más activos del mundo hacen de esta región una gran candidata a la próxima erupción límnica.

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