03 febrero 2025

Nördlingen - Alemania


Hace algún tiempo hablamos en este mismo blog de Aogashima, un pueblo japonés que estaba construido en el interior de un cráter volcánico. Muy lejos de allí, en Alemania, los habitantes de Nördlingen pensaban que compartían su misma suerte, pero su caso es ligeramente distinto; este bonito pueblo circular está construido en el interior de un cráter, pero el suyo es de origen extraterrestre.

Nördlingen es un bonito pueblo amurallado, con tejados rojizos y calles pintorescas en el estado de Baviera. La historia de este pintoresco pueblo comenzó hace 15 millones de años, cuando un tremendo meteorito de aproximadamente 1 Km de ancho impactó en esta zona con una velocidad estimada de 25 Km/seg. El brutal impacto creó un cráter de 26 Km de diámetro, y entre 100 y 150 metros de profundidad, en cuyo interior se construyó años más tarde Nördlingen.

La ciudad, que aparece mencionada en registros del siglo IX, se construyó dentro del cráter durante la Edad Media. Durante mucho tiempo fue una villa próspera e influyente. Destaca su protagonismo en la Guerra de los Treinta Años ya que en sus inmediaciones se disputaron grandes batallas. Sin embargo, tras la guerra, Nördlingen perdió gran parte de su poder político y económico, y se quedó congelada en el tiempo.

Hasta hace relativamente poco, los habitantes de Nördlingen pensaban que su ciudad había sido construida en el cráter de un volcán extinto; sin embargo, en la década de 1960, los geólogos estadounidenses Eugense Shoemaker y Edward Chao visitaron el pueblo y reescribieron su historia.

Tras estudiar fotografías de Nördlingen, los científicos se percataron de que el cráter no cumplía con las características propias de un volcán, intrigados decidieron viajar hasta Alemania para comprobar su hipótesis. No les hizo falta indagar mucho, al explorar el muro de la iglesia de Nördlingen inmediatamente descubrieron una gran acumulación de piedras preciosas.

Una de las características más llamativas de Nördlingen es que sus calles, escalones y muros brillan reflejando la luz del sol. Esto es debido a que las construcciones más antiguas (todo lo que está dentro de los muros de la ciudad) están hechas con suevita, un tipo de roca muy frecuente en esta zona que se formó tras el impacto del asteroide y que contiene en su interior millones de pequeños diamantes.

La suevita se formó cuando el meteorito sometió al lecho rocoso a tanto calor y tanta presión que las burbujas de carbón que contenía en su interior terminaron convirtiéndose en pequeños diamantes, todos de menos de 0,2 mm, casi invisibles al ojo humano. La suevita puede encontrarse en otras partes del mundo donde se han producido impactos similares, pero en ningún lado la concentración es tan alta como en Nördlingen. Tras la visita de Shoemaker y Chao, los geólogos locales estimaron que los muros y edificios de la ciudad contenían aproximadamente 72.000 toneladas de diamantes.

El cráter de Nördlingen es uno de los cráteres de impacto mejor conservados del mundo, y es tan particular que los astronautas de las misiones Apollo 14 y Apollo 16 lo visitaron antes de partir a la Luna para familiarizarse con el tipo de rocas que podían encontrar en el espacio y saber cuáles debían traer de regreso a la Tierra. En agradecimiento, los astronautas trajeron fragmentos de rocas lunares que hoy aparecen expuestos en el "Museo del Cráter" en este mismo pueblo.

Durante la construcción del pueblo, sus pobladores no se dieron cuenta que las piedras empleadas en sus edificaciones tenían incrustados pequeños diamantes con una concentración sin igual. De todos modos, el tamaño de estos "diamantitos" es demasiado pequeño para poder comercializarlo, así que probablemente su mejor uso era el de crear una villa medieval única en el mundo que parece cubierta por brillantina.

Hoy en día la ciudad está conservada tal y como era en el medievo, su muralla se conserva íntegra siendo la única en Alemania que se puede recorrer por completo. Además, las casas del siglo XIV y los edificios renacentistas y barrocos hacen de este conjunto una de las joyas de Baviera. En la cumbre del Daniel, está la torre de la Iglesia de San Jorge, donde varios guardianes vigilan la ciudad y gritan "So, G´sell, so" , (todo bien, compañeros, todo bien) cada media hora desde las 10 de la noche, para anunciar que no hay amenazas acercándose a la muralla.

Más allá del muro, están las canteras y minas de las que se extrajo la suevita. Selvas de pinos y coníferas rodean el borde del cráter, alimentadas por un suelo extremadamente fértil. Este suelo, tan fértil como la falda de un volcán, en realidad formaba parte del fondo de un lago formado tras el impacto del meteorito.

+ info: Cuadernodeviaje - ABC - BBC