17 marzo 2021

Archipiélago Izu - Japón

Pintura de las Islas Izu desde el Monte Tenjō en la Isla de Kōzushima (Hasegawa Shinkichi 1846)

Las islas Izu (伊豆諸島) es un archipiélago de islas de origen volcánico que rodea la península de Izu, en Honshu, Japón. Administrativamente, forman parte de la prefectura de Tokio y del Parque Nacional "Fuji-Hakone-Izu". La mayor de las islas es Ōshima o Izu Ōshima y se suelen diferenciar 10 islas principales y cientos de islotes de menor relevancia; nada fuera de lo normal para Japón, un país compuesto por más de 6850 islas.

Este archipiélago es relativamente famoso debido a Aogashima, una isla en la que toda su población vive dentro del cráter de un volcán, sin embargo muchas de las islas vecinas también tienen peculiares historias que contar:

Izu Ōshima y los billetes de solo ida:


La entrada al volcán Mihara, una puerta que muchos cruzan una sola vez.

Izu Ōshima (伊豆大島) es la isla más grande del archipiélago (91,06 Km²) y la más cercana a Tokio. Conocida también como "pueblo de Ōshima", se trata de una isla volcánica ubicada al sur de Tokio y al este de la península de Izu, en la prefectura de Shizuoka.

La isla es famosa por su volcán, el monte Mihara, pero también cuenta con otros atractivos como su festival de las camelias, numerosas playas y unas aguas termales de origen volcánico que la convierten en un destino turístico muy popular y accesible desde Tokio, desde donde podemos llegar en ferry en poco más de media hora

El reclamo más famoso de Oshima es el Monte Mihara, un volcán activo predominantemente basáltico, cuyas mayores erupciones ocurren con intervalos de entre 100 y 150 años. La mayor erupción de la que se tiene constancia ocurrió en 1986 cuando las fuentes de lava llegaron a alcanzar una altura de 1,6 km, mientras que la última erupción fue en 1990. Sin embargo, no es su actividad lo que ha hecho célebre a este volcán.


Las carreteras de Oshima presentan perfiles donde pueden apreciarse depósitos de piroclastos con más de 100 capas de estratos, 10.000 años de erupciones volcánicas periódicas.

En febrero de 1933 una estudiante japonesa de 21 años llamada Kiyoki Matsumoto se sintió atraída por su compañera de estudios, Masako Tomita, y se declaró en una conmovedora carta en la que confesaba su amor y la enorme presión a la que estaba sometida: “Ya no puedo soportar esta tensión. ¿Qué debo hacer? Quisiera lanzarme a un volcán..." 

En aquella época, las relaciones lésbicas estaban sometidas a una gran desaprobación por parte de la sociedad japonesa, toda relación homosexual suponía un tabú que afectaba a la honorabilidad de todo el clan familiar, la única manera de recuperar parte de la honra familiar era el suicidio.

Pero Kiyoki no quería que su muerte fuese en balde, no quería un suicidio discreto que silenciase su drama. Lo que empezó siendo una metáfora acabó por convertirse en una obsesión y Masako Tomita conocía el lugar perfecto para llevar a cabo un acto simbólico que removiese conciencias. Las chicas viajaron juntas a la isla Izu Oshima, en donde Kiyoko Matsumoto se quitó la vida arrojándose al cráter del Monte Mihara. Según un artículo de la revista Times, Masako Tomita murió poco después, aunque no se especifican las causas de su muerte.

Ya desde finales del siglo XVII se empiezan a registrar suicidios desde el punto más alto de este volcán, durante los años 20 se contabilizan varios intentos en este mismo punto, pero a partir de la muerte de Matsumoto, las cifras se dispararon dramáticamente. El mismo año en el que murió la joven, 944 personas (804 hombres y 140 mujeres) se arrojaron al cráter. Durante los dos años siguientes se registraron 350 suicidios y hasta 1386 intentos fallidos... El suicido en aquel entonces era legal en Japón, por lo que las autoridades tampoco hicieron gran cosa por detener la ola.

La historia de Matsumoto y su nota de despedida fueron publicadas en todos los periódicos, Kiyoko Matsumoto se convirtió en una celebridad y el monte Mihara se volvió una sensación mediática... y turística. La Compañía de Barcos de Vapor de la Bahía de Tokio abrió una ruta al Monte Mihara que pasó a ser rebautizado como “Punto de suicidio”. Muchos turistas iban a isla Izu Oshima solo para ver gente arrojándose al cráter... tras subir la empinada ladera del volcán, un mirador permitía a los turistas presenciar los suicidios diarios.

Los medios que narraron la triste historia de la pareja hicieron especial hincapié en su orientación sexual, como resultado, el volcán se volvió un símbolo para todas las parejas que vivían atormentadas por la represión hacia su sexualidad. Para el año 1945, unas 45 parejas de mujeres se habían suicidado saltando juntas al volcán.

Finalmente, el gobierno japonés tomó cartas en el asunto y puso una valla alrededor de la estructura para intentar frenar la ola de suicidios, desde entonces es ilegal comprar un billete solo de ida (sin regreso) a la isla Izu Oshima. Como era previsible, el monte Mihara se ha convertido en un fatídico símbolo en el mundo del cine y la literatura: aquí fue donde el gobierno japonés encarceló a Godzilla en la película "The Return of Godzilla", y en la novela Ring, de Koji Suzuki, éste es el escenario en donde la madre de Sadako Yamamura se quita la vida.


Aogashima, la isla del mundo perdido:


Vista aérea del doble cono volcánico de Aogashima (foto de Charly W. Karl)

Aogashima es la isla más meridional y remota del archipiélago. Como ya indicamos en entradas anteriores, es famosa por consistir básicamente en un pueblo que vive dentro del cráter de un volcán... en teoría inactivo. 

Esta pequeña isla, apenas 6 Km², se encuentra 320 kilómetros al sur de Tokio y cuenta con poco más de 170 habitantes. Acceder a Aogashima no es sencillo, solo se puede llegar por helicóptero o barco. Hoy en día cuenta con un minúsculo puerto artificial protegido de los frecuentes derrumbes de los barrancos que rodean la isla; pero sus primeros pobladores tuvieron que desafiar a un intenso oleaje, desembarcar en las peligrosas rocas del litoral y subir los escarpados precipicios de esta isla para poder acceder a la tierra prometida: un fértil y resguardado valle interior completamente rodeado por un muro de rocas volcánicas.

En la actualidad, llegar a Aogashima es un poco más sencillo (solo un poco). Desde la vecina isla de Hachijojima, sale diariamente un helicóptero con capacidad para nueve personas. El barco acepta más pasajeros, pero tiene una frecuencia menor y muchos días la niebla o el oleaje impiden realizar el trayecto.


Las empresas turísticas japonesas denominan a Aogashima "la isla del mundo perdido"

La orografía de la isla es un capricho (perverso) de la naturaleza. Inicialmente, un gran volcán hizo emerger la isla, este volcán se fue apagando lentamente a lo largo de siglos o milenios, hasta que un nuevo volcán apareció el centro del cráter inicial… y también se apagó con el paso del tiempo. El volcán interior se llama Otonbu y lleva inactivo desde 1785, desde su cúspide se puede lograr una visión panorámica de casi toda la isla

El resultado de toda esta actividad es un volcán "matrioshka" y una isla inexpugnable, rodeada de enormes acantilados de hasta 423 metros de altura, en la que la única zona habitable es el cráter del volcán. Aquí podemos encontrar una escuela, oficinas de correos y hasta una calle principal por la que no cabe esperar un gran tráfico de coches

A diferencia de otras islas de la región, Aogashima no tiene playas, solo escarpados acantilados, esto se debe a que es demasiado joven y el oleaje aun no ha podido erosionar las costa y producir arena. Sin embargo, eso no la impide desarrollar distintas alternativas al turismo:

Las laderas del volcán tienen numerosos respiraderos de vapor, que forman aguas termales aptas para el baño. La sauna de Fureai así como la mayor parte de la isla, se abastecen de energía geotérmica y gas gracias a estos respiraderos. En estos onshens podemos encontrar baños públicos, duchas, lounges y hasta hornos con los que cocinar los platos típicos de la isla: huevos, pescados y mariscos cocinados con el vapor del volcán.

La sal de esta región es muy apreciada, lo que ha permitido la aparición de una industria relativamente próspera. Para ello, los residentes calientan el agua del mar en las fumarolas hasta evaporar todo el agua y quedarse con una sal marina muy pura y rica en calcio


Rocas Bayonnaise:


¿Es un volcán? ¿es una isla?... es Myōjin-shō!!

En 1846, la corbeta de la Marina francesa Bayonnaise se topó con unas rocas 65 Km al sur de las costas de Aogashima. El grupo constaba de tres rocas grandes y varias rocas pequeñas que se elevaban 11 metros sobre el nivel del mar. Con una superficie insignificante (0,01 metros cuadrados) estas rocas apenas albergan vegetación pero suponen un lugar de descanso para las aves migratorias.

Las rocas están situadas en la caldera submarina de Myōjin-shō, un lugar con frecuentes erupciones submarinas; algunas de estas rocas son la parte visible de la cresta volcánica de un doble volcán somma (una caldera volcánica que ha sido parcialmente ocupada por un nuevo cono volcánico central). Este volcán se extiende 5 kilómetros con una altura de 1500 metros desde su base en el fondo del mar.

Desde 1896 se han registrado numerosas anomalías en la superficie del mar y erupciones submarinas causadas por la intensa actividad volcánica. Fruto de esta actividad, una nueva isla apareció en Myōjin-shō en 1906, luego desapareció, volvió a emerger en 1946, volvió a desaparecer poco después...

El mañana de 18 de septiembre de 1952, la embarcación pesquera Shikine Maru fue testigo del enésimo nacimiento de la isla de Myōjin-shō tras una nueva explosión volcánica submarina. Inicialmente escucharon una pequeña explosión que provenía de una erupción en el fondo marino, a 1.500 metros de profundidad; poco después empezaron a emerger columnas de humo, nubes de azufre y espirales de vapor, entre las cuales apareció una pequeña islita. Sucesivas erupciones levantaron montañas de lava, que al solidificarse, fueron consolidando la nueva isla.

A las pocas horas, del torbellino de vapores incandescentes, empezaron a salir bolas de fuego. El pesquero tuvo que alejarse de la columna de lava y humo que no paraba de arrojarles material incandescente a su embarcación. Afortunadamente, pudieron mojar los restos de lava y salvar su barco, tras lo cual, avisaron a las autoridades del suceso.


El barco de investigación científica japonés Kaiyo Maru No. 5

Cinco días después, el 23 de septiembre, la embarcación Kaiyo Maru No. 5 se presentó en la isla para comenzar los trabajos de investigación. Enviados con fines científicos por el Departamento Hidrográfico de la Agencia de Seguridad Marítima, la embarcación se acercó al cráter del volcán sumergido para estudiar a fondo el suceso. Lamentablemente, una nueva explosión volatilizó la isla, que apenas llegó a durar 5 días; sin previo aviso, el océano engulló a Myōjin-shō y al barco oceanográfico, llevándose las vidas de sus 31 pasajeros.

Este suceso alimentó el mito del Mar del Diablo, una región del Pacífico en la que, según algunos autores estadounidenses, es frecuente la desaparición de barcos (similar al Triángulo de las Bermudas). Sin embargo, muchos autores han desmontado esta teoría: en esa época, cada año se perdían centenares de botes de pesca japoneses, para ellos, esta región no tiene ninguna peculiaridad especial.


Miyakejima, la isla tóxica:


El faro de Miyakejima, cuando no está venenoso, ofrece unas vistas impactantes

Con una superficie de 55,50 km², esta isla situada 180 kilómetros al sur de Tokio, es un monumento a la tenacidad y la cabezonería humana. Además de poseer un sorprendente ecosistema y varias especies protegidas, esta isla forma parte de una cadena de volcanes que la convierten en uno de los sitios más inhabitables de la Tierra.

La isla es tristemente conocida por su incesante actividad volcánica, su volcán principal, el monte Oyama, ha entrado en erupción numerosas veces por lo que las emisiones de gas sulfúrico son una constante en toda la isla.


A mediados del siglo pasado, este volcán resultaba aun más mortífero. En 1940, la lava se "tragó" a once personas, lo cual no impidió que sus habitantes siguiesen habitándola con total normalidad.

El 14 de Julio del año 2000, el Monte Oyama entró en erupción tras 17 años de tregua. Más de 17000 terremotos sacudieron la isla mientras columnas de humo kilométricas tapaban los cielos y cenizas volcánicas y pirolitos llovían sobre las viviendas. Por si todo esto no bastase (de hecho, no bastaba, sus habitantes estaban habituados a este modo de vida) el dióxido de azufre empezó a filtrarse por las grietas del suelo hasta convertir toda la isla en un yermo infernal. Finalmente el gobierno japonés ordenó la evacuación. A lo largo de un mes, toda la isla tuvo que ser evacuada en pequeños barquitos mientras las erupciones y las emanaciones de gases tóxicos continuaban durante cuatro largos años de actividad volcánica. 

Tras cinco años de maltrato, Miyajima era un pequeño pedazo de tierra post-apocalíptico perdido en el Pacífico, las casas estaban invadidas por la lava, todo el paisaje estaba cubierto por una espesa capa de cenizas que unidas al silencio, daban a la isla un aire sepulcral.  Finalmente, en 2005, muchos habitantes pudieron regresar; inasequibles al desaliento, el 1 de enero de 2006, la población de la isla volvía a ser de 2.884 habitantes. Sin embargo, las emisiones lejos de cesar, continúan en la actualidad, por lo que todos los habitantes de esta isla viven en todo momento con una máscara de gas a mano. 


Miyakejima, el lugar donde toda persona está obligada a llevar siempre una máscara antigás. 

La tragedia, cuando es constante, acaba por normalizarse... El Monte Oyama sigue emitiendo gas tóxico, varias zonas de la isla permanecen cerradas al público y empleados del gobierno se encargan de revisar las condiciones de habitabilidad a diario. Mientras tanto, los ciudadanos prosiguen con su vida, siempre cerca de una máscara de gas. Cada cierto tiempo, las alarmas interrumpen la paz de la isla, pero no consiguen doblegar el ánimo de unos habitantes empeñados en sobrevivir en lo que ellos llaman "hogar".

No son los únicos temerarios, cada año la isla atrae más turistas ataviados con sus mascarillas desechables, los biólogos estudian las resistentes especies locales y los submarinistas acuden fascinados por los corales de la isla. Uno de sus visitantes más ilustres fue Jack Moyer, un soldado estadounidense destinado aquí durante la guerra de Corea. Jack se dio cuenta de que el gobierno de EEUU usaba un islote cercano para sus prácticas de bombardeo, un buen día descubrió una especie desconocida de ave marina que anidaba en el islote, preocupado decidió escribir una carta al presidente Truman que inesperadamente surtió efecto. Los bombardeos sobre el islote cesaron, y Jack se asentó allí. Sufrió varias erupciones y tuvo que ser evacuado en el año 2000, pero regresó rápidamente (aun con la prohibición de establecerse del gobierno japonés) para comprobar si la flora y fauna del islote habían conseguido recuperarse. Finalmente se suicidó en 2004 en su casa de Tokio, el islote nunca más volvió a tener habitantes.


Hachijōjima:

Hachijōjima es una de las islas principales de este archipiélago, con una extensión de 63 km² y una población de 8363 habitantes, esta región conocida como el pueblo de Hachijō está administrada directamente por Tokio. 

Durante el Periodo Edo, esta isla fue utilizada como lugar de exilio para convictos, quienes durante años de trabajos forzados construyeron muchos de los muros y estructuras de la isla.


Mikurajima:

Mikurajima tiene una superficie de 20,58 Km² con apenas 300 habitantes. La isla no tiene puertos importantes, lo que limita en gran medida el número de visitantes. El monte Oyama es el punto más alto de la isla y por lo general todo su hábitat permanece relativamente inalterado.


Toshima, la isla de las camelias:

Toshima es una isla pequeña, de apenas 4 kilómetros cuadrados, habitada permanentemente por poco más de 300 personas. El 80% de la isla está cubierta por bosques de camelias y además alberga un lirio único en el mundo, Saku la especie de lirio más grande que existe.

Si queremos visitarla en todo su esplendor tendremos que ir entre los meses de noviembre y marzo, cuando toda la isla se tiñe de tonos rosados y rojizos por las flores de camelias. 


Niijima y Shikinejima:


La isla de Nijima destaca por sus arenas blancas

Niijima tiene una superficie de 23,87 km² y una población de aproximadamente 2.700 personas, se encuentra 163 km al sur de Tokio y se compone de varias islas: La isla principal Niijima-mura (o villa Niijima), la vecina Shikinejima y los islotes Jinai-tō y Hanshima. 

Con 432 metros de altura, el monte Miyatsuka es el punto más alto de una isla en la que solo caben destacar dos poblaciones: Honson en el centro de la isla y Wakagō en el extremo norte de la isla. El extremo sur de Niijima está relativamente poco habitado y alberga unas instalaciones para el lanzamiento de cohetes de sondeo experimental.


Los onsen de Niijima harían rabiar de envidia a los habitantes del Olimpo

Niijima, al igual que gran parte de Japón y de las islas Izu, es muy propenso a los terremotos. Según el mapa Geológico de EEUU, el área alrededor de Niijima sufre cada año entre 10 y 20 sismos de magnitud 5 o superior.

El nombre Niijima significa "nueva isla" en japonés, lo cual nos da una idea del turbulento pasado de esta zona. En el siglo XVIII, Niijima y Shikinejima formaban una única masa de tierra, la fuerte actividad volcánica de la zona hizo que acumulaciones de lava submarinas emergieran a la superficie dando lugar a una nueva isla. Sin embargo, sucesivos tsunamis en 1688 y nuevamente en 1704, dividieron la masa de tierra en las dos islas actuales. 


Kōzushima:


El Paseo Akasaki recorre los acantilados mediante una pasarela de madera que permite recrearse en sus muchas zonas de baño

La Isla de Kozushima posee un área total de 18,87 km² y una población cercana a las 2.100 personas. Es un destino turístico muy popular debido a sus enormes playas de arena blanca, sus aguas azul turquesa, su divertido paseo por los acantilados o sus numerosos recursos para practicar submarinismo, senderismo o sencillamente descansar. A lo largo de toda la isla existen numerosas pozas en las que nadar así como  varios senderos para visitar el volcán que preside la isla, Tenjo-san. Además, reciben menos visitantes que el resto de las islas y en invierno, la presencia de turistas se reduce drásticamente debido al mal clima.


Torishima:


No es nada raro encontrar a Torishima en erupción

Tori-shima se encuentra en el Mar de Filipinas unos 600 km al sur de Tokio; junto con Lot's Wife, son las islas más al sur del archipiélago Izu. Se trata de una isla circular que en realidad es la parte emergida de un volcán submarino clasificado como activo de Clase A por la Agencia Meteorológica de Japón. La caldera a la que pertenece la isla continúa en erupción bajo el agua a día de hoy y tiene un historial de catástrofes escalofriante. La mayor erupción volcánica se registró en 1871. La Agencia Meteorológica de Japón estableció una estación meteorológica y una estación de investigación volcánica en la isla en 1947, pero tuvo que ser abandonada en 1965 debido a la actividad volcánica y los terremotos. La última erupción registrada fue en 2002 y vino acompañada de numerosos terremotos.

Tori-shima era conocido por los pescadores y marinos japoneses desde el período Edo temprano, sin embargo siempre ha estado deshabitada, salvo algún superviviente de naufragios. pero estaba deshabitado, aparte de los sobrevivientes ocasionales de naufragios. En 1841, Nakahama Manjirō, de 14 años, y cuatro amigos naufragaron en Tori-shima hasta que fueron rescatados por un barco ballenero estadounidense. Desde entonces se han reportado unos 15 casos similares. Durante el período Meiji, se creó una emergente industria dedicada a la recolección de guano del abundante albatros de cola corta, que usaba la isla como lugar de anidación. Toda la población existente (unos 150 habitantes) murieron durante la gran erupción volcánica de 1902. La isla nunca más fue repoblada

Desde la década de 1930, el Instituto Yamashina de Ornitología ha desempeñado un papel muy activo en la investigación y el intento de preservar las especies de aves marinas locales, especialmente el albatros de cola corta, cuya población quedó reducida a unas 50 aves en 1933. El 1 de noviembre de 1954, Tori-shima fue proclamado santuario de aves protegido y 11 años más tarde fue declarado monumento natural nacional protegido. Hoy en día sólo puede ser visitado en helicóptero por científicos investigadores con un permiso especial, además, el desembarco en la isla es casi imposible debido al oleaje y la ausencia de playas o instalaciones adecuadas. 

Las repetidas erupciones volcánicas de 1939 y 2002 han devuelto la flora de Tori-shima a las etapas iniciales...la mayor parte de la zona central de la isla sigue desnuda con un desierto de ceniza volcánica y roca. A pesar de ello, esta isla es el hogar de decenas de miles de petreles tormentosos de Tristram así como de otras aves. Actualmente, Tori-shima es uno de los dos únicos lugares del mundo donde se reproduce el albatros de cola corta y supone su último refugio; sin embargo, esta especie está teniendo grandes problemas para recuperarse debido a la presencia de un gran número de ratas negras, el único mamífero que sobrevive en la isla.


Sumisujima:

La isla Smith, Sumisutō o Sumisujima se encuentra 110 km al sur de Aogashima, entre las Rocas Bayonnaise y la isla de Torishima, y tiene una superficie de 0.03 Km2 con una  altura máxima de 136 m. Como es lógico, no tiene población y todo apunta a un origen volcánico debido a una caldera submarina situada 10 km al norte de la isla. Entre 1991 y 1992 se reportaron cambios sustanciales en la forma de la isla.

Sōfuiwa, la mujer de Lot:

El 9 de abril de 1788, el marinero mercante británico John Meares avistó lo que llegó a describir como "la cosa más maravillosa" que jamás había visto, una pequeña isla que él y la tripulación del barco decidieron bautizar como la esposa de Lot. El nombre japonés Sōfu Iwa es una traducción literal de este apodo.

Lot's Wife (Sōfu Iwa o Sōfu Gan) es una isla volcánica y desierta ubicada en el Mar de Filipinas, en el extremo sur del archipiélago de Izu, unos 76 kilómetros al sur de la cercana Torishima. La isla es un abrupto pilar de basalto de apenas 0,01 km de superficie con lados muy escarpados, la única parte visible de una gran caldera volcánica submarina. La parte emergida mide aproximadamente 84 metros de este a oeste y 56 metros de norte a sur, con una altura de 99 metros. La única vegetación en la isla son unos pocos grupos de Poaceae, y en determinadas épocas, atrae a un pequeño número de aves marinas que la usan para anidar.

Debido a su relieve escarpado es casi imposible desembarcar en la isla, aunque algunos escaladores lo han logrado en 1972 y 2003 (no sin algunos accidentes). La isla siempre ha estado deshabitada y además es inhabitable, por lo que fue la isla japonesa más al sur no ocupada por Estados Unidos tras el Tratado de San Francisco de 1952.

Durante la Guerra del Pacífico, los submarinistas de la Armada de los EEUU utilizaron Sofu Gan como referencia para calibrar sus instrumentos cuando entraban en aguas japonesas. El sitio también es conocido por la transparencia de sus aguas y la abundancia de peces, lo que lo convierte en un lugar perfecto para bucear.


Ubicación de cada isla en el archipiélago Izu

+ info: Aogashima - Izu Oshima - Toshima - Islas Izu