19 marzo 2021

Wadi-us-Salaam - Irak

Dicen que es el cementerio más grande del mundo, pero en realidad, Wadi-us-Salaam ("Valle de la Paz") sería más bien una gigantesca necrópolis en la que los vivos cuidan de los muertos y estos a su vez son el principal sustento de quienes viven aquí.

Ubicado en la ciudad sagrada de Shia en Najaf, Iraq, este cementerio islámico es considerado el más importante de su religión, ocupa casi 10 km² y debido a su su gran capacidad para recibir cadáveres, se estima que a día de hoy contiene unos 5 millones y medio de cuerpos.

A pesar de la saturación del cementerio, todos los cuerpos de este recinto deben ser inhumados, un rito que lleva practicándose en esta zona desde hace 1400 años. La incineración de cadáveres no está permitida en ninguna escuela jurídica islámica, ya que consideran la tumba como una morada temporal, en la que se protege al cadáver de las inclemencias del exterior.

Al estar situado cerca al santuario del imam Ali ibn Abi Talib (primer imán chií y cuarto califa suní), todos los chiíes de Irak aspiran a ser enterrados en este lugar sagrado ya que según una importante creencia chiíta, las almas de los hombres y mujeres fieles a su religión serán trasladados aquí antes del fin del mundo, independientemente de dónde sean enterrados. Debido a esta creencia, algunas tumbas están vacías a la espera de su dueño, enterrado en otro lugar del mundo. Todo esto ha elevado el precio del poco suelo disponible hasta niveles prohibitivos, una tumba sencilla aquí puede rondar los 40.000€.
Debido a esta escasez de espacio, por todo el recinto se pueden encontrar criptas subterráneas con acceso a túneles y galerías que se conectan entre sí distintas estancias, algunas de ellas ya olvidadas hace años. 

El especio vertical tampoco se desperdicia, existen tumbas con torres de hasta 4 metros que permiten dar cabida a las familias o allegados de personajes relevantes. Estas tumbas suponen un símbolo de estatus que permiten destacar sobre el resto de los mortales (nunca mejor dicho) a personalidades como profetas (aquí yacen el  Profeta Hud y el Profeta Saleh), reyes, príncipes (como los restos de Ali ibn Abi Talib, el príncipe de los fieles), sultanes o autoridades religiosas como el Ayatola Sayyid Muhammad Baqir al-Sadr. 

En este ecosistema conviven familias enteras dedicadas a cuidar las tumbas, algunas con hasta 1400 años de antigüedad.

Se estima que antes de la guerra se enterraban entre unos 250 cadáveres al día, durante la guerra de 2003 y las guerras sectarias de 2006 y 2007, el cementerio siguió recibiendo entre 200 y 250 cadáveres al día, lo que hizo que su tamaño casi se duplicase creciendo desde los 6 hasta los casi 10 kilómetros cuadrados actuales. A partir de 2010, esta cifra ha disminuido considerablemente hasta estabilizarse en los 80-100 entierros diarios de la actualidad.

Debido a su enorme extensión, sus túneles subterráneos y sus mausoleos ocultos, Wadi us-Salaam se convirtió en un enclave estratégico durante la guerra de Irak en 2003. Se trataba de un lugar perfecto para esconderse y emboscar a los soldados estadounidenses, así que estos respondieron arrasando y bombardeando numerosos sectores del cementerio. A día de hoy todavía se pueden ver cráteres de bombas que dejan al descubierto criptas y galerías subterráneas así como desperfectos en numerosas tumbas.

+ info: Wikipedia - Xataka