29 diciembre 2024

Hunga Tonga-Hunga Ha'apai - Tonga

En la anterior entrada hablamos de Surtsey, uno de los territorios más recientes de la Tierra, pero existe una isla aun más joven, se trata de Hunga Tonga-Hunga Ha'apai; una isla volcánica que emergió en 2014 debido a una erupción volcánica submarina en el océano Pacífico, cerca de Tonga. La isla se formó cuando el volcán submarino Hunga Tonga, ubicado a unos 30 kilómetros de la isla principal de Tonga, entró en erupción, creando un nuevo territorio sobre la faz de la Tierra.

La erupción que formó esta isla comenzó en diciembre de 2014 y duró varios meses, fue tan intensa que produjo columnas de ceniza de más de 20 kilómetros de altura. Una vez más, la creación de esta isla proporcionó a los científicos una oportunidad única para estudiar los procesos geológicos asociados con la actividad volcánica submarina y la formación de islas volcánicas.

Aunque la isla emergió en 2014, su existencia no fue tranquila ni permanente; durante mucho tiempo luchó por su vida contra el viento y el oleaje. En un inicio, Hunga Tonga-Hunga Ha'apai tenía un forma ovalada y se elevaba más allá de los 122 metros desde sus costas hasta un cono de piedra ubicado en el centro. Con el paso del tiempo su forma fue cambiando hacia un aspecto más delgado y alargado.

Durante toda su existencia la isla sufrió una considerable erosión que provocó su práctica desaparición hasta que, en Enero de 2022, sufrió una nueva erupción que prácticamente la borró del mapa. El 15 de enero de 2022 el volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai estalló definitivamente y sus efectos se dejaron notar por todo el planeta. Fue la mayor explosión atmosférica jamás registrada por instrumentos modernos, o lo que es lo mismo, la mayor explosión de la Era Moderna

El volcán estalló violentamente arrojando 10 km cúbicos de rocas, cenizas y sedimentos hacia el cielo, y produciendo una columna de 58 km de altura. La enorme nube volcánica cubrió toda la región y era tan grande que los astronautas que orbitaban a bordo de la Estación Espacial Internacional podían verla desde el espacio.

Explosión de Hunga Tonga-Hunga Ha'apai (Fuente: USGS)

Las consecuencias se dejaron notar desde el primer instante, la onda expansiva se sintió en muchos países del Pacífico y desencadenó ondas de gravedad atmosférica que dieron la vuelta al mundo 4 veces.
Los tsunamis provocados por la supererupción afectaron a las costas de buena parte del mundo. La erupción provocó un megatsunami con olas de hasta 45 metros de altura, devastando las islas de Tonga y causando daños en lugares tan lejanos como Rusia, Hawái, Chile o Perú, donde dos personas perdieron la vida.

Los investigadores creen que la explosión comenzó cuando una expulsión altamente energética de magma atravesó el océano poco profundo. La roca fundida vaporizó el agua de mar, que se elevó en la columna de cenizas y escombros hasta más de 50 kilómetros de altura en la atmósfera. 

La erupción arrojó más de 146 millones de toneladas de vapor de agua a la estratosfera de la Tierra, agregando un 10% adicional a la cantidad de agua que ya había en tan solo unos días. La NASA informó más tarde que 146.000 millones de litros de agua llegaron hasta la estratosfera, suficiente para llenar 58.000 piscinas olímpicas. Parte del vapor de agua llegó incluso a la mesosfera, una de las capas superiores de la atmósfera. Estas partículas de agua pueden calentarse con la radiación solar y se teme que tengan un impacto global en el calentamiento terrestre.

Pero la explosión y el tsunami no fueron los únicos eventos de récord provocados por la erupción del volcán. También provocó la tormenta de rayos más intensa jamás vista. La interacción entre la ceniza volcánica, las moléculas de agua y las partículas de hielo en la columna, que se formó cuando las gotas de agua se sobreenfriaron en la alta atmósfera, generó grandes cargas eléctricas, produciendo las condiciones perfectas para la tormenta perfecta.


La tormenta eléctrica en la columna volcánica del Hunga Tonga-Hunga Ha'apai fue tan intensa que antenas de radio terrestres a miles de kilómetros de distancia captaron la actividad. La tormenta supercargada fue monitoreada desde el espacio por satélites batiendo todos los récords y superando incluso a las supercélulas, un tipo de tormentas eléctricas que implican intensos relámpagos, lluvias extremas e incluso granizo.

En su apogeo, la tormenta provocada por la columna volcánica del Hunga Tonga-Hunga Ha'apai produjo 2.600 relámpagos por minuto. Casi 200.000 relámpagos iluminaron el interior de la oscura nube de ceniza durante 11 horas. Brillantes ráfagas de descargas eléctricas que se elevaron 20-30 km sobre el océano, convirtiéndose en algunos de los relámpagos de mayor altitud jamás registrados. 

Tormenta sucia sobre el volcán Calbuco, en Chile

Los relámpagos volcánicos no son raros, son conocidos como "tormentas sucias" y aparecen descritos desde los tiempos de Plinio el Joven quien, en una carta a un amigo, describió "destellos en zigzag " que acompañaron la erupción del Monte Vesubio, que destruyó Pompeya en el año 79 DC. Lo que no es tan frecuente es encontrar una con rayos que lleguen hasta la estratosfera.

Pasada la tormenta, donde antes estaba Hunga Tonga-Hunga Ha'apai quedaron dos pequeñas islas cuya roca oscura contrasta con el agua azul del Océano Pacífico Sur. Son todo cuanto queda del enorme volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, dos picos rocosos en el borde de un gran cráter en donde antaño estaba la caldera. Lo más probable es que Hunga Tonga-Hunga Ha'apai termine sucumbiendo al desgaste del oleaje en un plazo breve, pero no sería la primera vez que se pronostica la desaparición de esta isla y que contra todo pronóstico logra sobrevivir.

+ info: VolcanoFoundation - BBC