Muchos de los aventureros que se adentran en Xi’an, la capital de provincia de Shaanxi en China, pasan por alto, ya sea por ignorancia o ya sea por prudencia, uno de los mayores espectáculos del país: La montaña Hua Shan, una de las cinco montañas más sagradas del taoísmo.
Con más de 2.000 metros de altitud y cientos de muertes en sus laderas, esta montaña, cuyo nombre significa 'Monte del Esplendor', fue declarada en 2001 Patrimonio de la Humanidad dentro de la categoría de bien mixto (cultural y natural).
En la cima, a 2.160 metros de altura en el pico sur de la montaña, se encuentra la Casa de Té, un antiguo templo taoísta donde se sirve uno de los tés más preciados del mundo, elaborado con agua del deshielo de la montaña. Sin embargo llegar hasta este templo no resulta sencillo. El monte Huà Shan destaca por tener un acceso bastante complicado; gran parte del camino es transitable, pero el último tramo está considerado como uno de los senderos más escarpados y peligrosos del mundo, por no decir el que más.
Pero vayamos por partes, la montaña sagrada de Hua Shan se encuentra en la provincia de Shănxī, a 120 kilómetros al este de la ciudad de Xi'ian y cerca de Huayin, en China. La ciudad de Huayin, es considerada la cuna de la cultura china, tiene más de 3.000 años de antigüedad y alberga tesoros tan famosos como los Guerreros de Terracota.
Es un lugar de gran importancia religiosa desde el siglo II AC cuando se estableció un templo taoísta en su base; desde entonces peregrinos, monjes y monjas han habitado la montaña y sus alrededores. Ascender el Hua se convirtió en una especie de rito iniciático que tiene su origen en las peregrinaciones que se hacían a los santuarios de esta región desde el siglo II. Según las creencias taoístas, en las alturas de la montaña moraba algún tipo de dios del mundo subterráneo (¿?) y construir un templo en la cima parecía una forma práctica y directa de ponerse en contacto con él.
El templo fue usado en ocasiones por los médiums para contactar con éste dios. También era un lugar de peregrinación para quienes buscaban la inmortalidad o médicos tradicionales que buscaban plantas medicinales especialmente poderosas por crecer en este lugar. Kou Qianzhi (365-448) el fundador de los "Maestros Celestiales del Norte", recibió aquí la inspiración y el legendario sabio taoísta Chen Tuan obtuvo aquí la inmortalidad.
Tras el primer templo siguieron otros muchos y la montaña pasó a integrar un grupo de cinco montes sagrados del taoísmo. La leyenda dice que estos lugares sagrados nacieron del cuerpo de Pangu, un ser primigenio y creador del mundo. De este modo, cada santuario correspondería a un punto cardinal orgánico. Así, el monte Hua serían los pies, el Song al ombligo, los dos Heng a los brazos y el Tai la cabeza.
Una red de peligrosos y escarpados senderos permite acceder a las cinco cumbres, cada una de las cuales tiene una estructura religiosa en la cima. Dada la afluencia de turistas y peregrinos, las autoridades se vieron obligadas a acondicionar los caminos, pero poco... La senda de ascenso al Hua Shan nunca dejó de ser peligrosa (toda ascensión tiene un precio). A pesar de que no existen estadísticas oficiales por parte de los gobiernos central y regional, si que hay datos extraoficiales que hablan de casi cien accidentes y caídas graves cada año.
El ascenso merece la pena ya que cuenta con 323 sitios escénicos naturales, 1500 reliquias culturales, más de 300 piezas tablas de piedra y unas 570 inscripciones rupestres. Sin embargo, el precio también es muy alto. Una de las partes más arriesgadas del recorrido es 'Changong Zhandao', una pasarela de tan sólo 30 centímetros de ancho sobre un acantilado totalmente vertical; gran parte del camino está construido con tablones temblorosos, agarres inestables, cadenas oxidadas y cuerdas rudimentarias muy precarias. En este tramo, también conocido como el 'camino del cielo' o la 'garganta de los 100 escalones', la dificultad del ascenso ha ocasionado numerosas muertes.
Como su nombre indica, se trata de un camino que cuenta con 100 escalones tallados en la montaña, con una pendiente de 90 grados y una anchura de a penas 30 centímetros que hace que quedemos colgando en el vacío sin ningún tipo de protección. Antes de comenzar el trayecto se puede alquilar un arnés, que sorprendentemente no es obligatorio.
Las vistas desde este sendero son impactantes, pero el peligro que conlleva es realmente elevado. En algunos tramos hay que cruzar el camino de lado y con medio pie asomando al vacío, durante todo el trayecto nos acompañará debajo nuestro una caída de cientos de metros. El mínimo error supone una muerte garantizada, de hecho, este camino también es conocido como el 'trayecto de la muerte'
Algunas de las partes más peligrosas de los senderos tienen otros nombres sugerentes como "El precipicio de los mil pies" o "La Cresta del dragón negro", un tramo esculpido en una empinada arista de roca de tan solo unos centímetros de ancho.
Paradójicamente, se puede llegar a la case del té por otro camino adaptado ya sea en coche o en transporte público, pero es muy probable que el dios de la montaña no lo considere tan meritorio.
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