20 septiembre 2025

El Valle de la Muerte - Rusia


Cuando pensamos en el valle de la muerte, instintivamente nuestra mente se va al desierto del Mojave, en Estados Unidos, pero al otro lado del Océano Pacífico existe otro valle igualmente mortífero pero mucho menos conocido. Hoy vamos a hablar del Valle de la Muerte ruso, un valle perdido en la península de Kamchatka que sin duda se ha ganado su terrible fama.

La leyenda de este lugar empezó el 27 de julio de 1975. Vladimir Leonov, un vulcanólogo del Instituto de Vulcanología y Sismología de Rusia, y Deryagin, un ayudante del científico, estaban visitando la Reserva Natural Kronotsky, una región remota de la península de Kamchatka, cuando se encontraron con un extraño lugar...

El picudo volcán Kronotsky da nombre a la reserva

En la parte alta del río Geyser, junto a la base del volcán Kikhpinych, se encontraron un pequeño cañón ubicado en uno de los valles más pequeños de Kamchatka. Con una longitud de apenas 2 kilómetros de largo, y entre 300 y 500 metros de ancho, en este pequeño valle yacían numerosos animales muertos en el suelo. 

El fenómeno se repetía cada año, al derretirse la nieve tras el invierno, aparecían numerosos cadáveres de liebres, pájaros, carroñeros, linces, zorros, águilas, osos... Da igual el tamaño o la especie, los animales que se adentraban en este valle no lograban salir y morían sin huellas de lesiones o enfermedades externas que pudieran explicar su muerte.

Vista aérea del Valle de la Muerte

Pocos días después, Vladimir compartió su descubrimiento con un periódico local, el científico describía el lugar como tenebroso, misterioso y escribía que allí “parecía que la naturaleza había pronunciado su maldición”. Concluía su artículo explicando que “toda la vida se extingue en un lugar que respira exterminio y devastación”. El periódico catalogó el lugar como el "Valle de la Muerte", un sobrenombre que ha perdurado hasta hoy en día. 

A diferencia de su homólogo estadounidense, este valle no era un amenazador desierto caluroso, aquí el asesino era tan invisible como implacable. De hecho, en la actualidad, 50 años después de su descubrimiento, el acceso al valle sigue estando prohibido.

El Valle de la Muerte con el volcán Kikhpinych al fondo.

El valle, se encuentra en una región con gran actividad geotérmica y rodeado por una cadena de montañas eruptivas bañadas por lava, un lugar hermoso, biodiverso y hostil. Este origen volcánico podría explicar las extrañas muertes, Vladimir Leonov fue el primero en plantear la posibilidad de que un gas de origen volcánico quedase atrapado en el fondo del valle por su mayor densidad asfixiando a todos los animales que pasasen por esta zona.

Lo que empezó como una hipótesis, acabó siendo un hecho verídico contrastado por decenas de científicos que se acercaron hasta la zona: los animales acudían hasta esta zona atraídos por el calor del suelo y morían envenenados por gases tóxicos invisibles como el sulfuro de hidrógeno o el dióxido de carbono. Cualquier animal que permaneciese suficiente tiempo en el fondo del valle estaba condenado a una "muerte dulce" sin apenas darse cuenta... Sin embargo hay un detalle que no lograron resolver, muchos de los animales muertos aparecen en las afueras del valle, sin que sepamos todavía qué o quién los transporta hasta allí.

Fumarolas en la región de Kamchatka

Por supuesto, un lugar así no podía estar exento de leyendas: Los itelmenos y otras tribus de Kamchatka creen que espíritus malignos habitan el valle, atribuyendo a ellos la muerte de animales y exploradores. A lo largo del siglo XX, algunas expediciones registraron desapariciones misteriosas en la zona y supuestamente han muerto más de cien personas en los últimos 80 años, aunque se desconoce la causa exacta... A pesar de que todos los indicios atribuyen las muertes a los gases tóxicos, esta teoría no es concluyente, ya que también hay animales que viven en este valle sin aparentes problemas.

Actualmente, el Valle de la Muerte es un punto clave para la investigación científica y ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, asegurando que su riqueza científica y ecológica permanezca intacta para futuras investigaciones. Además de su inusual actividad geológica, los estudios en este entorno ayudan a entender el impacto de los gases volcánicos en los ecosistemas y su relación con el ciclo del carbono y el cambio climático.

Por otro lado, los científicos están particularmente interesados en los microorganismos que habitan este valle. Estos extremófilos sobreviven en condiciones realmente adversas, y su estudio podría darnos pistas sobre la posibilidad de encontrar vida en otros planetas con atmósferas hostiles, como Marte o Venus.

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