21 marzo 2022

El Palmar de Troya - España


El Palmar de Troya es un pequeño municipio ubicado en la provincia de Sevilla, en Andalucía. Hasta 2018 formaba parte del municipio de Utrera, pero actualmente es un municipio autónomo. Sus orígenes se remontan a la época romana y al siglo XIII, cuando formaba parte de la banda morisca, pero fue tras la guerra civil cuando experimentó su mayor crecimiento, en parte impulsado por los familiares de los presos republicanos que construyeron el pantano de Torre del Águila.

Con una población que no llega a los 2350 habitantes, esta zona apenas sería conocida de no ser por el templo de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, una escisión de la Iglesia católica que derivó en una secta religiosa: la Iglesia palmariana. 

Fundada por Clemente Domínguez y Gómez (el Papa palmariano Gregorio XVII entre 1978 y 2005) junto a Manuel Alonso Corral (el Papa palmariano Pedro II entre 2005 y 2011). Esta organización se considera una secta, y sus pontífices, son considerados por la Iglesia católica como antipapas (usurpadores).

La historia del Palmar de Troya es sin duda rocambolesca y esperpéntica, sus orígenes se remontan 50 años atrás y a día de hoy sigue dando titulares; para no perdernos en este alocado viaje trataremos de empezar por el principio: En Marzo de 1968, una mujer se apareció ante cuatro niñas en una finca llamada “La Alcaparrosa”, un yermo desolado en una pequeña pedanía de Utrera. Como no podía ser de otro modo, la mujer tenía que ser la Virgen María; poco después volvió a aparecerse flotando en las alturas ante dos beatas e incluso hubo una tercera monja que recibiría la comunión de las manos del mismísimo Jesucristo. 

Como suele ser frecuente en las apariciones marianas (y más en esa época), pronto el lugar se llenó de creyentes, curiosos, iluminados y oportunistas. Rápidamente se montó un altar en el lugar de las apariciones y el aburrido descampado terminó convirtiéndose en un centro de peregrinación para decenas de miles de personas. Cuando el asunto empezaba a perder hype aparecieron en escena dos amigos, Clemente Domínguez (contable en una compañía de seguros y fundador de la Iglesia Palmariana) y Manuel Alonso Corral (abogado y, paradójicamente, contable de la futura secta). Juntos fundarían la "Iglesia Cristiana Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz en Compañía de Jesús y María"

Clemente, con su innegable don de gentes, era el líder y la cara visible del negocio. Poco después de llegar a la Alcaparrosa, empezaría a fotografiarse con estigmas por todo el cuerpo, llagas en las manos por la crucifixión, una cruz en la frente y una herida de lanza en el vientre. Por si todo esto no fuera suficientemente macabro, el 30 de mayo de 1976 sufrió un accidente de tráfico en el que perdería ambos ojos. 

Clemente a lo Cecilio G

Mientras tanto y siempre en un segundo plano, Manuel era el ideólogo, quien movía los hilos y quien tomaba las decisiones, el responsable de la organización interna, la doctrina y la contabilidad de la nueva iglesia.

Atraídos por las visiones, llegaron iluminados de toda España que comenzarían una pugna por hacerse con la finca. Esta pequeña guerra Santa, la ganarían Clemente y Manuel, que desplazarían a los primeros visionarios y terminarían fundando su propia escisión de una Iglesia Católica que no quería saber nada de este tema (El arzobispo de Sevilla rechazó desde el principio que todo aquello fuera un milagro). 

Lo cierto es que Clemente supo aprovechar un contexto histórico muy concreto, en el que se acababan de realizar cambios en la liturgia que contrariaron a muchos católicos. Entonces apareció con un discurso anticomunista y una actitud de confrontación con el Vaticano que cuajó en su público.
Todo esto se apoyaba en una teoría conspiranoica según la cual: Estaban envenenando a Pablo VI, que estaba encerrado en una mazmorra, y quien daba la cara era un doble que corrompía la Iglesia contra el criterio del verdadero papa.

Además, Clemente aseguraba que se comunicaba frecuentemente con Dios y en una de esas revelaciones vio a Jesús coronándolo papa y sucesor de Pablo VI. Dicho y hecho, en diciembre de 1975, trajeron a un arzobispo vietnamita (Pedro Martín Ngô-Dinh Tuc) quien resentido con el Vaticano, ordena sacerdotes a Manuel, a Clemente, a un francés y a dos irlandeses que pasaban por allí. Tres días después los ascendió a todos a obispos. Lo que parece un chiste, a la jerarquía vaticana no le hizo ni puñetera gracia y un año más tarde excomulgan a todos los miembros de la orden.

Gregorio XVII

Rebautizado como Gregorio XVII, Clemente consideraba que la hoja de ruta del Vaticano se había desviado; la renovación que suponía el Concilio Vaticano II era inaceptable y había que volver al catolicismo más arcaico: las misas en latín, las mujeres debían cubrirse con un velo y tenían prohibido usar pantalones, detalles triviales en comparación con lo que estaba por llegar.

Live performance de Clemente

La nueva iglesia reconoce todos los santos canonizados por Roma hasta la muerte de Pablo VI en 1978, pero a partir de ahí la cosa se pone truculenta. Como primera mediada excomulgan al rey Juan Carlos I y al "anticristo" Juan Pablo II. Desde que Gregorio XVII llega al poder, ya sólo reconocerían a los santos canonizados en el interior de sus muros, es decir: Francisco Franco, Luis Carrero Blanco, José Antonio Primo de Rivera, José María Escrivá de Balaguer, José Calvo Sotelo, el Cardenal Cisneros, Don Pelayo, Cristóbal Colón, Eva Ibarguren, 300.000 mártires de la Guerra Civil ...y los papas palmarianos Gregorio XVII «El Muy Grande» y Pedro II (Clemente y Manuel).

Si la Iglesia Palmariana hubiese optado por la discreción en sus inicios o por el hermetismo que la caracteriza hoy en día, probablemente este artículo no existiría, afortunadamente no fue así. El 17 de Mayo de 1982, el autoproclamado papa Clemente y su séquito acudieron a Alba de Tormes. A las 16.30 horas, un millar de albenses acudieron a la iglesia preocupados por las incesantes y amenazadoras campanas del templo. Allí se encontraron a Clemente, que intentaba robar las reliquias de Santa Teresa mientras insultaba a la propia santa llamándola "ramera", a las monjas y a Juan Pablo II.
La cosa se complicó para el papa Clemente y para los ocho obispos palmarios que le acompañaban. Emprendieron la huida perseguidos por una turba de vecinos furiosos que los siguió hasta sus coches. Allí empezaron a golpear al séquito papal y a volcar sus vehículos. "Tenían que habernos dejado matarles porque insultar a la Santa es como hacerlo a nuestra madre", comenta un frustrado vecino.
Por suerte para Clemente, llegó la Guardia Civil al rescate y los llevó a que los curaran. El juez los dejó en libertad pero, antes de emprender el regreso a Sevilla, los vecinos bajaron su coche de la grúa donde estaba y lo prendieron fuego. El papa nunca más volvió a Alba de Tormes.

El Papamóvil fue sin duda el más perjudicado por esta visita

Durante estos primeros años también mandaron delegados a localidades de Europa donde se habían producido otras apariciones y allí relataban que existía un pueblo de España donde estaban sucediendo ahora mismo. Poco a poco el Palmar de Troya se convierte en un destino de peregrinación para toda Europa, sobre todo para fieles llegados de Alemania, Suiza y Austria, aunque con el tiempo sus tentáculos se extienden también por Suramérica y África
Quienes venían quedaban fascinados por Clemente, un líder carismático con unas visiones increíbles, estigmas espectaculares y un discurso irreverente y apocalíptico según el cual la única salvación posible estaba allí

Con el tiempo y las donaciones, lo que empezó siendo un humilde altar terminaría siendo una fortaleza inexpugnable. Dentro de sus altos muros todo se rige por una férrea disciplina, quienes entran ya nunca salen, y los pocos que logran escapar son repudiados por su familia y excomulgados. Quienes se adentran en la secta pasan a vivir en una realidad paralela, sin contacto con el exterior, más allá de las visitas al banco para sacar la pensión, explotados laboralmente y según muchos testimonios, sexualmente.
El rol de los sacerdotes fuera de la cúpula es residual, algunos de ellos "mantenían relaciones homosexuales con cardenales de las altas esferas o entre ellos mismos, bien para ascender un poco más en la jerarquía o bien porque lo necesitaban". El papel de las mujeres es aún peor, se limitaban a trabajar y a rezar convertidas en esclavas. No constan denuncias por abusos sexuales a mujeres, de todos modos esto no es el dato más fiable en una secta que se caracteriza por anular la voluntad de sus seguidores  y en la que el concepto de “consentimiento” sería muy discutible. Peor aún lo tienen quienes han nacido aquí, jóvenes que al cumplir la mayoría de edad no conocían el mundo fuera de los muros y que en muchos casos necesitaron ayuda psicológica para poder adaptarse.

El hermetismo de puertas afuera es sólido, quienes salen apenas intercambian palabras con los habitantes de los pueblos cercanos, lo justo para hacer la compra o sacar dinero. Las únicas pistas son el testimonio de los arrepentidos y alguna que otra noticia que permite intuir el carácter cada vez más destructivo de la secta. En Diciembre de 1982, un joven cubano de 26 años, novicio de la orden de El Palmar de Troya, intentó quitarse la vida cortándose los órganos genitales y clavándose las púas de un cilicio en los ojos. Se llamaba José Andrés del Valle, y pertenecía a una familia cubana muy religiosa y fervientemente anticomunista. Los hechos ocurrieron en una casa que la secta tenía en pleno centro de Sevilla, José Andrés se levantó de la cama y con un trozo de espejo se cortó los testículos y los arrojó por el retrete, después se mutiló el pene, y a continuación, se clavó en los ojos las púas de su cilicio.

Mientras se recuperaba en el hospital, sonó por los altavoces que se iba a celebrar una eucaristía. El joven novicio se revolvió y suplicó que no llegase a sus oídos la forma "moderna y herética" de oficiar la misa de la Iglesia Católica, tuvieron que atarlo a la cama porque volvió a intentar suicidarse.

En contraste con todo este fanatismo, el Papa Clemente (conocido como La Voltio en la noche sevillana) no era el más cumplidor de su propia doctrina. Le encantaba salir de fiesta con su séquito y despilfarrar el dinero de los fieles en bares y lupanares en los que llegaba a gastar hasta 200.000 euros en una sola noche. También tenía la mano muy larga y sus tocamientos y proposiciones sexuales eran de sobra conocidos, en la década de los 90 se hablo incluso de que habría abusado sexualmente de sacerdotes y monjas de la orden.

Mientras tanto, Manuel que es quien mueve los hilos, transige con los excesos de su socio consciente de que, en una secta donde estaba prohibido relacionarse con nadie del exterior, era muy difícil que fiestas salvajes tuviesen repercusión; tan solo le paraba los pies cuando sus acciones podían poner en peligro la credibilidad de la Iglesia (llegó a oficiar misas completamente borracho).

Con el tiempo, Clemente queda relegado a ser la cara visible de la secta; la Iglesia palmariana le utiliza para exhibirlo públicamente en actos y ceremonias importantes, así como en giras por España y Europa para captar adeptos. Mientras tanto Clemente sigue su caída al abismo, borracho de hotel en hotel, cada vez más deprimido a causa de la ceguera y cada vez más consciente de que su papel en la organización es nulo.

Manuel Alonso Corral (San Pedro II Magno)

Clemente lideró la iglesia bajo el nombre de Gregorio XVII hasta su muerte en 2005 a la edad de 58 años. Le sucedió en el cargo de su socio y amigo Manuel Alonso Corral (San Pedro II Magno). Su papado entre 2005 y 2011 fue un periodo de decadencia que ya no recuperaría la gloria de antaño. Sin el carisma de Clemente, la iglesia lucharía por conservar sus adeptos abriéndose a nuevos mercados internacionales. El papado de Pedro II no dejaría huella, pero a su muerte, Manuel sería nombrado santo palmario y su labor se vería continuada por los antipapas Sergio Ginés María (Gregorio XVIII) y el suizo Markus Josef Odermatt (Pedro III)

Sergio Ginés María (Gregorio XVIII)

Si la vida de Clemente fue delirante, la biografía de Sergio Ginés (que ejerció el papado entre 2011 y 2016) no se queda atrás. Ginés Jesús Hernández (Mula, Murcia; 1959) fue militar en su juventud, pero encontró su verdadera vocación en la Iglesia del Palmar de Troya donde se hacía llamar Sergio María y ejercía de sacerdote.

En 2011, la iglesia del Palmar de Troya no atravesaba uno de sus mejores momentos, entonces subió al poder Sergio María como el nuevo Papa Gregorio XVIII. Ginés era todo un veterano de la orden, en la que ya llevaba 27 años, por lo que tenía una idea más o menos clara de los cambios que debía realizar. Bajo su mandato, el Palmar volvió a vivir un repunte económico debido en gran parte a las donaciones llegadas desde Irlanda, un país donde comenzaba a expandirse la iglesia palmariana.

Por un lado, Gregorio XVIII relajó algunas de las normas de convivencia retirando la prohibición de fumar, usar pantalones vaqueros o tener teléfonos móviles. Por otro lado, también se recrudecieron otras normas de la secta, dando lugar a numerosos enfrentamientos. Uno de los temas más conflictivos fue su lucha contra la práctica clandestina del sexo intramuros, algo paradójico teniendo en cuenta que Gregorio acabaría abdicando tras enamorarse de una monja palmariana.

Tras un papado convulso y repleto de crisis internas, en Abril de 2016, el papa Gregorio XVIII, abandonaba a sus fieles para irse a vivir a Monachil (Granada) junto a una ex-monja de la orden. Tras 32 años en la secta, Sergio María Ginés apostató y puso fin a su mandato para casarse con Nieves Treviño, una funcionaria de Granada que  venía de una familia palmariana y que fue monja durante años en la orden. Nieves se autodenomina la "Mata Hari" del "Vaticano chico" (el sobrenombre con el que se conoce en Sevilla al Palmar de Troya) ya que según ella, ayudó a parar una trama contra el Papa Gregorio XVIII urdida por varios frailes traicioneros.

Pero esto no era ni mucho menos el fin de las peculiares aventuras de Ginés que empezaba a ser personaje mediático: solicitó una pensión no contributiva al Estado, se afilió al PP y posó desnudo junto a su pareja en la revista Interviú, en una irrisoria estampa en la que aparecen como Adán y Eva, con ella mostrándole la manzana del pecado...

Portada de Interviú que, cosas del morbo, se agotó inmediatamente en toda Granada

Las entrevistas para su boda y la exclusiva de Interviú ayudaron a financiar su boda por lo civil que se celebró tan solo un día después de publicarse las fotos. En esta y otras entrevistas, Sergio Ginés terminaría reconociendo que “...todo había sido un montaje, sobre todo económico, aprovechándonos del milagro de la Virgen”. En la misma entrevista, Ginés afirmaba que se fue de El Palmar dejando "todo en orden, con superávit económico, fiscal y contable" y que solo se había llevado mil euros y su coche, un BMW X6 blanco (valorado en 75.000 euros) al que llama coloquialmente "el Papamóvil".

El shock que causó la huida del papa fue enorme. Su sucesor, el suizo Joseph Odermatt "Pedro III" dijo que era "una bestia maldita" y le acusó de robar el "papamóvil", joyas por un valor de dos millones de euros, imágenes de Cristo, de la Virgen, de Santa Teresa... además de dinero, que supuestamente habría desviado a sus cuentas privadas. Sergio a su vez se defendió de estas acusaciones diciendo que "el BMW es mío", y que estaba a su nombre porque era una donación personal. 

El 7 de Julio de 2016, pocos meses después de la marcha de Ginés, se desató un fuego en el archivo de la basílica de El Palmar de Troya que destruyó gran parte del edificio. No hubo daños personales, ya que los frailes y las monjas que se encontraban enclaustrados pudieron salir a tiempo, tampoco hubo una gran pérdida de documentos relevantes. Sin embargo, algunos fieles sospechan que el fuego pudo haber sido intencionado y no dudan en señalar a Ginés como posible autor.

Para corroborar su inocencia, dos años después, Ginés realizó un patético intento de robo en la basílica palmariana durante el cual se lio a cuchillazos con todo dios y terminó herido en el hospital.

La madrugada del 10 de junio de 2018, Ginés y su inseparable Nieves entraron en la basílica de la Iglesia Cristiana Palmariana a escondidas con la intención de cometer un robo al más puro estilo Bonnie y Clyde. Vestidos de negro, enmascarados con pasamontañas y provistos de una navaja, dos caretas de payaso, bridas, cinta americana, dos alicates y una palanqueta, la parejita saltó el muro exterior de la iglesia en plena noche con la ayuda de una escalera extensible.

Ginés y Nieves estuvieron escondidos dentro del recinto hasta las 5 de la tarde, momento en que quedaban abiertas las puertas que dan acceso a las dependencias del monasterio. Sin embargo, el sigilo no debía ser su fuerte porque fueron sorprendidos por el Padre Silvestre. Entonces Ginés se volvió muy loco y fue navaja en mano a por el Padre Silvestre, comenzando un forcejeo entre ambos que causaría diversas heridas en el costado y en las extremidades al Padre Silvestre.
Nieves se sumó a la tangana golpeando a Silvestre en la cabeza con un martillo que había encontrado por allí tirado. El Padre Silvestre, temiendo por su vida, logró arrebatarle la navaja a Ginés y le asestó una puñalada a Nieves en el costado, golpeándole acto seguido en la cabeza. La reyerta continuó con otro sacerdote implicado que, al igual que Silvestre, saldría herido, imputado en el juicio posterior y finalmente absuelto.

El Juzgado de lo Penal número 10 de Sevilla condenó a Ginés a seis años de cárcel: dos por un robo con violencia e intimidación en casa habitada en grado de tentativa (con el agravante de disfraz) y cuatro años más por dos delitos de lesiones producidas a dos sacerdotes. Su pareja fue condenada a cinco años. Además, se le impuso una orden de alejamiento no pudiendo acercarse a menos de 300 metros de la Basílica palmariana durante los próximos años. De algún modo inexplicable, Ginés eludió entrar en prisión, su pena quedó suspendida durante 5 años con la condición de que no volviese a delinquir durante este tiempo. Pero...
El pasado 11 de julio de 2021, en torno a las 8:30 de la mañana, la Policía Local del municipio granadino de Monachil recibió un aviso que alertaba de un vuelco, es decir, un robo de droga. Buscando el origen y siguiendo la pista de los restos de marihuana, llegaron hasta la casa de Ginés y Nieves, donde encontraron un kilo y medio de cogollos ya secos, pelados y listos para su distribución...

Markus Josef Odermatt (Pedro III)

Pero volvamos a la Iglesia del Palmar, donde las cosas no mejoraron mucho tras la marcha de Ginés. A pesar de su grotesco ejemplo, las medidas implantadas por Gregorio XVIII provocaron un cisma aun mayor entre quienes viven dentro y fuera de sus muros, haciendo imposible la convivencia entre los palmarios y quienes no profesan su fe.

En Abril de 2016, apareció muerta Bridget Crosbie, una irlandesa de 82 años que pertenecía a la iglesia palmariana. Los medios de comunicación irlandeses rápidamente destacaron que Bridget Crosbie vivía atrapada por este culto. Según su familia, a Bridget le lavaron el cerebro y murió consumida por el culto a la secta: "cortó toda relación con su familia porque así se lo exigieron desde la iglesia palmariana". Sus allegados explicaron que murió sola en su casa de Wexford (Irlanda), y que tuvieron que pasar dos meses hasta que encontraron su cadáver en la cama. 

El suizo Joseph Odermatt es el actual Papa palmariano, Pedro III,.

El mismo día de la coronación papal de Pedro III, el 16 de Julio de 2016, un irlandés que había sido obispo palmariano y que fue expulsado décadas atrás, regresó a la orden... pocos días después moriría en circunstancias extrañas durante una ceremonia. Era conocido como el padre Tobías, y en su anterior etapa en la orden sufrió numerosos abusos sexuales que le dejaron graves secuelas psicológicas.

Ese mes de julio, a los 49 años, el padre Tobías regresó a El Palmar atraído por las promesas de una carrera eclesiástica. Dos días después de su vuelta, murió durante una ceremonia durante la cual supuestamente sufrió un infarto. Su familia, comprensiblemente incrédula, demostró que hubo múltiples negligencias: no llamaron a ninguna ambulancia, su certificado de defunción lo firmó el propio médico de la iglesia y cuando su hermana pidió una autopsia que esclareciera las causas de su muerte, el cuerpo de Tobías ya había sido enterrado en la cripta de la basílica.

Todo esto no ha hecho si no ahondar en una decadencia que a su vez se está traduciendo en problemas económicos. En los últimos años la iglesia palmariana ha intentan recuperar a todos aquellos fieles que dejaron la congregación debido a conflictos o disputas con Ginés.
En un desesperado intento de retener y captar al mayor número de fieles posibles, el actual Papa palmario, el suizo Joseph Odermatt, está ofreciendo casas gratis a los devotos, fomentando la procreación palmariana (llama la atención la numerosa presencia de niños en sus instalaciones) y aumentando su presencia en internet y redes sociales…
En el Palmar, los devotos carecen de conexión a internet, ya que “la red es el diablo”, pero eso no impide a la iglesia palmaria tener una web traducida a diez idiomas, con la que sumar fieles y recaudar fondos.

+ info: ABC - El Español - Público

12 marzo 2022

Ciudades Fantasmas Vol. IV - Las fiebres del oro

Bodie en California, EEUU (ghost town bodie, Alex Browne)

En anteriores entradas veíamos las distintas catástrofes que pueden causar el abandono de una ciudad, sin embargo ésta no suele ser la causa más frecuente por la que se crea una ciudad fantasma. Los cambios en la estructura social o económica de una región son los principales responsables tanto del auge como del declive de muchos de estos asentamientos. En la mayoría de los casos es difícil culpar a un solo factor del declive económico de estas ciudades, se suelen combinar distintas causas como el agotamiento de recursos, ciclos económicos, una menor rentabilidad de su principal actividad económica, decisiones políticas o administrativas... cambios en resumen, que pueden poner muy cuesta arriba el futuro de estas comunidades.

En algunos casos, los cambios pueden ser intencionados y responder a un proceso de ordenación del territorio (cambios de capitalidad, trazado de vías de comunicación o distribución de servicios e infraestructuras). Sin embargo, en el caso de las ciudades fantasmas no podemos hablar de una detonación controlada; suelen ser los cadáveres que dejan a su paso procesos demográficos a escala global, como el éxodo rural, que ha causado la pérdida de un tercio de la población de las Grandes Llanuras de Estados Unidos desde 1920.

El ocaso de las fiebres del oro:

Sin duda, uno de los motivos más frecuentes, una actividad o recurso que justificaba la creación de una ciudad (una mina, un yacimiento, un reclamo turístico...) se termina agotando. Otras veces, la economía en la que se basa el pueblo sufre un colapso (por ejemplo, se desploma el precio de una materia prima). En estos casos, los pueblos que surgieron en torno a la actividad, desaparecen tan rápido como aparecieron. Hoy en día el desmantelamiento de estas instalaciones se realiza de forma planificada, pero antaño, la fiebre del oro creaba ciudades con una vida intensa pero corta, que en muchos casos se convertían en ciudades fantasma en cuanto el recurso se agotaba.

Rhyolite, en Nevada (EEUU)

El caso más conocido serían los antiguos pueblos mineros del oeste de Estados Unidos. Los habitantes de estas regiones se vieron obligados a buscar otras zonas más productivas cuando se agotaron los recursos que habían disparado la demanda de mano de obra. Este mismo fenómeno se repite en menor medida en estados del Este y del Sur. Algunos de estos pueblos fantasmas todavía conservan muchas de sus construcciones (como en Bodie, California), algunas ruinas (Rhyolite, en Nevada) o los cimientos de sus edificios importantes (Graysonia, en Arkansas). Otros campamentos mineros perdieron la mayor parte de su población en alguna punto de su historia y pasaron a considerarse fantasmas (Aspen, Deadwood, Oatman, Tombstone o Virginia City), sin embargo han conseguido recuperarse y actualmente son pueblos y ciudades activos.

Algunas ciudades fantasma, especialmente aquellas que conservan la arquitectura de un período concreto, se acaban convirtiendo en pintorescas postales detenidas en el tiempo. Algunas de ellas logran convertirse en importantes reclamos turísticos, ciudades como Bannack (EEUU), Barkerville (Canadá) o Dhanushkodi (India) viven una segunda juventud en la que son visitadas a diario por cientos de curiosos.

En demasiadas ocasiones, el turismo es el último tren para estos pueblos, la última oportunidad de salvarse del olvido, un tenue rayo de esperanza con el que afrontar su destino. En 2002, Bodie y Calico, dos ciudades del sur de California, acabarían enfrentándose por el título de "ciudad fantasma oficial de la fiebre del oro", finalmente llegaron a un acuerdo en el que Bodie obtuvo el oro y Calico la plata ("Ciudad fantasma oficial de la fiebre de la plata en California").

Bodie (EEUU), la ciudad fantasma oficial de la fiebre del oro en California

Bodie es un magnífico ejemplo de juguete roto por la fiebre del oro: A mediados del siglo XIX la actividad minera en Sierra Nevada empezaba a dar señales de agotamiento, algunos gambusinos (pequeños buscadores de oro/joseadores) intentaron probar fortuna en otros lugares... uno de ellos, William S. Bodey, terminaría descubriendo una veta de oro en esta zona en 1859, en un lugar que posteriormente pasaría a ser conocido como Bodie Bluff en su honor.

En solo 20 años el pueblo alcanzó su máximo apogeo. En ese época una de las minas, la Standard, tenía una treintena de yacimientos que generaban 400.000 dólares mensuales. Para el año 1878 Bodie había alcanzado los 5.000 habitantes, al año siguiente duplicaría su población. 

Como toda ciudad que se precie en el salvaje oeste, Bodie contaba con sus 65 saloons; además también contaba iglesias, bancos, restaurantes, burdeles, una sala de ópera, una escuela y tres periódicos locales.
Como toda ciudad que se precie en el salvaje oeste, Bodie no era ningún remanso de paz; era un lugar con mala reputación, donde los crímenes eran frecuentes. Un religioso de la época lo describió como "un mar de pecado, azotado por la tempestad de la lujuria y la pasión".

El declive de Bodie empezó en 1882 con la bancarrota de las compañías mineras, provocando que la población empezara a emigrar. A pesar de todo, dos empresas se unieron para continuar operando. En los años 1892 y 1898 la localidad sufrió varios incendios. En 1915 el empresario James Stewart Cain pasó a administrar el campo minero al mismo tiempo que implantaba una serie de prometedores negocios. En 1932 un nuevo incendio arrasó toda la ciudad dejando daños en el 95 por ciento de sus edificios. Durante la Gran Depresión, las minas locales continuaron funcionando pero con un rendimiento muy escaso; la última de ellas cerraría poco después de la Segunda Guerra Mundial. Sus escasos habitantes murieron en esa misma época, con lo que Bodie pasó a convertirse oficialmente en una "ciudad fantasma". 

En los años 60, Bodie fue designada Distrito Histórico de los Estados Unidos; desde entonces, las casas de madera de Bodie permanecen intactas e inalteradas, paradas en el tiempo. El lugar es uno los despoblados mejor conservados de Estados Unidos, alberga unos 200 edificios aunque sólo un 10% pueden ser considerados como originales de los good-old-times. Para la recreación de la historia de Bodie existe un museo, además de paseos turísticos a las antiguas minas.

Saint Elmo, Colorado (EEUU)

Saint Elmo, en el estado de Colorado (EEUU) es otro ejemplo de ciudad fantasma magníficamente conservada. Fundada en 1880, su población aumentó exponencialmente durante los primeros años gracias a la minería del oro y la plata; contaba con varias tiendas, hoteles, escuelas, hasta un periódico local... Sin embargo, cuando la actividad minera comenzó a decaer, el ferrocarril dejó de pasar por esta localidad, en 1952 quedó completamente deshabitada.

El auge y la caída de la fiebre del oro y la extracción de minerales han dejado otras muchas ciudades fantasma por todo el mundo; en Australia hay numerosos ejemplos como Cassilis, Moliagul, Ora Banda o Kanowna. En Nueva Zelanda, la fiebre del oro también creo y destruyó pueblos fantasmas como Macetown, mientras que otras regiones mineras dependientes del carbón como DennistonStockton, en la costa oeste, también sufrieron una suerte muy parecida.

Las otras fiebres: 

Pero no solo el oro enloquece a los hombre, muchas otras materias primas han provocado fiebres parecidas por todo el mundo. Sin duda una de las más peculiares fue Fordlândia, la fantasía capitalista fundada en 1928 por Henry Ford en lo más profundo del Amazonas.

Los árboles crecen en el interior de los almacenes de Fordlandia (Foto: Bryan Denton)

Todo empezó cuando Henry Ford, fabricante de coches y uno de los fundadores de los métodos de producción industrial de Estados Unidos, trazó un plan lograr su propia producción de caucho, un material muy demandado en la fabricación de neumáticos, válvulas, mangueras y tapones.

En aquella época, Brasil era el hogar del Hevea brasiliensis, el codiciado árbol del caucho, y la cuenca del Amazonas estaba en auge desde 1879 cuando las industrias de Estados Unidos y Europa incrementaron su demanda de este producto.

No obstante, para desgracia de Brasil, Henry Wickham, un botánico y explorador británico, extrajo en secreto semillas de Hevea brasiliensis de Santarém, con lo cual proporcionó el suministro genético para plantaciones de caucho en las colonias británicas, holandesas y francesas por toda Asia.

Esto desbastó la industria brasileña del caucho, no obstante Ford detestaba depender de los europeos, ya que temía que Winston Churchill quisiera crear un cartel del caucho. Para alegría de los funcionarios brasileños, Ford, uno de los hombres más ricos del mundo, adquirió una gran extensión de terreno en el Amazonas y decidió apostar por el caucho brasileño.

Henry Ford en un modelo de 1908

Con una falta de humildad cercana a lo temerario, Ford tenía aversión a aprender del pasado, ya en 1921 declaró a The New York Times: “La historia es un disparate, ¿De qué sirve saber cuántas cometas volaron los griegos antiguos?”. Así fue como Ford rechazó deliberadamente todos los consejos de los expertos y se dispuso a convertir al Amazonas en su fantasía utópica.

Desde el principio, la ineptitud y la tragedia frustraron su empresa. Los hombres de Ford hicieron caso omiso a los expertos que pudieron aconsejarles sobre agricultura tropical y plantaron semillas de valor dudoso, lo cual provocó que las plagas destruyeran la plantación.

A pesar de estos primeros reveses, Ford ideo un pueblo al estilo de los Estados Unidos, para que lo habitaran brasileños que quisieran moldearse a lo que Ford consideraba los valores  de Estados Unidos. Ford, abstemio declarado, antisemita y escéptico de la era del jazz, quería que la vida en la selva fuera una experiencia transformadora. Sus gerentes estadounidenses prohibieron el consumo de alcohol mientras promovían la jardinería, bailar en cuadrilla y leer la poesía de Emerson y de Longfellow.

La búsqueda de la utopía de Ford iba aún más allá: los llamados “escuadrones sanitarios” operaban por todo el lugar: mataban perros callejeros, desaguaban charcos en los que se podían multiplicar los mosquitos que transmitían la malaria y revisaban si los empleados tenían enfermedades venéreas.

“En la época de Ford este lugar estaba limpio; en el pueblo no había insectos ni animales ni selva”, afirma dos Santos, uno de los once niños que nacieron en Fordlandia,“Mi padre trabajó para ellos, y hacía lo que le ordenaban. Los trabajadores eran como perros: obedecían”

Los trabajadores no siempre obedecía, con frecuencia se iban a la llamada “isla de la inocencia”, un lugar cercano al pueblo y que contaba con bares y prostíbulos. En 1930, los trabajadores se hartaron de la dieta de avena, duraznos enlatados y arroz integral que impuso Ford y desataron un disturbio a gran escala. Destruyeron los relojes para fichar, cortaron la electricidad de la plantación y cantaron “Brasil para los brasileños; matemos a todos los estadounidenses”, con lo que lograron que algunos de los gerentes huyeran hacia el interior de la selva.

No queda rastro de los coches que Ford pretendía que circulasen por su ciudad  (Foto: Bryan Denton)

En la búsqueda para promover el automóvil como un objeto de consumo, junto con el campo de golf, las canchas de tenis, el cine y las piscinas... los gerentes diseñaron cerca de 50 kilómetros de caminos alrededor de Fordlândia. Sin embargo, prácticamente no hay autos en los caminos cenagosos del pueblo, reinan las motocicletas mucho más prácticas en los pueblos que se encuentra a lo largo del Amazonas.

Un Amazonas que llevó al límite a los gerentes estadounidenses, algunos no lograron adaptarse y sufrieron colapsos nerviosos, otro se ahogó en el río Tapajós durante una tormenta, otro se fue desesperado después de que murieran tres de sus hijos a causa de las fiebres tropicales...

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, ya era evidente que cultivar árboles de caucho en Fordlândia no sería rentable jamás debido a las plagas, la competencia del caucho sintético y las plantaciones asiáticas recién liberadas de la dominación japonesa.

Ford podría haber evitado estas tragedias y la terrible gestión de la plantación si hubiera buscado consejo de los especialistas o de académicos para cuidar los árboles de caucho, o sobre la capacidad del Amazonas para frustrar empresas, pero no lo hizo... y en 1945 devolvió el pueblo al gobierno de Brasil, cuyos funcionarios transfirieron Fordlândia de una agencia pública a otra, para que se realizaran experimentos infructuosos de agricultura tropical. El pueblo entró en un estado de deterioro perpetuo castigado por las inundaciones y los saqueos.

Fordlandia todavía conserva algunos restos de sus "épocas doradas" (Foto: Bryan Denton)

Actualmente, las ruinas de Fordlândia son el testimonio de la locura que supone intentar que la selva se someta a la voluntad del hombre. Sin embargo, este peculiar pueblo, aun conserva parte de su esplendor gracias a las labores de mantenimiento que realizan los ocupantes ilegales.

Lejos de ser una ciudad abandonada, actualmente Fordlândia es el hogar de cerca de 2000 personas, muchas de las cuales viven en estructuras derruidas que se construyeron hace casi un siglo. Algunos son descendientes de los trabajadores de Fordlândia, otros son inmigrantes llegados de otras partes de Brasil. Las casas que habitan han logrado resistir el deterioro, muchos tienen terrenos pequeños donde pasta el ganado, otros plantan yucas en zonas en las que hace décadas se cortaron árboles de caucho, mientras que muchos otros sobreviven gracias a pequeños pagos o pensiones de seguridad social.

Humberstone, Chile

Fordlandia no es el único fracaso en América del Sur, donde se crearon numerosos asentamientos a principios del siglo XX, amparados por un sistema ferroviario en expansión; algunos de estos pueblos explotaban recursos tan variopintos como los fósiles o el salitre. 

Sin embargo, la invención del salitre sintético durante la Primera Guerra Mundial hizo que salitreras como la de Humberstone o Santa Laura, en el desierto de Atacama, dejasen de tener sentido. Actualmente están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

En la actualidad, las ruinas de estos pueblos mineros aguantan como buenamente pueden el paso del tiempo en las implacables llanuras del desierto de Atacama. Abandonados por completo en 1960, un siglo después de la época dorada de la extracción de salitre, hoy en día se pueden visitar de noche, lo que añade un punto más espeluznante si cabe a la experiencia.

Salitrera de Santa Laura, en Chile

El patrón se repite por todo el mundo, distintas fiebres, distintos países, idénticos resultados... En 1908, poco después del inicio de la fiebre del diamante por toda África, el gobierno del imperial alemán reclamó derechos mineros exclusivos en la actual Namibia, criminalizando cualquier nuevo asentamiento. 

Algunos pequeños pueblos como Pomona, Elizabeth Bay o Kolmanskop, quedaron excluidos de esta restricción, y durante años proporcionaron a los colonos grandes cantidades de diamantes. Sin embargo, tras la Primera Guerra Mundial, las cantidades de diamantes se redujeron y las restricciones alemanas terminaron por convertirlos en pueblos fantasmas. Las arenas del desierto de Namibia no tardaron en engullirlos por completo.

Kolmanskop, en Namibia, está deshabitada desde 1956

Cambios en la red hidrográfica:

Sin duda una de las cosas que más puede "descolocar" a una inamovible ciudad es un cambio en la red hidrográfica de la que depende, ya sea para el suministro de agua potable, para sus comunicaciones o como medio de sustento económico.

El cambio en el curso de los ríos para regar las emergentes plantaciones de algodón en la antigua URSS provocó el declive del Mar Aral y la progresiva desaparición de los puertos y ciudades que había en sus orillas. Aquí hablamos en su día de Moynaq, su principal pueblo pesquero.

Lakhpat, en la India, tenía unos 15.000 habitantes en 1818, su principal motor era el comercio y suponía un importante puerto fluvial en las orillas del río Indo. Un año más tarde, un terremoto formaría una presa natural río arriba conocida como Allahbund, el río Indo cambió su curso y comenzó a fluir hacia el mar Arábigo, más al norte de Lakhpat. Sin el río, la ciudad perdió gran parte de su gracia como puerto. En solo dos años la población se redujo a menos de la mitad, unos 6000 habitantes, muchos de los cuales eran comerciantes de otras regiones. Para 1851, todo el comercio había abandonado la ciudad y desde entonces ha permanecido sumida en la pobreza y medio desierta. La población se redujo a 2500 personas en 1880 y llegó a bajar hasta los 463 habitantes en 2001.

Las murallas de Lakhpat es lo único que nos recuerda el pasado de este puerto fluvial.

La construcción de la presas también es un motivo muy frecuente para abandonar pueblos y ciudades situadas en el valle que se va a inundar. La construcción de la presa de las Tres Gargantas, en China, supuso el traslado de numerosas poblaciones rurales. Numerosas ciudades en las zonas más bajas del valle quedaron sumergidas al igual que pasó en otras presas similares en EEUU, Egipto, India o Inglaterra. En algunos casos, como el Lago de las 1000 islas, en China, las condiciones del agua permiten conservar en perfecto estado los restos de las ciudades sumergidas.

Como ya vimos en el segundo capítulo de esta serie, el pueblo medieval de Fabbriche di Careggine cerca del Lago di Vagli, en la Toscana, quedó sumergido tras la construcción de una presa en el valle. Ahora emerge de las aguas periódicamente cuando hay que vaciar el embalse para su mantenimiento. Se espera que en 2023 el pueblo vuelva a ser visitable.

Fabbriche di Careggine bajo las aguas del embalse

Cambios en la red de comunicaciones:

Al igual que pasaba con la red hidrográfica, un cambio en las redes de comunicaciones puede resultar fatal para una ciudad. Históricamente este fenómeno se podía observar en las líneas férreas, la desaparción de una línea, una parada o incluso una reducción en la frecuencia han sido el comienzo del fin de numerosos emplazamientos por toda Canadá, uno de los países con más pueblos fantasma del mundo.

Esta decadencia también se puede encontrar en la red de carreteras. Muchas antiguas ciudades mineras del Oeste de Estados Unidos sufrieron el cierre de sus minas cuando se agotaron los recursos; la principal vía de comunicación entre todas estas ciudades de la costa oeste, la ruta 66, era el clavo ardiendo al que se agarraban muchas de ellas. Sin embargo, la popular carretera ha ido cambiando con el tiempo en busca de un trazado más rectilíneo y rápido; en cada cambio, había pueblos en los márgenes de la antigua carretera, que quedaban excluidas del nuevo trazado. Ciudades como Oatman, en Arizona, se quedarían sin su principal sustento; hoy en día es un poblado fantasma en el que los burros salvajes pastan y descansan sobre el asfalto de la ruta 66 original. 

En Oatman, burros salvajes pasean tranquilos por la ruta 66

La creación de otras rutas alternativas más seguras y rápidas, como las carreteras I-44 o I-40, pusieron los clavos del ataúd de lo que ahora son poblados fantasma. Sin agricultura, sin minería, sin industria, sin visitantes ni viajeros a los que ofrecer servicios, muchos de estos núcleos perdieron su razón de ser... Este lento abandono aparece reflejado en la película "Cars", donde un pueblo llamado "Radiador Springs" que queda desierto por culpa de la construcción de la Carretera Interestatal 40, a partir de la cual, todo el tráfico pasa por fuera del pueblo sin percatarse de su existencia.

Zonas de exclusión: 

Cuando la NASA decidió construir el Centro Espacial John C. Stennis (SSC), en el condado de Hancock, Mississippi, los responsables tuvieron que adquirir una gran zona de exclusión (aproximadamente 88 Km2) debido a la contaminación acústica y los peligros vinculados a las pruebas con cohetes. Cinco pueblos escasamente poblados (Gainesville, Logtown, Napoleon, Santa Rosa y Westonia) junto con sus 700 familias residentes tuvieron que ser reubicados lejos de la instalación. Algo similar pasó en Boca Ratón en Florida, donde las instalaciones de Space-X amenazan a toda una zona residencial de jubilados estadounidenses.

La ciudad de Weston, en Illinois, pudo votar su extinción. Voluntariamente, el pueblo entregó sus terrenos para la construcción del Fermilab (Laboratorio Nacional Fermi), el segundo acelerador de partículas más potente del mundo. Hoy en día todas las carreteras de entrada al pueblo han sido bloqueadas con puertas o barricadas para evitar el acceso no autorizado. En el interior todavía se conservan muchas casas o graneros, que se utilizan para alojar visitantes o almacenar equipos de mantenimiento. 


Parece un tranquilo pueblo inglés, pero Copehill Down es en realidad un campo de entrenamiento militar.

En Inglaterra, varias aldeas fueron confiscadas por la Oficina de Guerra durante la Segunda Guerra Mundial para servir de campo de entrenamiento para las tropas británicas y estadounidenses. Imber, en Salisbury, así como otras aldeas de Stanford se plantearon como una medida provisional, sin embargo la población nunca pudo regresar a sus casas. Cerca de Imber se encuentra Copehill Down, una ciudad desierta que se ha construido específicamente para entrenamientos en guerrilla urbana.

Otras aldeas en Inglaterra como Polphail, Argyll o Bute, fueron construidas para albergar a las familias de los trabajadores de una plataforma petrolífera cercana. Los pueblos se terminaron, pero la plataforma jamás llegó a materializarse con lo que todas estas aldeas quedaron desiertas antes de haber llegado a tener ni un solo habitante. 

 +infoWikipedia - NYTimes

Cráter Barringer - EEUU

El cráter Barringer (o "Meteorite Crater" según su nombre oficial) es un cráter de impacto que se encuentra 55 km al este de la ciudad de Flagstaff, en el norte de Arizona, Estados Unidos. Con más de un kilómetro de diámetro, se trata de uno de los ejemplos más conocidos, convirtiéndose en 1920 en el primer cráter de la superficie terrestre en ser reconocido como cráter de impacto por un meteorito. La teoría más aceptada en la actualidad es que pudo formarse hace unos 50 000 años por el impacto del meteorito Canyon Diablo, un objeto de unos 50 m de largo que llegó a la superficie terrestre a una velocidad aproximada de 12 km/seg.

La historia del cráter del meteorito comenzó hace 50.000 años, durante el período Pleistoceno, en esa época el clima de la meseta del Colorado era mucho más frío y húmedo, toda la superficie estaba cubierta por pastizales y bosques en los que habitaban mamuts lanudos, perezosos gigantes y camellos. Una mañana como otra cualquiera, un asteroide del tamaño de una piscina olímpica se precipitó sobre la Tierra con una velocidad 36 veces mayor que la del sonido. 

En solo 6 segundos, la fuerza del impacto hizo saltar por los aires 175 millones de toneladas de piedra caliza y arenisca, rociando roca fundida y fragmentos del meteorito a varios kilómetros de distancia. Bloques de piedra caliza grandes como casas y con más de 30 toneladas de peso serían expulsados fuera del cráter apareciendo desperdigados en un área de 260 km². Se estima que el choque del impacto podría haber provocado un terremoto localizado de una magnitud de 5,5 o mayor en la escala de Richter. El impacto produjo temperaturas y presiones suficientes para transformar el carbono en coesita, lonsdaleíta y otras formas de diamantes que años después despertarían el interés por la zona.

Pero vayamos directamente al morbo: Probablemente no había humanos para verlo, pero si los había, murieron. El impacto produjo una explosión equivalente a 2,5 megatones, unas 150 veces la potencia de la bomba de Hiroshima. El choque del impacto pudo haber provocado un terremoto de magnitud 5,5 o mayor en la escala de Richter. La energía térmica liberada por la explosión habrían matado inmediatamente a todas las criaturas vivientes en un radio de 3 a 4 km. El impacto a su vez, produjo una bola de fuego lo suficientemente caliente como para abrasar cualquier criatura en una distancia de hasta 10 km. Posteriormente, la onda de choque viajó a una velocidad de 2000 km/h derribando cualquier cosa en su camino en un radio de entre 14 y 22 km, para finalmente convertirse en fuertes vientos huracanados hasta llegar a los 40 km de distancia del impacto.

El cráter se encuentra a una altitud de unos 1740 metros sobre el nivel del mar, por lo que a diferencia de otros cráteres mayores como el de Chicxulub, no corre ningún riesgo de acabar inundado por el mar. Una vez que el polvo y los escombros se asentaron, el cráter permaneció en silencio durante decenas de miles de años a medida que el clima de Arizona se volvía gradualmente más seco, ayudando a preservar la huella del impacto.

Actualmente tiene un diámetro de aproximadamente 1200 metros y casi 170 metros de profundidad. En el centro del cráter se acumula una capa de entre 210 y 240 m de materiales depositados; esta zona central está resguardada por un borde que se eleva hasta 45 m sobre la planicie en la que sucedió el impacto.  

Hoy en día es el ejemplo clásico de las consecuencias de un meteorito, pero no siempre fue así... Tradicionalmente, antes de realizar ningún estudio científico, se pensaba que solo una erupción volcánica explosiva podría crear un cráter tan grande; sin embargo, los materiales sedimentarios presentes (principalmente calizas) y la total ausencia de lava, no acababan de encajar en esta hipótesis.

El primer informe geológico en esta zona no se centró en el cráter en sí, sino en pequeños diamantes que habían aparecido en meteoritos cercanos. La estructura, entonces conocida como Coon Mountain, fue estudiada en 1891 por el geólogo Grove Karl Gilbert, quien descartó la hipótesis del impacto meteorítico y formuló una teoría según la cual el cráter podría haberse formado como resultado de una explosión de gas subterránea.
Era una época en la que el conocimiento sobre los meteoritos distaba mucho del actual, no existía una metodología para confirmar estos impactos y el estudio de la geología iba en muchos casos ligado a un interés empresarial.

Daniel Moreau Barringer

Daniel Moreau Barringer (25 de mayo de 1860 – 30 de noviembre de 1929) era uno de estos personajes polifacéticos: abogado, geólogo, ingeniero de minas y propietario de varios negocios mineros, tras formarse en escuelas militares, Daniel Barringer se graduó en la Universidad de Princeton en 1879 a la edad de 19 años, en 1882 se graduó en la Escuela de Derecho de la Universidad de Pensilvania. Posteriormente estudió geología y mineralogía en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Virginia respectivamente.

En 1892, Barringer junto a otros socios, descubrieron y adquirieron una mina de oro y plata cercana a Cochise, Arizona. Años más tarde, Barringer también descubría la mina de plata "Commonwealth" en Pearce, Arizona. Estos dos negocios le convertirían en un hombre rico.
En 1902, ya con una posición acomodada, Barringer supo de la existencia del estudio de Gilbert sobre Coon Montain. La presencia de miles de pequeñas partículas meteoríticas en la proximidad del cráter llevó a Daniel a pensar que las conclusiones de este estudio eran erróneas. 

Cuatro años después, Barringer y su socio, el matemático y físico Benjamin C. Tilghman, presentan sus primeros artículos sobre el cráter en el Servicio Geológico de los Estados Unidos; en estas publicaciones se analizan los estudios geológicos en la zona y la presencia de una capa del sustrato en la que aparecen mezclados al azar fragmentos de meteorito y restos de rocas de la zona, esto según Daniel, sería resultado de la nube formada tras el impacto

Barringer en cierto modo estaba más interesado por el hierro meteorítico que por el origen de la formación. Confiado por sus anteriores aciertos, Barringer compró los terrenos que rodeaban el cráter convencido de su origen sideral, según sus estimaciones, unos diez millones de toneladas de hierro espacial esperaban ocultas bajo tierra.

Los duros comienzos de la Standard Iron Company

Con un interés tanto científico como económico, Barringer creó la "Standard Iron Company" para explotar el hierro que yacía enterrado bajo la superficie del cráter. La compañía minera realizó operaciones de perforación en el interior y los alrededores del cráter entre 1903 y 1905, y efectivamente, llegó a la conclusión de que el cráter había sido causado por un impacto violento; sin embargo, fueron incapaces de encontrar al meteorito responsable del cráter. No obstante, la compañía continúo explorando y sondeando el cráter con menor intensidad hasta la muerte de Barringer.

Barringer murió de un ataque al corazón el 30 de noviembre de 1929, poco después de leer nuevos y contundentes argumentos en contra de la presencia de hierro por la que tanto había luchado. Estudios científicos como los del astrónomo Forest Ray Moulton sugerían que el meteorito, muy probablemente, se había vaporizado poco antes de tocar tierra. La energía liberada encima del área de impacto parecía indicar que el meteorito había llegado ya vaporizado al suelo. Para entonces la compañía de Barringer llevaba gastados unos 600.000 dólares en la exploración del cráter, quedando al borde de la bancarrota.

Al morir dejó a su viuda Margaret Bennett y a sus ocho hijos la propiedad del cráter. A pesar de ser designado como hito natural nacional en 1967, los terrenos siguen siendo de propiedad privada y pertenecen a la familia Barringer quien los gestiona a través de la empresa "Barringer Crater Company", más centrada en la explotación turística que en la búsqueda del esquivo hierro.

En la actualidad sus descendientes intentan cambiar el nombre original del cráter (Cráter del meteoro) por el empleado en muchos textos científicos (Cráter Barringer). A la espera de si el cráter finalmente llevará el nombre de su descubridor, por lo menos ya cuenta con un pequeño cráter en su honor en el hemisferio sur de la Luna y con (3693) Barringer, un asteroide dentro del cinturón de asteroides, descubierto el 15 de septiembre de 1982 por Edward Bowell.

El cráter Pinacate en el desierto de Sonora, México

Actualmente hay unos 190 cráteres de impacto censados, algunos ciertamente espectaculares como el de Pinacate en el desierto de Sonora. Sin embargo, la Tierra borra rápidamente las huellas de estos impactos, por lo que duran relativamente poco tiempo y tan solo se conservan reconocibles en desiertos o lugares sin gran actividad erosiva superficial.

Barringer logró convencer a la mayoría de la comunidad científica de su teoría del impacto, de hecho, hoy en día es reconocido como la primera persona que demostró un impacto de meteorito sobre la Tierra. Pero no fue hasta 1960 cuando el astrónomo y geofísico Eugene Shoemaker demostró de manera concluyente que el cráter de Barringer fue producto del impacto de un meteorito. En su tesis doctoral, Shoemaker aportó evidencias como la presencia de coesita y stishovita dentro del cráter que consolidaban definitivamente las teorías de Barringer.​

Durante la década de los 60 surgieron nuevos métodos de análisis que utilizaban el cuarzo y otros minerales impactados como evidencia crucial para muchos otros cráteres conocidos, incluso han permitido identificar impactos en lugares donde no sobrevive ningún cráter.
En el crater de Barringer, los investigadores descubrieron piezas de arenisca que contenían evidencia microscópica de las intensas presiones sufridas durante el impacto. Dentro de los granos de cuarzo, había conjuntos entrecruzados de líneas paralelas; estas líneas se debieron formar como resultado de una intensa presión que atravesó la roca en una fracción de segundo, alterando la estructura cristalina de los granos de cuarzo.

Imagen microscópica de un grano de cuarzo del cráter de Barringer que muestra líneas paralelas entrecruzadas. Estas líneas negras son perpendiculares a la dirección de propagación del impacto.

Actualmente se cree que un meteorito llamado Canyon Diablo formó el cráter de Barringer. Este meteorito de níquel-hierro tenía cerca de 50 metros de largo, pero la mayor parte se desintegró al atravesar la atmósfera terrestre. Casi la mitad del peso bruto del meteorito, unas 300.000 toneladas, se vaporizó durante su viaje por la atmósfera.

Los restos del meteorito se esparcieron alrededor del cráter, tras impactar con el suelo a una velocidad de entre 12 y 20 kilómetros/segundo. Fragmentos de meteorito salieron despedidos por toda el área que rodea el cráter, con tamaños que iban desde la pequeña gravilla hasta bloques de 640 Kg.

En el lugar del impacto se formó una nube de vapor metálico que posteriormente condensó en pequeñas gotas de níquel-hierro, del tamaño de granos de arena. Como resultado de esta "lluvia metálica" y de la enorme dispersión que sufrieron los fragmentos más grandes, apenas se encontraron restos meteoríticos en las excavaciones realizadas en el cráter.

+ info: Barringer Company - AMNH - Wikipedia