Un proyecto que nació como un paraíso y que terminó siendo escenario de una de las mayores atrocidades de la historia |
Jonestown fue el nombre informal del Proyecto agrícola del Templo del Pueblo, una comunidad al noroeste de Guyana, más concretamente en la actual región N°1 de Barima-Waini, dentro del área conocida como la Guayana Esequiba. Jonestown estaba habitado en su totalidad por el Templo del Pueblo, una secta estadounidense liderada por Jim Jones (1931-1978). El 18 de noviembre de 1978, varios miembros de la comunidad asesinaban a 5 personas (entre ellas, un congresista de los Estados Unidos) mientras que otros 909 integrantes de la secta se suicidaron en lo que sería considerado el mayor suicidio colectivo de la historia.
¿Pero cómo se llegó a esta locura colectiva? Irónicamente, todo empezó con las más nobles aspiraciones, crear un lugar utópico donde cualquier persona pudiese vivir en paz independientemente de su clase social o color de piel. Jim Jones nació el 13 de mayo de 1931 en la ciudad de Lynn, Indiana. Su padre, James Thurmond Jones, volvió enfermo tras la I Guerra Mundial (probablemente por respirar gas mostaza) y por lo visto era Ku Klux Klan; su madre, Lynetta Jones, le transmitió su amor por los animales y su preocupación por los más desfavorecidos. Criado en un ambiente de segregación racial y de fundamentalismo cristiano, Jones desarrolló dos preocupaciones que le acompañarían toda su vida: la integración racial y el socialismo.
El pequeño Jim ya apuntaba maneras de predicador desde niño, con frecuencia recogía animales abandonados en la calle y los reunía en su garaje junto a otros niños vecinos para darles sermones. Su capacidad oratoria estaba fuera de toda duda.
Jim Jones con sus características gafas oscuras durante una manifestación en San Francisco. |
En 1954, Jim Jones ejercía como pastor asociado de la Asembly of God, ya en esta época entró en conflicto con sus superiores por su insistencia en que los negros se sentaran en las primeras filas. Pronto fundó su propia iglesia: the Peoples Temple Full Gospel Church. El mensaje de Jones era de igualdad racial lo cual propició que le nombraran director de la Comisión de Derechos Humanos de Indianápolis.
Según su esposa, cuando se casaron en 1949, Jones era un comunista comprometido. Se consideraba maoísta pero también simpatizaba con Stalin y la Unión Soviética. El propio Jones definía su ideología como socialismo religioso o socialismo apostólico. En 1959 tuvo un hijo al que llamó Stephan Ghandi Jones y adoptó otros niños de distintas razas que se integrarían en lo que él llamaba su “familia arcoiris”.
Jim Jones junto a varios niños de su congregación |
El Templo del Pueblo fue creado en Indianápolis, durante los años cincuenta con la idea de aplicar el ideal socialista en una comunidad donde no existieran fronteras de raza o nacionalidad... Pronto, el reverendo Jim Jones y sus 140 seguidores se mudaron a Redwood Valley, en el Condado de Mendocino, California, huyendo de los hipotéticos ataques nucleares de los que Estados Unidos podía ser blanco.
A final de los años sesenta, y a pesar del apoyo de personalidades como Harvey Milk, la congregación de Jones habían disminuido a menos de cien integrantes y estaba a punto de desaparecer, pero de algún modo, Jones logró que el Templo del Pueblo fuese aceptado en la Iglesia Cristiana, Discípulos de Cristo. La afiliación con la iglesia elevó la reputación del Templo, permitiendo que sobreviviera y extendiendo su influencia por toda la Costa Oeste de Estados Unidos.
La congregación volvió a su iglesia principal en San Francisco en 1971 y abrió otra sede en Los Ángeles. Sin embargo, tras múltiples escándalos e investigaciones en San Francisco, Jones decidió mudar su comunidad utópica a Guyana donde estaría a salvo de la intervención de las autoridades estadounidenses, o de las injerencias de los preocupados familiares de algunos miembros.
En 1974, Jones arrendó más de 12 km² de tierra del gobierno de Guyana, y los miembros del Templo del Pueblo comenzaron la construcción de Jonestown bajo la atenta supervisión de los jefes de la comunidad. Mientras tanto, la popularidad de Jones no paraba de crecer, pasando de los 50 miembros en 1977 a más de 900 en su momento de máximo apogeo en 1978. Jones volvió a California para animar a todos estos seguidores a mudarse a Jonestown.
Muchos de los miembros del Templo del Pueblo pensaban que Guyana sería, tal y como prometió Jones, un paraíso terrenal. En cambio, todos los miembros (incluyendo niños) trabajaban criando animales y cultivando comida para el "Proyecto agrícola del Templo del Pueblo", seis días a la semana, desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, siempre con temperaturas cercanas a los 38 °C.
Según los testimonios de integrantes de la secta, las comidas consistían en arroz y legumbres de mala calidad mientras Jones se atiborraba con alimentos refrigerados al margen del grupo. En febrero de 1978, la mitad de la comunidad tenía problemas médicos como diarrea grave o fiebres altas.
Los miembros que incumplían la férrea disciplina, eran encerrados en una caja de madera de 2.5 x 1 m. Los que intentaban escapar eran drogados hasta la incapacitación. Guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para garantizar que las órdenes de Jones fueran cumplidas.
Los niños, entregados al cuidado comunal, se referían a Jones como "Papá" y solo se les permitía ver a sus padres biológicos durante un breve periodo a la noche. Los adultos también llamaban "Padre" a Jones. La gente de los alrededores, relataban historias de terror sobre tremendas palizas y un "hoyo de la tortura", un pozo en donde Jones arrojaba a los niños que se portaban mal, haciéndoles creer que había un monstruo habitando el fondo del pozo. Los niños más mayores eran amarrados desnudos y electrocutados en los genitales. Los oficiales de policía de Guyana habían intentado investigar estas declaraciones varias veces, pero siempre se les negaba el acceso a la comunidad.
La entrada al "paraíso" no tenía puerta, ni a un San Pedro custodiándola |
El "padre" Jones llevaba años ostentando el poder más absoluto, y es en este punto donde sus facultades mentales se empiezan a deteriorar según el relato de los testigos y las investigaciones del FBI. Sus discursos cada vez eran más paranoicos y trasnochados, en ellos hablaba de supuestas amenazas de la CIA y de "cerdos capitalistas y traidores" que pretendían destruir su paraíso. Jones repetía una y otra vez que los enemigos externos intentaría destruir su sueño, ante esta amenaza solo cabían cuatro opciones:
- Refugiarse en la Unión Soviética
- Cometer un "suicidio revolucionario"
- Quedarse en Jonestown para luchar contra los invasores
- Huir hacia el interior de la selva
En un lavado de cerebro perfectamente ejecutado, Jones instituyó las "noches blancas". Una o dos veces al mes, los adeptos realizaban una prueba de lealtad, un simulacro de suicidio masivo que concluía con la ingesta de un falso veneno.
En una declaración jurada, Deborah Layton explicaba que durante una de esas noches, les avisaron de que esta vez morirían de verdad, obligándoles a tomar un jarabe sin endulzar que pensaban era veneno. Los pocos que dudaron a la hora de beber el líquido, fueron obligados a punta de pistola, veneno o disparo en la cabeza, no había más opciones...
La intención de Jones con estas noches blancas era ir construyendo confianza en el pueblo, relativizar los peligros y las consecuencias del suicidio, limar resistencias convirtiendo aquel rito macabro en un juego irreal. Cuando estimase que tenían el nivel de confianza suficiente y hubiese vencido el instinto de supervivencia de los más reticentes, Jones les daría el veneno verdadero.
Jackie Speier (en el centro) es una de las pocas supervivientes de la tragedia, fue disparada 5 veces y dada por muerta. |
En octubre de 1978 las denuncias sobre abusos en Jonestown alcanzaron los oídos del representante a la Cámara por el estado de California, Leo Ryan. El 14 de noviembre de ese mismo año, el congresista viajó a la ciudad de Georgetown (a 240 km de Jonestown) junto a una delegación del Congreso, tres periodistas y algunos disidentes de la secta. La intención del viaje era comprobar si eran ciertas las acusaciones de fraude, lavado de cerebro, secuestro, tráfico de drogas y armas...
A medida que se acercaba la fecha de la visita, Jones incrementaba el tono fatalista de sus discursos, acusando de traición a cualquier persona que intentara escaparse con el congresista Ryan. A pesar del ambiente enrarecido, el 17 de noviembre, Ryan y su asistente, Jackie Speier, se entrevistaron con varios integrantes de la comunidad en un clima de cordialidad.
Aparentemente, la reunión fue satisfactoria por ambas partes, pero la mañana siguiente, un día antes de Ryan regresara a EEUU, todo cambió... Algunos residentes se acercaron a Ryan y le suplicaron abandonar la colonia con él, lo cual desencadenó la furia de los miembros más incondicionales, que lo consideraban una traición imperdonable. Poco después Ryan sufriría un atentado fallido en el que uno de estos fanáticos trató de acuchillarlo.
Todavía con el susto en el cuerpo, Ryan y 14 desertores de la comunidad fueron a la pista de aterrizaje de Puerto Caituma dispuestos a abandonar el lugar lo antes posible. Una vez "a salvo" dentro del avión uno de los desertores, Larry Layton, disparó contra los ocupantes, hiriendo a varios de ellos. Poco después, otro grupo de miembros de la comunidad que habían escoltado el coche de Ryan hasta el aeropuerto, decidieron disparar a quemarropa contra el avión, asesinando al congresista, a tres periodistas, a una de los desertoras e hiriendo a otras nueve personas. Tras acribillar el cuerpo del congresista, le dispararon en la cara para asegurarse de que estaba muy muerto.
Los supervivientes del ataque (entre los cuales estaban los 3 hijos de la desertora muerta) huyeron a los campos cercanos o se internaron en la espesa selva donde estuvieron perdidos durante tres días hasta que lograron rescatarlos.
Estado del avión tras el atentado que acabó con la vida de Leo Ryan |
Un par de horas después, Jones ordenó reunir a todos los integrantes de la comunidad de Jonestown. En un discurso que no presagiaba nada bueno, Jones explicó a toda la comunidad que el paraíso estaba estaba en peligro, era necesaria una "revolución de muerte":
"Por el amor a Dios, ha llegado el momento de terminar con esto" -se le puede escuchar en las grabaciones. En un estado cercano al delirio concluye: "Hemos obtenido todo lo que hemos querido de este mundo. Hemos tenido una buena vida y hemos sido amados"
"Acabemos con esto ya. Acabemos con esta agonía".
Las secretarias y enfermeras que trabajaban en Jonestown comenzaron a entregar frascos llenos de cianuro entre los integrantes de la secta. Mucha gente afirma que en realidad lo que aconteció fue un homicidio masivo, Jim Jones obligó a su pueblo a beber e inyectarse cianuro, empezando por ancianos y niños (a quienes se les dio el cianuro mezclado con otras bebidas), algunos bebés fueron arrancados de los brazos de sus madres para ser inyectados.
Una de sus seguidoras llamada Christine se opuso al suicidio, pero la gente comenzó a insultarla y a agredirla. Mientras tanto Jones repetía que "la muerte solo es el tránsito a otro nivel" y que aquello "no era un suicidio, sino un acto revolucionario".
Niños, bebés, adultos y ancianos terminaron bebiendo o recibiendo una inyección con el veneno, un total de 913 personas murieron en cuestión de minutos. Entre el mar de cuerpos sin vida que quedó cubriendo el suelo de Jonestown, hubo uno que no murió envenenado: el cuerpo de Jones apareció con una herida de bala en la cabeza, a día de hoy aun no sabemos si se disparó el mismo, si obligó a otra persona a matarle una vez finalizado el rito o si hubo algún superviviente que decidió poner fin a toda esa locura.