Hawái es un archipiélago de origen volcánico en el Pacífico central. Debido a su ubicación se considera parte de Oceanía y desde tiempos remotos ha sido una escala frecuente en los viajes entre América y Asia, gracias a ello, hoy en día es un territorio con numerosas influencias norteamericanas, polinesias, mexicas, japonesas, filipinas o chinas... Sus islas son relativamente jóvenes y se caracterizan por sus paisajes abruptos y escarpados, con frecuentes acantilados, cascadas, selvas tropicales y playas con arena de colores loquísimos: dorado, rojo, negro e incluso verde. Cada una de sus islas comprende hasta cuatro biomas distintos: desierto, tropical, tundra y zonas templadas. Hoy nos centraremos en algunas de sus playas:
Papakōlea: En el idioma nativo, papakolea significa "llanos del chorlito dorado" en honor a una ave que pasa los inviernos en el extremo sur de la isla de Hawai’i y migra durante el verano a las costas de Alaska. Su dieta se compone de insectos y crustáceos pequeños que sólo habitan estas zonas.
La principal peculiaridad de esta playa es que su arena es verde como puede verse en la foto. A diferencia de otras playas, este color no se debe a la presencia de algas o materia orgánica, vista desde arriba la arena parece estar teñida de un tinte color aceituna, pero si uno baja hasta el lugar y mira detenidamente se dará cuenta que en realidad el espacio está cubierto por una multitud de cristales verdes.
Se trata del olivino, un mineral relativamente abundante en Hawái que se encuentra a menudo dentro de los compuestos de la lava. La arena también se compone de minúsculos trozos de corales y fragmentos de lava seca, sin embargo, predominan los cristales verdes ya que, al ser más densos que los otros materiales, no son tan propensos a que los arrastren las olas.
Quien quiera visitar esta playa tendrá que dirigirse a Hawai’i, la isla más grande del archipiélago y recorrer un sendero de cuatro kilómetros que serpentea junto con la línea de costa. Esta superficie brillante de olivino se ubica a los pies del Pu’u Mahana, un cono volcánico que se formó hace por lo menos 49.000 años, aunque los científicos no descartan que su origen se remonte 150 milenios atrás.
Punaluu: La playa de Punaluu, está en el distrito de Puna, al sur de la ciudad de Hilo. Aquí la arena es de un color negro brillante, el color de la lava basáltica que hace millones de años salió del fondo de la tierra y se enfrió en el océano. Los turistas acuden a Punaluu a disfrutar de un paisaje único, hacer un picnic junto al mar y observar el ir y venir de las tortugas marinas que acuden a este lugar a anidar.
Lo único que no se puede hacer en esta playa es nadar, esta actividad resulta muy peligrosa debido a que la zona es muy rocosa y el oleaje siempre fuerte. Además, las aguas de esta parte de Hawai y de toda la Costa Norte de Oahu, se encuentran infestadas de dos clases de tiburones peligrosos: el tiburón tigre y el tiburón de Galápagos
Kaihalulu: es una pequeña playa cuyo nombre se traduce como Red Sand Beach (playa de arena roja). Es una de las pocas playas de arena roja que hay en el mundo y está al pie de una colina al sur de Hana Bay, en la isla de Maui. El espectacular color rojo de su arena se debe al hierro de la colina que limita con esta playa, en constante erosión debido al oleaje.
El color rojo de la arena unido al azul turquesa del agua dan lugar a un paisaje asombroso. Se trata de una pequeña cala de difícil acceso que sin embargo merece la pena visitar. Tiene un arrecife que hace de barrera y protege a esta zona de las grandes olas que suele haber en esa parte de la isla, por lo que es una playa relativamente tranquila y segura para los estándares de Hawai
Kauna’oa Bay: Considerada una de las 10 mejores playas de arena blanca del mundo, y es una de las pocas playas de arena blanca de la costa de Kohala, el lado occidental de la isla de Hawai. La palabra kauna'oa puede referirse a varias cosas distintas: una enredadera naranja con flores amarillas (Cuscuta sandwichiana), un molusco (Vermetidae) o un alga frecuente en la isla (Galaxaura rugosa); cualquiera de ellas es perfectamente válida como origen del nombre.
En 1960, esta zona era un campo de lava caliente, remoto y estéril, completamente inútil para el pastoreo de ganado, sin embargo, William F. Quinn, el flamante gobernador del nuevo estado de Hawái estuvo muy hábil e invitó a Laurance Rockefeller a visitar las islas como parte de un estudio para una comisión federal que presidió Rockefeller. Tras visitar el rancho y nadar en la bahía, en enero de 1961 comenzaron los planes para construir un centro turístico en la zona. El estado prometió pavimentar la carretera hasta esta sección y construir un nuevo Aeropuerto Internacional de Kona. Rockefeller por otro lado, compró las tierras cercanas (Puʻukoholā Heiauy) y acto seguido las donó para un Parque Histórico Nacional. Ya estaba todo preparado para la apertura del primer hotel, el cual se inauguró en julio de 1965, siendo uno de los más caros del mundo en ese momento. Durante las siguientes décadas proliferaron hoteles con diseños similares a lo largo de toda la costa de Kohala.
Antaño las tortugas anidaban en esta playa pero fueron expulsadas. Similar suerte corrieron los lugareños, el acceso a esta playa no estaba permitido a quienes no fueran clientes del complejo. En 1973 se presentó una demanda para permitir el acceso público a la playa y tras 7 años de litigio se llegó a un acuerdo: en 1981 se habilitó un pequeño número de plazas de aparcamiento y se abrieron varios senderos a lo largo de la costa que permitieron recuperar esta playa para los habitantes de la isla.
Kajak y coladas de lava |
Kilauea: Entre todas las impactantes playas hawaianas, ésta es una de las que está completamente vetada. ¿La razón? La peligrosa lava del volcán Kilauea fluye hacia el océano desde hace 25 años haciendo hervir el agua y por consiguiente, haciendo muy desaconsejable nadar en estas aguas.
Kīlauea es un volcán en escudo, el más reciente y activo de los cinco que forman la isla de Hawái, de hecho, es uno de los volcanes más activos de la Tierra. Este volcán emergió sobre el mar hace unos 70 000 años, sin embargo, las coladas submarinas más antiguas superan los 300.000 años. Es el segundo volcán más reciente formado sobre el hot spot de Hawái y el actual centro eruptivo de la cadena de montes submarinos Hawái-Emperador. El más reciente sería el monte submarino Lōʻihi situado a 35 Km de la línea de la costa sureste y que en el futuro emergerá como una nueva isla.
Estas pasadas Navidades (el 25 de diciembre de 2020, hacia las 21:30) Kīlauea nos obsequió otra de sus frecuentes erupciones, la lava empezó a través de tres fisuras en las paredes norte y noroeste de la caldera. Como consecuencia, el lago que llenaba el fondo de la caldera desde 2019 se evaporó dejando un lago de lava en su lugar.
Durante esta erupción, algunos habitantes de la isla reportaron una "lluvia de gemas" que en realidad resultó ser, una vez más, fragmentos de olivino que salieron despedidos durante la erupción
Diagrama de un corte del interior de la Tierra, con la litosfera (gris) y el magma (amarillo) surgiendo desde el manto produciendo volcanes en la superficie. |
Al igual que los demás volcanes de Hawái, Kilauea se formó cuando la placa tectónica del Pacífico pasó por encima del hotspot de Hawái, un punto caliente en el manto terrestre subyacente. Los volcanes de las islas de Hawái son la manifestación más reciente de este proceso que, a lo largo de 70 millones de años, ha creado la cadena de montes submarinos Hawái-Emperador con una longitud total de 6000 km. Sin embargo, aunque la pluma mantélica de Hawái es un de las áreas geológicas más estudiadas del mundo, la naturaleza de los hotspots sigue siendo un misterio a día de hoy.
En vulcanología, un hotspot es un estrechamiento de la corteza terrestre en el que el magma del manto aflora a la superficie formando islas y volcanes. Serían por lo tanto áreas con gran actividad volcánica en comparación con sus entornos. A diferencia de otras áreas de vulcanismo como las zonas de subducción o las dorsales oceánicas, los puntos calientes no tienen porqué localizarse en las zonas limítrofes de las placas tectónicas.
Los puntos calientes pueden formar largas cadenas de volcanes extintos al moverse la placa litosférica sobre un punto caliente fijo en el manto. En placas oceánicas esto puede producir la formación de archipiélagos volcánicos en los que la edad de sus rocas aumenta a medida que se incrementa la distancia al hotspot. Ejemplo clásicos de este fenómeno serían las islas de Hawái, Galápagos, Canarias o Tristán de Acuña
Existen dos hipótesis principales sobre el origen de los puntos calientes:
- Teoría de plumas
Esta teoría fue presentada en 1963, por el geofísico canadiense J. Tuzo Wilson, poco después del descubrimiento de la tectónica de placas. Se engloba dentro de la tectónica de placas y sugiere que hay plumas del manto que ascienden por convección desde el límite entre el núcleo y el manto formando un diapiro. El ascenso de las plumas se debería al calentamiento del manto por conducción de calor desde el núcleo terrestre, formando así una capa gravitacionalmente inestable que saldría a flote en forma de diapiro y al topar con la corteza generaría grandes trapps (inundaciones basálticas), acompañado de vulcanismo.
- Teoría de extensión
La otra hipótesis postula que no es la alta temperatura del manto la causa del vulcanismo sino que zonas de movimiento divergente de la litosfera facilitan el ascenso pasivo de magma desde niveles poco profundos. Las fuerzas tectónicas de extensión reducirían el grosor de la corteza en estas zonas y harían en gran medida innecesaria la existencia de plumas.