Las Islas Mauricio son una joya de la Naturaleza en pleno Océano Índico, un paraíso tropical famoso por su sol y playa que atrae cada año a miles de parejas recién casadas.
Uno de sus paisajes más llamativos es Le Morne Brabant, una península en el extremo suroeste de la isla coronada por una montaña de 556 metros de alto. El monte de Le Morne Brabant domina toda la región, una prominente roca basáltica rodeada de exuberante vegetación que parece vigilar la paz de la isla. En esta histórica montaña, declarada patrimonio mundial por la UNESCO en 2008, todavía se conservan numerosas cuevas y campamentos que fueron utilizada durante los siglos XVIII y XIX como refugio de los esclavos huidos.
No obstante, no es el monte lo que ha hecho famosas estas islas, pero una excursión hasta su cima nos puede proporcionar una vista inmejorable de uno de los fenómenos naturales más fascinantes del mundo: la cascada submarina de Le Morne Brabant.
Abajo, en la costa, un cascada submarina parece precipitarse hacia el abismo del mar. En realidad se trata de una ilusión óptica provocada por la vegetación submarina, compuesta en su mayor parte por una gran barrera de coral, y por las fuertes corrientes que circulan bajo el agua. El movimiento generado por las fuertes corrientes submarinas empuja el limo del fondo marino (sedimentos de lodo, arcilla y arena), mezclando sus distintas tonalidades, cambiando los tonos del agua y haciendo parecer que una gran sima engulle el agua y la arena circundantes.
La mejor forma de apreciar la gran catarata submarina a los pies de Le Morne Brabant es desde un punto elevado, ya sea mediante imágenes satélite, desde la cima de la montaña, desde un avión o desde el helicóptero de alguna de las empresas que organizan excursiones para visitar este curioso efecto óptico.