Una chica observa las flores de glicina en Ashikaga Flower Park |
Todos los árboles son parecidos en términos puramente fisiológicos; todos tienen hojas, tronco, ramas, raíces por las que absorben agua y nutrientes... Sin embargo hay algunos ejemplares que destacan por tener características fuera de lo habitual, ya sea una edad muy avanzada, unas dimensiones descomunales, una forma rara o inusual, o bien porque de algún modo han pasado a formar parte de nuestra historia.
Casi todos tenemos algún árbol singular en nuestra vida, ya sea un árbol que plantamos de pequeños, el que nos servía de refugio en nuestra infancia, el primero al que trepamos o ese en el que se quedó atrapado nuestro balón preferido. Para nosotros son singulares de un modo subjetivo, aunque no sean los más grandes ni los más viejos de su especie.
La Sabina de la isla de Hierro es uno de los árboles singulares más famosos de España (Foto: David Hernández) |
Hace años se creo la figura del "árbol singular" para dar a conocer al público la existencia de este valioso patrimonio natural que, con frecuencia, pasa desapercibido. La idea era favorecer la conservación de aquellos árboles (o bosques) que se consideran excepcionales debido a su tamaño, belleza, longevidad, singularidad, por su vinculación con un paisaje o bien por su importancia histórica, cultural, científica o educativa.
¿Qué criterios se siguen a la hora de designar estos árboles?
- Criterios asociados a las dimensiones del árbol: aspectos como el grosor del ejemplar, su altura, el tamaño de la copa o si presenta un porte inusual dentro de su especie.
- Criterios biológicos: entre otros, la edad, el grado de rareza dentro de una determinada comarca, si se encuentra en el límite de su distribución natural o en un hábitat excepcional, etc...
- Criterios estéticos: la belleza del árbol o arboleda en su conjunto, e indicadores como el valor estético de su porte o su colorido, o si pertenece a un paisaje sobresaliente.
- Criterios históricos y tradicionales: aquí se incluyen aspectos culturales de distinto tipo, especialmente si el ejemplar está asociado a algún hecho histórico o cultural relevante, si está situado en un entorno valioso, o si forma parte de leyendas, mitos o tradiciones.
Los Árboles lunares (en inglés, Moon trees) son varios árboles cultivados a partir de 500 semillas que el astronauta Stuart Roosa, piloto del módulo de comando de la misión Apolo 14, llevó en órbita alrededor de la Luna en 1971. Las semillas seleccionadas para el experimento pertenecían a cinco especies diferentes: Pinus taeda, Platanus occidentalis, Liquidambar styraciflua, Sequoia sempervirens y Pseudotsuga menziesii. Estas semillas orbitaron la Luna, pero no llegaron a tocar su superficie. Una vez que regresó la misión, las semillas fueron enviadas a la estación del Servicio Forestal del sur en Gulfport, Misisipi, y en Placerville, California, con la intención de germinarlas. Casi todas germinaron con éxito, y el Servicio Forestal logró sacar adelante unas 420 plantas.
Algunas de estos árboles se plantaron en la Tierra, mientras que otros se guardaron como grupo de control. Pasados 40 años, no hay diferencias notables entre ambos grupos y la mayoría de los "árboles lunares" han sido donados a organizaciones forestales, instituciones y otros países como Brasil, Italia, Japón o Suiza.
El crecimiento de las plantas en el espacio es un tema cada vez más estudiado, el modo en que afecta la gravedad, la ausencia de lluvias o corrientes de aire, las peculiares condiciones de luz, etc... son factores que pueden afectar al desarrollo de algunas especies, por lo que en la actualidad hay varios experimentos que tratan de arrojar algo de luz sobre estos asuntos.
El Árbol cabaña del pionero (conocido en inglés como "Pioneer Cabin Tree"), o más comúnmente como el Árbol del Túnel, era un árbol de la especie Sequoiadendron giganteum en el parque Calaveras Big Trees State Park, en California. Su nombre se debe a su distintivo tronco hueco, en el que el interior se ha quemado parcialmente tras sucesivos rayos e incendios forestales.
Aunque no se conocen su edad y altura exactas, se estima que tiene más de 1.000 años de antigüedad y que su tronco supera los 10 metros de diámetro. Con su característico agujero, que se adaptó para permitir el paso de caballos primero y coches después, esta gigantesca sequoia fue considerada uno de los árboles más famosos de Estados Unidos, atrayendo a miles de visitantes cada año.
En 1857 la mitad superior del árbol se había roto a unos 50 m de altura, esto permitió descubrir que el interior del tronco estaba hueco. El extremo superior del árbol fue cortado antes de 1859, probablemente para evitar que se derrumbase.
A principios de la década de 1880, James Sperry, fundador del hotel de Murphys le pide al propietario del terreno que taladre un agujero a través del árbol para que los turistas pasar por el túnel. La idea de James no era revolucionaria, en realidad estaba plagiando el túnel tallado en el árbol de Wawona de Yosemite, de hecho, su idea era competir con ese otro túnel por los turistas.
Comienzan entonces 50 años de barbarie en los que se anima a los visitantes a pintar el árbol con graffittis. Este tipo de prácticas acabaron prohibidas en la década de los 30s, cuando se pasó a un modelo más piadoso con el árbol en el que se limita el túnel al paso de peatones.
Sin embargo, el 8 de enero de 2017, una gran tormenta (la mayor en décadas) asoló toda esta zona. La tormenta causó una inundación que, combinada con el sistema de raíces superficiales de las secuoyas, el hueco que debilitaba la estructura del árbol y la presión turística durante décadas, causaron la rotura y la caída del árbol. Hoy en día, algunas secciones del árbol permanecen intactas ya que la política de preservación del parque les impide talarlas, pero la mayor parte del árbol cabaña del pionero colapsó ese 8 de enero.
Hungry Tree en Irlanda (foto: National Geographic) |
El Árbol Hambriento es un famoso plátano de sombra (Platanus × hispanica) de los que pueblan las calles de muchas ciudades. Está ubicado en Constitution Hill, dentro de los terrenos de King's Inns, en Dublín, Irlanda, y es famoso por haber devorado parcialmente un banco del parque durante su crecimiento.
El árbol fue plantado durante el siglo XIX en una época en la que el plátano de sombra era una especie muy popular en Dublín y en tantas otras ciudades europeas. Se estima que tiene una edad de entre 80 y 120 años y sus dimensiones son bastante corrientes (21 metros de altura y 3,47 de circunferencia). En alguna ocasión ha sido descrito como “un espécimen poco notable de apariencia mediocre". La única peculiaridad de este árbol es que fue plantado junto a un banco de hierro fundido de principios del siglo XIX en el que los estudiantes y visitantes de la Honorable Sociedad de King's Inns (la escuela de derecho más antigua del país), se relajaban al aire libre.
Durante décadas, el árbol ha crecido despreocupado hasta engullir parcialmente el banco, ganándose su apodo de “hambriento”. Actualmente es toda una eminencia, ha aparecido en revistas, libros, guías de viajes… y cada año muchos turistas se acercan a Los terrenos de King's Inns (abiertos de 7:00 a 19:30) para contemplar esta rareza.
Ha sido catalogado como uno de los "Árboles de Patrimonio" del país por el Consejo de Árboles de Irlanda, más por su valor como curiosidad y atracción turística que por su valor intrínseco. En 2017 un concejal del Partido Verde, Ciarán Cuffe, hizo campaña en para que el Comité del Área Central de Dublín protegiese al árbol con una orden de preservación (TPO). La solicitud fue rechazada y como respuesta se consideró incluir al banco como una estructura protegida; finalmente se decidió no hacerlo, ya que podía darse la paradoja de que el consejo ordenase destruir el árbol para proteger al banco.
El árbol que se pertenece a sí mismo es un roble blanco que tiene propiedad legal de sí mismo y de la tierra que lo rodea en 2,4 metros. El árbol, también llamado el "Roble Jackson", está ubicado en la esquina entre South Finley y Dearing Street en Athens, Georgia, Estados Unidos.El árbol original murió en 1942, pero un nuevo árbol creció a partir de una de sus bellotas y fue plantado en el mismo lugar. El árbol actual en realidad sería "el hijo del árbol que se pertenecía a sí mismo". En cualquier caso, tanto padre como hijo han aparecido en numerosas publicaciones y comparten una misma fama que atrae numerosos curiosos cada año.
El Bialbero di Casorzo ("árbol doble de Casorzo", en italiano), también conocido como el árbol doble de Grana, es un peculiar ejemplar situado frente a la carretera SP38, entre las localidades de Grana y Casorzo, en Piamonte, Italia. El curioso conjunto está formado por un cerezo (Prunus cerasus) que crece y tiene sus raíces sobre un árbol de morera (Morus nigra).
Las plantas epífitas («epi» = sobre y «Phython» = vegetal) son aquellas que crecen sobre otra planta (principalmente árboles), usándolo como soporte. Este tipo de plantas generalmente obtienen sus nutrientes de la materia orgánica que se acumula en las ramas y el agua de la lluvia, pero no llegan a parasitar a su hospedador nutricionalmente hablando.
La mayoría de las plantas epífitas, como el musgo, los líquenes, bromelias, helechos y la mayor parte de las orquídeas, no se consideran parásitas, ya que las raíces sólo les sirven para sujetarse a las ramas y el tronco del hospedador. Estas plantas de pequeño tamaño no tienen una relación fisiológica con los árboles en los que crecen, alimentándose únicamente de los aportes aéreos y de la lluvia.
Los árboles que crecen como epífitos no son inusuales, pero suelen ser pequeños y por lo general tienen una vida útil muy corta, ya que no suele haber suficientes nutrientes y espacio disponible en los lugares en los que crecen. Las grandes epífitas como esta requieren que el "árbol superior" tenga una raíz que baje hasta el suelo, por ejemplo, al crecer a través de un tronco hueco. Además, este tipo de grandes epífitas pueden llegar a dañar al portador dificultando su fotosíntesis, asfixiándolo con su peso (hasta 150 kilos), causando roturas en las ramas del árbol o reteniendo el agua que debería alimentar al anfitrión.
Los árboles Circus son el único ejemplo de todos los especímenes que llevamos vistos en el que no estaríamos hablando de ejemplares naturales, estos árboles fueron modificados genéticamente para poder esculpir sus formas. El “autor” de estos árboles fue un granjero de origen sueco, Axel Erlandson, quien altero algunas de las características propias de las especies originales en busca de plantas más "moldeables" con las que dar forma a sus fantasías.
Axel era un agricultor sueco criado en EEUU que durante años había estudiado con fascinación el proceso de inosculación, una especie de injerto natural que cada cierto tiempo sucedía en los setos de su jardín. Inspirado por este proceso, Erlandson empezó a diseñar injertos, podas y planos meticulosos para llevar a cabo nuevos experimentos, su idea era comprobar hasta donde se podía llegar con este fenómeno.
Poco antes de su muerte, Axel vendió el parque y sus árboles al propietario de una cadena de comestibles, quien en 1985 trasplantó 24 de ellos a sus viveros en California. En la actualidad, algunos de estos peculiares árboles se pueden visitar en los "Jardines de Gilroy", en la ciudad del mismo nombre. Allí se conservan varios especímenes con diseños muy curiosos en los que el tronco y las ramas se retuercen dando forma a sillas, esculturas, pórticos... Más que árboles, se podrían considerar elementos artísticos vivos, o experimentos científicos... Es difícil decidir a qué categoría pertenecen estas "arboesculturas", pero en cualquier caso siguen siendo un espectáculo sorprendente.
En ocasiones, lo que hace excepcional a un árbol singular es su ubicación, bien por lo inhóspito del entorno o bien por su rareza. El Árbol de Teneré fue considerado durante muchos años el árbol más solitario y aislado del planeta, el único dentro de un área de 400 km a la redonda. Se trata de un árbol tan llamativo y singular que durante décadas sirvió como referencia para las caravanas que atravesaban la región de Teneré, en el Sahara, al noreste de Níger
Último superviviente de un grupo de árboles que crecieron cuando el desierto era menos seco de lo que es hoy en día; durante décadas, el árbol ha permanecido aislado y sin vecinos hasta el punto de convertirse en una de las pocas balizas en este inmenso desierto, el único árbol que aparece representado en los mapas a escala 1:4.000.000.
Esta prodigiosa planta, probablemente una Acacia raddiana o una Acacia tortilis, enraizó en el desierto del Sáhara, donde logró sobrevivir durante muchos años gracias a un complejo y profundo sistema de raíces de hasta 37 metros de profundidad. En 1938 se cavó un pozo cerca del árbol y se descubrió que sus raíces alcanzaban un manto freático situado entre 33 y 36 metros de profundidad.
Para subsistir en este hostil entorno se necesita algo más que agua... Michele Lesourd, comandante del Servicio Central de Asuntos Saharianos, explica en 1939 los motivos por los que todos respetan a este pequeño arbolito:
"Uno debe ver el árbol para creer en su existencia. ¿Cuál es su secreto?, ¿Cómo pudo sobrevivir a pesar de las multitudes de camellos que pasaban a su lado?, ¿Cómo ningún azahari permitió que algún camello comiera sus hojas y espinas?, ¿Por qué ningún tuareg que dirigía las caravanas de sal, cortó sus ramas para encender fogatas, y hacer su área? La única respuesta es que el árbol es tabú y es considerado como tal por los caravaneros.
Hay un tipo de superstición, una orden tribal, que es siempre respetada. Cada año los azahari se reúnen alrededor del árbol antes de afrontar el cruce del Teneré. La acacia se ha convertido en un faro viviente: es el último punto de referencia para los azahari que dejan Agadez para ir a Bilma o para regresar".
Desafortunadamente, en 1973, el árbol fue arroyado por un camión conducido por un chófer libio supuestamente borracho. La solitaria acacia no pudo resistir el impacto y acabó arrancada de cuajo. El 8 de noviembre de 1973 los restos del árbol muerto fueron trasladado al Museo Nacional de Niamey, la capital de Níger. En el lugar donde este árbol desafiaba al desierto, actualmente hay una estatua en su honor (una estructura metálica representando a un árbol).
Por extraño que parezca chocarse con el único puñetero árbol en 400 Km. a la redonda, ésta no era la primera vez que el árbol de Ténéré se las veía con un camión. En su libro "La epopeya de Ténéré", el explorador y etnólogo francés Henry Lhote describe sus dos expediciones al árbol:
- En su primera visita, en 1934, describe al árbol como "una acacia con tronco degenerativo, enfermo o de aspecto débil. Por otra parte, el árbol tiene hojas verdes agradables, y algunas flores amarillas".
- Sin embargo, 25 años después, el 26 de noviembre de 1959, Henry vuelve a visitar el árbol y se encuentra con que ha resultado seriamente dañado por un vehículo: "Anteriormente, este árbol era verde y con flores; ahora es un árbol espinoso, sin color y desnudo. No puedo reconocerlo: tenía dos troncos distintos, ahora solo hay uno, más bien con un golpe en el lado que un corte a un metro del suelo. ¿Qué le sucedió a este pobre árbol?. Simple, un camión que se dirigía a Bilma lo golpeó... Pero tenía suficiente espacio para esquivarlo... El tabú, el árbol sagrado, el único a quien ningún nómada osó haber herido con sus propias manos... este árbol ha sido víctima de un golpe mecánico..."
+info: Sal y Roca
"Jumulu" es el nombre que usaban los pueblos aborígenes locales para los árboles baobab |
Normalmente un árbol crece en un terreno y tiene toda una vida para aburrirse de su entorno, sin embargo, algunas pocas excepciones cambian de escenario, se mudan a nuevas latitudes en las que proseguir su crecimiento. Gija Jumulu es un baobab australiano de la especie Adansonia gregorii que tiene el extraño récord de haber sido el árbol que más ha viajado del mundo una vez plantado. Este baobab australiano se transportó 3200 kilómetros desde Telegraph Creek, en la región de Kimberley, hasta Kings Park en Perth, Australia.
El Cotton Tree ofrece un espectáculo impresionante justo antes del atardecer, cuando los miles de murciélagos que lo habitan salen volando para alimentarse durante la noche. |
Algunos árboles destacan por sus características (tamaño, forma, edad), otros por su insólita ubicación, y finalmente hay un grupo de árboles singulares que han pasado a la historia al convertirse en símbolos para un pueblo o comunidad. El Cotton Tree o "Árbol del Algodón" (Ceiba pentandra), es todo un símbolo histórico de Freetown, la capital de Sierra Leona. El árbol es el monumento más famoso de toda la ciudad y un motivo de orgullo para todo el país.
El enorme árbol del algodón se alza en una rotonda rodeado por una valla de hormigón en el centro de la ciudad, cerca de la Corte Suprema y el Museo Nacional. Cuenta la leyenda que, en 1792, los esclavos afroamericanos que habían recuperado la libertad tras luchar por Estados Unidos durante la Guerra de Independencia americana, llegaron hasta esta costa y treparon a las ramas de este árbol como señal de agradecimiento. Los colonos, liberados por Nueva Escocia, rezaron durante días en este mismo punto y después comenzaron una nueva vida en un país libre.
Desde entonces, el árbol simboliza la liberación de todo un pueblo en un país aun por construir, y toda la ciudad de Freetown (Ciudad Libre) ha crecido alrededor suyo. 200 años después de estas primeras ofrendas, una guerra desgarró el país (1991-2002), y el árbol del algodón volvió a erigirse como un símbolo de esperanza. Paradójicamente, la misma planta que cosechaban los esclavos en el nuevo mundo, se ha convertido en un símbolo de la ciudad y de la libertad en el viejo mundo. Todavía hoy en día, muchos acuden a este anciano árbol para hacer ofrendas a los antepasados y pedir paz y prosperidad para los suyos.
La ceiba era considerado un árbol sagrado por los antiguos indios Chiapanecas y por otros pueblos de Mesoamérica; como ya vimos en el capítulo anterior, se trata de una especie sagrada para los mayas quienes pensaban que era la unión entre el mundo y el inframundo. Este ejemplar es quizás el más famoso de todos ellos, considerado un símbolo de identidad para la ciudad y motivo de orgullo para sus habitantes, a lo largo de su dilatada vida, ha sido testigo de toda la historia de este pueblo.
Pocos árboles se han ganado la fama tan merecidamente como este tamarindo conocido como Osmania Lifesaver. Este famoso árbol crece rodeado de cuidados y ofrendas en la ciudad de Hyderabad, en la India.
El tamarindo es un árbol de origen africano que actualmente se encuentra muy extendido en la India y otras zonas de Asia. Muy valorado por su deliciosa (y ácida) fruta, su nombre proviene del árabe 'Tamar i Hind' que vendría a significar "Dátil de la India"
Este ejemplar se convirtió en parte de la historia de Hyderabad cuando en 1908, el río Musi se desbordó arrasando con todo a su paso. Durante dos días, 150 personas se aferraron a las ramas de este árbol logrando sobrevivir a la riada, 150 personas que deben su vida a este humilde árbol convertido en una figura local desde entonces.
El Árbol de Hipócrates es un plátano de sombra que crece en la isla griega de Cos. Según dice la leyenda, es descendiente directo del árbol bajo el cual Hipócrates enseñaba a sus alumnos el arte de la medicina hace 2.400 años. Siglos después de aquello, se dice que el apóstol Pablo de Tarso también se animó a reunir a sus discípulos bajo su sombra.
Hipócrates es considerado el padre de la medicina, y para hacernos una idea de su importancia en esta isla, en la misma ciudad en la que crece el árbol de Hipócrates podemos encontrar la sede del Instituto Internacional Hipocrático, el Museo Hipocrático y las ruinas del Asclepeion, un edificio consagrado al dios de la medicina Asclepio.
El árbol actual se estima que tiene unos 500 años de edad, algo difícil de comprobar ya que tiene su interior hueco. Se encuentra en la Plaza del Plátano (Platía Platanou), en el centro de la ciudad de Cos, capital de la isla homónima.
El descendiente de tan ilustres árboles sería un gran plátano oriental (Platanus orientalis), con un impresionante diámetro de copa de más de 12 metros, de hecho es considerado el plátano de sombra más grande de Europa. Una copa de este tamaño suele resultar inestable por lo que alrededor del árbol existían unas columnas que ayudaban a soportar el peso de sus gruesas ramas, pero sucesivos terremotos acabaron con ellas. Actualmente el árbol cuenta con una estructura metálica que le ayuda a soportar tan pesada carga.
Todo esto no impidió que en 2013 el gobierno local empezara a reemplazar los tilos autóctonos por arbustos japoneses. Los estudiantes protestaron por este reemplazo y convirtieron al tilo de Eminescu en el símbolo de sus protestas. Tras movilizar a la población local, los estudiantes lograron frenar la destrucción de los históricos tilos dos años más tarde, en 2015.
El Major Oak (en español, Roble Mayor) es un roble centenario de la especie Quercus robur que se encuentra en el bosque de Sherwood, cerca de la localidad de Edwinstowe, en Nottinghamshire, Inglaterra.
De acuerdo con las leyendas locales, este árbol servía como refugio de Robin Hood y su cuadrilla. Fue citado por primera vez con su nombre actual en una descripción realizada por el mayor Hayman Rooke en el año 1790.
La glicina del Ashikaga Flower Park es considerada por muchos "la wisteria más hermosa del mundo" |
Qué mejor manera de terminar esta serie de artículos que con uno de los más famosos parques de Japón. El Ashikaga Flower Park es uno de los jardines más visitados en un país donde, quizás por sus raíces sintoístas, existe un gran respeto por los árboles. El sintoísmo se puede considerar una forma sofisticada de animismo naturalista con especial veneración por los antepasados, es una práctica que lleva siglos arraigada en la cultura japonesa y que explica el enorme respeto que sienten por los ríos, montañas y árboles ancianos.
En un país donde el avance de la floración de los cerezos (Sakura) se narra diariamente en el informativo, es difícil destacar como árbol floral, sin embargo, un árbol de glicina situado en este parque ha conseguido convertirse en uno de los más célebres del país.
El Ashikaga Flower Park abrió por primera vez sus puertas en 1968 con el nombre de “Hayakawa Farm”. 30 años más tarde, todo el parque fue reubicado a una zona en la periferia de Tokio en la que ocupa unos 94.000 metros cuadrados. Durante el traslado, un árbol de glicina (más conocido como wisteria en el mundo anglosajón) de 130 años de edad fue arrancado y trasplantado a su nuevo emplazamiento. Lejos de amedrentarse, esta Gran Wisteria enraizó en su nueva ubicación y ahora cuanta con 150 años y unas dimensiones espectaculares.
El árbol cubre un área de más de 1.000 metros cuadrados y se ha convertido por méritos propios en el símbolo más característico del parque y en un monumento nacional a petición de la Prefectura de Tochigi. Además de esta asombrosa maravilla natural, el parque cuenta con un túnel de 80 metros de glicinia blanca o kibana amarilla, conjuntos de miles de azaleas y un espectacular juego de luces durante las noches de invierno.