El mausoleo del sultán Tekesh, con su gran cúpula cónica y el minarete de la mezquita al fondo. |
Al Norte de Turkmenistán, cerca de la frontera con Uzbekistán, se encuentran las ruinas mejor conservadas del país: las de Kunya Urgench. No está claro en que fecha se fundó esta ciudad, pero hallazgos arqueológicos en la cercana colina de Kyrkmolla sugieren que la zona ya estaba habitada entre los siglos V y IV A.C.
Gobernada sucesivamente por turcos y árabes, Urgench era el centro de la civilización kharezm, que floreció entre los siglos VIII y XIII a orillas del río Amu Darya. En el año 712, toda esta región (Corasmia) fue conquistada por los árabes, quienes denominarían a la ciudad "Gurgandj". Bajo el gobierno árabe, la ciudad pasó a ser un punto clave de la enseñanza religiosa, de hecho era conocida como "el corazón del Islam", y contaba con una universidad de 40.000 alumnos.
Entre los siglos X y XIV esta ciudad alcanzaría gran relevancia llegando a convertirse en la capital de Corasmia. Gracias a su ubicación estratégica, este lugar suponía un importante centro comercial que competía en fama y población con otras urbes de Asia central. Durante siglos, Urgench fue una importante escala en las principales rutas comerciales de norte a sur, y de este a oeste. El tránsito permanente de viajeros y comerciantes permitió que este asentamiento contribuyese en gran medida al desarrollo de la ciencia y la cultura en Asia central.
Mausoleo de Il Arslan |
Al igual que otras ciudades de la región, Urgench necesitaba un abastecimiento regular de agua y para ello contaban con el canal de Wadak que partía de los cauces que alimentaban al lago Sariqamish. Al este de la ciudad había una gran presa que irrigaba la zona y contenía el cauce de los ríos que partían hacia al mar Caspio. Sin embargo, en 1220 sus habitantes tuvieron la mala idea de matar a unos mercaderes procedentes del imperio mongol. La respuesta no se hizo esperar, tanto la ciudad como la presa que regulaba el sistema de irrigación fueron completamente destruidas por los mongoles, quienes convirtieron toda esta zona en una gran marisma. Primer aviso.
Inasequibles al desaliento, sus ciudadanos reconstruyeron Konya-Urgench en una zona cercana. Pero solo un año más tarde, en 1221, Gengis Kan destruiría la nueva ciudad durante la invasión mongola de Asia central, en lo que sería considerada una de las más sangrientas masacres en la historia de la humanidad. Gengis Khan, que no se andaba con chiquitas, asedió la ciudad hasta conquistarla y masacrar a la mayor parte de sus habitantes. Segundo aviso.
Mausoleo de la princesa Turabek-Khanum |
Como ya pasó en Merv, los mongoles tan solo dejaron en pie los mausoleos, quizás por temor a represalias divinas. El más espectacular es el de la princesa Turabek-Khanum. Según la leyenda, dicha princesa prometió al arquitecto Gulgardian que se casaría con él si le construía el edificio más bonito del mundo. Gulgardian se esmeró para construir este bello edificio solo para comprobar como cómo la princesa prefería desposarse con el gobernador. Despechado, Gulgardian acabó suicidándose lanzándose desde lo alto del edificio. Un edificio que irónicamente, terminaría siendo el mausoleo de la ingrata princesa.
La cúpula es uno de los primeros conjuntos conocidos de mosaicos del mundo. Con dominio de los colores azul y blanco, tiene 365 secciones distintas, es decir tantas como días del año... probablemente se trata de una representación metafórica del paso del tiempo en los cielos de Turkmenistán.
Sin duda los habitantes de esta región eran gente obstinada porque a a pesar de la devastadora invasión, la ciudad fue revivida una vez más y logró recuperar su fama, convirtiéndose en una de las ciudades más florecientes del imperio de Gengis Khan. En el siglo XIV, el célebre explorador árabe Ibn Battuta la describe como "la más grande, extensa, bella e importante ciudad de los turcos. Tiene buenos bazares y anchas calles, un gran número de edificios y abundancia de recursos"
Excepcionalmente, los mongoles dejaron también intacto un gran minarete de 60 metros de altura que les servía de torre de vigilancia. |
En 1373, Tamerlán, el último de los grandes conquistadores nómadas del Asia Central, decidió invadir la región de Corasmia. Como es lógico el primer sitio por el que empezó fue Urgench, a la que veía como un rival potencial para su capital, Samarcanda. Para evitar un nuevo baño de sangre, Yusef Sufi que era el actual gobernante, se rindió a Tamerlán y logró salvar a la ciudad de un nuevo reinicio. Sin embargo, Yusef que pertenecía a una importante dinastía sufí, no debió quedar satisfecho y en 1379 probó suerte rebelándose contra Tamerlán. Craso error, Tamerlán se desplazó hasta Urgench, saqueó todo cuanto quiso y mató bien muerto a Yusef Sufi. ¿Tercer aviso?
Sin embargo ya deberíamos saber que los urgencheros son inmunes a las advertencias y en 1388, la dinastía sufi a la que pertenecía Yusef se volvió a rebelar contra Tamerlán. El conquistador turco-mongol ya empezaba a estar aburrido de este incordio de ciudad, así que esta vez decidió acabar con el problema de raíz: arrasó Urgench hasta los cimientos, masacró a toda su población, destruyó el sistema de irrigación de la ciudad, y mandó plantar cebada sobre el terreno donde antes se alzaba esta ciudad, a ver si así se acababa la tontería.
Tamerlán le da lo suyo a Kunya-Urgench |
Efectivamente, solo quedó el minarete de una mezquita de lo que antes era una próspera ciudad; esto, unido un repentino cambio en el curso del río Amu Daria, supuso el fin de Kunya-Urgench, que en el siglo XVI sería reemplazado por Jiva como capital regional. La ciudad ya nunca más se volvería a recuperar y desde el año 1700 queda deshabitada. Años después, una nueva Urgench se reconstruyó a unos 150 km hacia el sudeste, ya en el actual Uzbekistán.
La zona en la que antaño se levantaba Kunya-Urgench volvería a ser habitada por los turkmenos desde principios del siglo XIX. La mayoría se asentaron a las afueras de la antigua ciudad, utilizando sus ruinas como cementerio. En 1929, Aleksander Yakubovski realizó las primeras investigaciones arqueológicas en la antigua ciudad y comprobó que las pocas ruinas que se habían salvado a las sucesivas destrucciones están muy bien conservadas. Durante la época soviética se restauraron algunos de estos edificios con materiales autóctonos y técnicas tradicionales; también se quitaron las lápidas y tumbas de los últimos años y se recuperaron unas ruinas que en el año 2005, quedarían inscritas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Mausoleo de Najm-ad-Din al-Kubra |