13 febrero 2021

Domo Argus/Fuji - La Antártida


El lugar donde no existe nada que te distraiga del frío

El Domo Argus o Domo A, es el nombre que recibe el punto más elevado de la meseta Antártica; a medio camino entre el Polo Sur Geográfico y el colosal glaciar Lambert, este punto es la cumbre de toda la masa de hielo que constituye el casquete glaciar de la Antártida Oriental. 

En realidad el domo A no es una montaña, un domo de hielo es el componente principal de un casquete glacial y se desarrolla simétricamente sobre la superficie terrestre, con forma de curva parabólica.​ En consecuencia, este domo de hielo no tiene grandes pendiente, es más bien una planicie cuyo punto más alto se eleva hasta los 4093 metros.

Según un estudio reciente publicado en la revista Nature, el Domo A sería el mejor lugar del mundo para ver las estrellas, pero... ¿Por qué justo en este lugar tan inhóspito? La explicación se debe a varias peculiaridades:

  • Sabemos que las estrellas parpadean porque la luz que procede de ellas es distorsionada por la atmósfera del planeta antes de llegar a nosotros. En este punto, la capa límite planetaria es muy delgada, unos 14 metros según un radar sónico empleado en el estudio. La capa límite planetaria es la parte más baja de la troposfera, una región cuyo comportamiento está condicionado por el contacto y roce con la superficie planetaria, cuanto menor sea esta franja, menor distorsión local tendrá que atravesar la luz que nos llegue de las estrellas.
  • Esta gélida meseta antártica está situada a 1200 km de la costa más cercana; el clima es extraordinariamente seco por lo que la humedad no supone un problema. Además, su gran elevación (más de 4000 metros sobre el nivel del mar) permite que algunos astrónomos lo denominen "libre de atmósfera"
  • Cuando el viento sopla a través de terrenos irregulares, como montañas y valles, crea remolinos turbulentos en la atmósfera que pueden deformar la luz que llega a la Tierra. Domo A está sobre una extensa meseta, plana en todas las direcciones durante cientos de kilómetros, en consecuencia, los vientos locales crean muy poca turbulencia atmosférica.
  • Los inviernos antárticos tienen la ventaja añadida de las noches polares, con una duración de hasta 24 h, permitiendo que las estrellas sean observables durante periodos más largos que en otros puntos del planeta.


Los autores del estudio montaron un pequeño telescopio, elevado ocho metros sobre el suelo, para observar el cielo nocturno desde estas instalaciones en el Domo A (Shang Zhaohui)

Cerca de allí encontramos el Domo Fuji o Domo F, también conocido como Domo Valquiria, otro domo con forma de pequeña cresta montañosa en la que suelen quedar atrapadas las bolsas de aire frío. Las temperaturas rara vez se elevan por encima de -30° C en verano y pueden bajar hasta los -80° C en invierno. El clima es el de un desierto frío, con condiciones muy secas que lo convierten en uno de los lugares más áridos de la Tierra, la precipitación anual apenas llega a 25 milímetros en forma de cristales de hielo

Tradicionalmente, esta región es considerada "el lugar más frío de la Tierra" (por medios naturales), con temperaturas cercanas a los -90 °C. Sin embargo, contrariamente a la intuición, las temperaturas más bajas no se corresponden con los puntos más elevados, grandes bolsas de aire frío que quedan atrapadas en un pequeño valle al no poder rebasar los domos, dejando a su paso temperaturas insufribles hasta que por fin se disipan. Según las investigaciones del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos, el lugar más frío de la superficie terrestre sería una cresta a medio camino entre los domos Argus y Fuji. El 10 de agosto de 2010, las mediciones por satélite registraron una temperatura récord de -93,2ºC en esta zona, la temperatura más baja de la historia.

En esta cadena montañosa de la Antártida, un ser humano sin un sitio en el que refugiarse, sólo podría sobrevivir durante unos segundos. Para hacernos una idea, las temperaturas registradas son 15 grados menores que el punto en el que el dióxido de carbono (CO2) deja su estado gaseoso para convertirse en hielo seco (por debajo de los -78,5 °C). A estas temperaturas, los ojos, nariz, boca, pulmones... de una persona se congelan en muy pocos minutos y respirar llega a ser imposible. 

Desgraciadamente, se trata de un lugar un tanto difuso a la hora de vender camisetas, lo cual no significa que existan dudas sobre sus registros, los propios investigadores admiten que los datos podrían ser más todavía más extremos ya que los satélites empleados sólo son capaces de determinar la temperatura promedio de un área de un kilómetro cuadrado.


Análisis por satélite de las temperaturas en la meseta antártica (NASA)

Este domo ya fue descubierto por una expedición Antártica Soviética en 1964, y en un principio fue bautizado como Domo Valquiria en homenaje a la mitología nórdica, sin embargo, actualmente es más conocido como Domo Fuji. Aquí opera una estación científica japonesa, ubicada 3786 metros por encima del nivel del mar, se trataría de la base más elevada de todas las existentes en la Antártida. 

La presencia de Japón en el interior de la Antártida se remonta a noviembre de 1910, cuando el primer explorador polar japonés, Nobu Shirase, salió de Tokio con un pequeño barco de pescadores. La primera base científica antártica japonesa no llegaría hasta 1956, ese año se construyó la estación de Syowa, en la isla Ongul (Bahía de Lüszow-Holm), con cuatro pequeñas cabañas y un generador de 20 kilovatios. Desde esta base partió la travesía hacia el Polo Sur dirigida por Masayoshi Murayama en 1968. Equipados con cuatro vehículos de nieve lograron adentrarse 5.182 kms en el interior tras 141 días de expedición. Animados por el éxito, en 1970 decidieron construir Mizuho, una estación interior situada a 300 km de la costa. En 1985 se sumaría Asuka, una segunda estación interior a 630 kms de la primera en Syowa. En 1995, construyeron su cuarta estación científica, la de Domo Fuji. 

Tras su llegada, los científicos japoneses iniciaron un proyecto de perforación de núcleos de hielo para analizar la historia registrada en las burbujas de aire. Cada capa de nieve caída desde que comenzó a formarse, atrapa pequeñas burbujas de aire que funcionan como cápsulas del tiempo. ¿Alguna vez te has preguntado como olía el aire antes de la Revolución industrial?... La perforación extrajo un núcleo de 2.503 metros en la campaña de 1995, un registro que se remonta a 320.000 años atrás. En 2006, una segunda perforación, llegó a más de tres kilómetros de profundidad, llegando a un hielo con 720,000 años de antigüedad. Inesperadamente, se comprobó que el fondo de hielo se derretía debido a la energía geotérmica del interior de la corteza terrestre, por lo que no pudo llegarse a las rocas más profundas. A pesar de ello, el análisis detallado llevado a cabo por los glaciólogos japoneses ha permitido identificar ciclos climáticos de varias decenas de miles de años así como eventos puntuales de solo un año, perfectamente conservados en este núcleo de hielo.  

En la actualidad, para abrir la base Domo Fuji cada temporada de verano austral, hay que llevar alrededor de 1.100 toneladas de carga y combustible, en una travesía que puede llevar hasta tres semanas de viaje. De momento, la estación cuenta con una base meteorológica y otra sobre glaciología, pero ya se está planteando otros proyectos como un futuro observatorio astronómico, nuevas perforaciones que nos permitan llegar al millón de años de la historia terrestre, observación de las auroras australes en 3D, estudios atmosféricos en el vórtice polar, análisis de lagos sub-glaciales en busca de microorganismos desconocidos o estudios de microbiología en condiciones extremas relacionadas con la circulación global de microbios… 


Mapa térmico de la Antártida. Las bolsas de aire frío se concentran en un valle que abarca cientos de kilómetros entre el Domo Argus y el Domo Fuji.  (BBC)

Para poder aprovechar todo el potencial de investigación de la Antártida, el primer paso será acostumbrarse a lidiar con unas temperaturas inhumanas. El récord de -93,2C fue registrado en un punto ubicado a 81,8 grados de latitud sur y a 59,3 grados de longitud este. En estos imperceptibles valles, el aire helado cerca de la superficie fluye cuesta abajo por ser más denso, la pendiente es muy suave y superficial, sin embargo es suficiente para atrapar este aire y precipitarlo en depresiones poco profundas. Una vez en estos pozos, el aire puede enfriarse aún más y llegar hasta estos tres o cuatro grados menos que el récord previo. El anterior récord de frío (-89,2 °C) se registró también en la Antártida y fue en el año 1983, cerca de esta misma zona, en la estación científica soviética Vostok... (continuará)

+ info: SciTechDaily - TierrasPolares - BBC