16 mayo 2021

La Colina de las Cruces - Lituania

La Colina de las Cruces (Kryziu Kalnas en lituano), es un santuario que se encuentra a unos 12 kilómetros de la ciudad de Siauliai, en la carretera que va de Kaliningrado a Riga, en Lituania. Se trata de una colina plagada con miles de cruces que han sido colocadas a lo largo casi 200 años por católicos lituanos. En el año 2006 se estimaba que el número de cruces podía llegar a las 400.000.

Actualmente se pueden encontrar todo tipo de crucifijos, desde enormes cruces de madera de varios metros a escala real, hasta pequeños crucifijos colgantes, así como numerosas estampas, efigies de la Virgen María o imágenes de santos.

A día de hoy todavía no conocemos el origen de esta tradición, pero hay dos teorías muy extendidas:

  • Antes de la cristianización de Lituania (en torno al siglo XIV) esta colina era lugar de culto pagano. Tras la conversión de Lituania al catolicismo, los vestigios del paganismo continuaron durante muchos años en la cultura local, a menudo sincretizándose con conceptos católicos. Si esta versión es cierta, la Colina de las Cruces es tan antigua como el catolicismo lituano; los habitantes de la zona siguieron visitando este lugar de culto donde antaño realizaban sus rituales paganos y poco a poco la nueva religión terminaría por cubrir toda la colina con simbología cristiana.
  • Existe otra versión más extendida según la cual la cruces se empezaron a poner como homenaje a los lituanos muertos durante la represión de las autoridades zaristas tras la insurrección de 1831 contra el Imperio Ruso. Los familiares de los compatriotas caídos, al no poder recuperar su cuerpo, colocaban una cruz en la colina para tener un sitio en el que rezar por ellos.

Si hacemos caso a esta última versión, las cruces fueron colocadas espontáneamente por los habitantes de la región tras dos revueltas fallidas contra la Rusia zarista, la primera en 1831 y la segunda en 1863. Lo que inicialmente empezó siendo una discreta colina con 20 escasas cruces, vio como su número se multiplicaba por 10 antes de acabar el siglo. Con el tiempo, la zona pasó de ser un lugar  de culto católico, a convertirse en todo un símbolo de la resistencia contra el invasor.

Durante los próximos años, Lituania pasó a estar bajo la ocupación soviética, y los lituanos continuaron rebelándose y colocando cruces en la colina pese a las continuas prohibiciones y los numerosos destrozos llevados a cabo por las autoridades soviéticas. A la represión del nacionalismo lituano se sumó la persecución a la religión católica, con lo que este emplazamiento se convirtió en un símbolo de resistencia cada vez más popular. 

A lo largo de las últimas décadas, la Colina de la Cruces ha sido un lugar de devoción para la fe católica, pero sobre todo, ha sido un símbolo indestructible del independentismo lituano. Finalmente, en 1991, Lituania logró su independencia y desde entonces el lugar fascina por igual a creyentes cristianos y críticos de la URSS. En 1993, el Papa Juan Pablo II (una persona que combina ambas facetas en grado sumo), ofició una misa masiva con miles de asistentes. Hoy en día, este peculiar y tétrico lugar atrae a multitud de curiosos y turistas cada año, siendo uno de los sitios más icónicos de Lituania.