Los habitantes de Miramshah, en Waziristán del Norte, no miran al cielo para ver que tiempo hace; viven en la ciudad más castigada por los UAV de todo el mundo. Allí llaman "ángeles de la muerte" a los drones que frecuentemente sobrevuelan la ciudad para acabar con sus objetivos y con todos los que les rodean.
¿Cómo se llega a esta situación? Pues es complicado, Miramshah es la sede administrativa del distrito de Waziristán del Norte , en las antiguas áreas tribales administradas por el gobierno federal de Pakistán (FATA). Esta pequeña ciudad se encuentra a orillas del río Tochi en un gran valle rodeado por las montañas Hindu Kush. Se encuentra a 17 kilómetros de la frontera entre Pakistán y Afganistán y esa es la causa de gran parte de sus males. La ciudad es extremadamente pequeña, unos 356 hogares, con una población cada vez menor que apenas llega a los 4.000 habitantes. Es la única zona urbanizada en toda la región de Waziristán, una zona montañosa que tiene el 99% de sus 1,22 millones de residentes viviendo en zonas rurales de montaña.
Tras el 11S, las miradas de todo el mundo se volvieron hacia Afganistán y su área de influencia (en este caso la frontera con Pakistán, a donde muchos talibanes huían expandiendo su reinado de terror). En 2008, el presidente George W. Bush emitió una orden clasificada autorizando redadas estadounidenses contra militantes en Pakistán sin la aprobación previa de Islamabad. La medida se aprobó en un momento en que las tropas estadounidenses e internacionales luchaban contra militantes talibanes y de Al Qaeda en el vecino Afganistán. El aumento de los ataques alarmó a los militares paquistaníes y a los funcionarios del gobierno, quienes dijeron que socavaban seriamente sus operaciones de contrainsurgencia.
Soldados vigilan un bazar vacío en Miramshah durante las operaciones desplegadas en 2014 |
Diez años de ataques con aviones no tripulados han causado la muerte de 3.646 personas, según el Buró de Periodismo de Investigación, de ellos, entre 416 y 951 eran civiles según esta organización periodística británica.
El secretismo que rodea este tipo de operaciones impide tener datos fiables y contrastados sobre el número de víctimas en los cerca de 400 bombardeos efectuados entre 2004 y 2014. Según la organización estadounidense New America Foundation, los 'drones' han causado en Pakistán entre 2.000 y 3.500 muertos, un 10% de los cuales eran civiles.
Los ataques con misiles han provocado tradicionalmente un torrente de resentimiento público que los opositores políticos de Musharraf utilizaron para ayudarlo a salir del poder. Muchos de esos opositores ahora están sentados en el nuevo gobierno, prestando su apoyo político a estos ataques.
El modelo más habitual es el General Atomics MQ-9 Reaper (también llamado Predator B o Segador) |
Ya en marzo de 2011, la Fuerza Aérea de EEUU. Estaba entrenando a más pilotos para vehículos aéreos no tripulados avanzados que para cualquier otro sistema de armas individuales. El modelo más habitual es el General Atomics MQ-9 Reaper (también llamado Predator B o Segador). El Reaper también es utilizado por la Marina de los Estados Unidos, la CIA, aduanas y protección de fronteras, la NASA y los ejércitos de varios países.
En 2015 el ejército de Pakistán anunció que había tomado el control del 80% de Miramshah, tras una ofensiva militar contra grupos proscritos de un área tribal del noroeste, llamada Zarb-i-Azb. Sin embargo, la presencia de los talibanes nunca logró ser erradicada completamente. En 2019 el grupo Tehreek-i-Taliban Pakistan prohibió a las mujeres salir a la calle sin un acompañante, oír música o vacunarse contra la polio entre otras sandeces. El resultado es una población doblemente castigada, por los talibanes y por quienes los combaten.
Desde sus comienzos, Miramshah siempre ha estado marcada por los conflictos bélicos. En 1905, los británicos construyeron el Fuerte Miramshah para controlar Waziristán del Norte. Desde la independencia de Pakistán el 14 de agosto de 1947, el fuerte ha sido utilizado como guarnición por los "Tochi Scouts" del Frontier Corps de Pakistán. A principios de la década de 1950, la Fuerza Aérea de Pakistán (PAF) y los "Tochi Scouts" del paramilitar Frontier Corps de Pakistán llevaron a cabo operaciones de contrainsurgencia desde el fuerte y el aeródromo de Miramshah contra la insurgencia liderada por los generales rebeldes Shudikhel Dawar y Mirzali Khan (Faqir de Ipi).
Dos niños pakistanís deambulan entre los restos de un ataque con dron |
Sin llegar a conocer un periodo prolongado de estabilidad, tras los atentados del 11 de septiembre , Miramshah ganó relevancia en la Guerra contra el Terrorismo liderada por Estados Unidos y empezó a ser testigo de numerosos ataques con aviones no tripulados por parte de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos contra supuestos militantes que se escondían en la ciudad y en las colinas circundantes. En octubre de 2009, el ejército paquistaní lanzó la operación Rah-e-Nejat (Camino de liberación) en el distrito de Waziristán del Sur para luchar contra los talibanes.
Desde entonces, Miramshah y sus alrededores han sido el escenario de combates entre militantes y fuerzas militares y paramilitares paquistaníes. En 2016, Manzoor Pashteen, un activista de derechos civiles, creó el Movimiento Mahsud Tahafuz (PTM), un movimiento para defender los derechos humanos de las tribus y pedir la eliminación de las minas terrestres que los militantes y militares dejaron en el distrito de Waziristán del Sur tras sus operaciones militares. En enero de 2018, la policía mató a un miembro de la tribu Mahsud, Naqeebullah en Karachi, en lo que muchos creen que fue un "encuentro falso", una ejecución extrajudicial de presuntos terroristas en los que la policía alega legítima defensa. El asesinato de Naqeebullah provocó una ira generalizada.
Protesta del PTM en Miramshah en 2019 |
Pashteen y otros miembros del Movimiento Mahsud Tahafuz organizaron una marcha hacia Islamabad para protestar por el asesinato, cuando llegaron a la capital, la protesta se convirtió en una sentada que duró 10 días hasta que el gobierno aseguró por escrito que atendería las demandas de los manifestantes: el arresto del oficial que mató a Naqeebullah, la remoción de minas terrestres, la liberación de las personas implicadas en casos de desaparición forzada y la formación de una comisión para investigar los casos de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones de derechos humanos contra pashtunes.
Sin embargo, sin llegar a cumplir lo prometido, en febrero de 2020 una redada policial detuvo a Manzoor Pashteen, así como a otros activistas del Movimiento Pashtun Tahafauz en distintas ciudades. El arresto de Pashteen es el último de una amplia historia de represión gubernamental contra el PTM; un gobierno que parece más preocupado por aniquilar cualquier protesta u oposición, que en colaborar con Afganistán para lograr la estabilidad tan necesaria en toda la región.
+info: Dawn - RabbitHole