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Mausoleo del Sultán Sanjar en Sultan-Kala |
Paradójicamente, Turkmenistán no siempre ha sido la fantasía derrochadora que hemos visto en anteriores entradas, hubo una época en la que las ciudades no se planificaban tanto pero tenían mucho más éxito. En cierto modo se podría afirmar que las ciudades más importantes (y coherentes) de Turkmenistán ya no existen, fueron concienzudamente borradas de la faz de la Tierra.
El centro de Turkmenistán es un gran desierto, el Karakum, que ocupa el 70% del territorio; en este inhóspito desierto la densidad de población apenas llega a 10,5 habitantes por km2, nueve veces menos que España. En consecuencia, la mayoría de las ciudades y asentamientos permanentes los encontramos en los límites de este desierto. Éste es el caso de Merv, una ciudad-oasis en el límite del desierto de Karakum que llegó a ser la etapa más importante del tramo occidental de la Ruta de la Seda, y su principal centro comercial.
El sitio arqueológico de Merv está situado al este de Turkmenistán, cerca de la pequeña ciudad de Mary. En realidad se compone de las ruinas de cinco ciudades diferentes y de distintas épocas, esparcidas por un basto espacio desértico. Su tamaño obliga a recorrerlas en coche o en camello...
Esto es debido a que Merv fue cambiando su ubicación con el paso del tiempo para adaptarse a los cambios en el recorrido de los pequeños ríos que la irrigaban, algo muy frecuente en las ciudades de esta región. Su posición en el curso original del río Murghab, que parte desde Afganistán, permitió a los habitantes cultivar algodón, melones y uvas. Algo impensable hoy en día viendo el árido desierto que cubre la zona.
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El pequeño y gran Kiz-Kala |
Los primeros asentamientos se remontan a la Edad del Bronce. Fundada en el siglo VI antes de Cristo, la primera mención escrita de la ciudad aparece en una tablilla cuneiforme dictada por Darío el Grande en el 522 A.C
Merv era la escala más antigua e importante de la Ruta de la Seda, la legendaria ruta que unía Asia y Europa. Esta conveniente ubicación la permitió convertirse en una de las ciudades más importantes de Asia Central, y una de las más atractivas para los invasores.
Así fue como Merv fue pasando por las manos de Alejandro Magno (de hecho cambió su nombre a 'Alejandría' durante un breve periodo de tiempo), el Imperio Seleúcida, los persas o los árabes. A pesar de estos cambios, Merv era un centro de coexistencia armoniosa entre distintas culturas y religiones. Una de las más autóctonas era el zoroastrismo, que según muchos turkmenos, nació aquí y no en Persia.
En la Edad Media, Merv había crecido hasta convertirse en la ciudad más grande del mundo. Una torre de Babel multicultural con una población de hasta un millón de habitantes según algunas fuentes, Merv era la ciudad más extensa del planeta, tenía una biblioteca con alrededor de 11.000 manuscritos y más de un centenar de caravanas la visitaban cada año.
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Al sur de Merv se pueden encontrar las "casas de hielo", unas construcciones cónicas de ladrillo del siglo XIII que se utilizaban para mantener los alimentos frescos durante el verano. |
Hasta que un hijo de Gengis Khan la destrozó totalmente en el siglo XIII y masacró a centenares de miles de sus habitantes. Corría el año 1221, y el hijo de Genghis Khan, Tolui, decidió que ya estaba bien de Merv y atacó con su ejército mongol la ciudad exterminando a todos los habitantes. Según el historiador persa Juvayni: "A cada soldado mongol se le asignó la ejecución de trescientos o cuatrocientos persas. Habían muerto tantos al caer la noche que los montículos de cadáveres se convirtieron en montañas, y la llanura se empapó con la sangre de los poderosos".
La ciudad nunca se recuperó por completo. Ahora todo lo que queda son campos de algodón y un puñado de estructuras que resistieron la furia mongola y que actualmente están declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Visualizar la Merv antigua a través de lo que queda de ella exige mucha imaginación. Prácticamente todas sus construcciones fueron arrasadas y de las ruinas que quedaron, se estima que el 75% están aun sin excavar.
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Los restos de la muralla de Erk-Kala exigen mucha imaginación para reconstruir lo que era. |
La más antigua que se conserva es Erk-Kala ("Fortaleza pagana"), una fortificación que data del siglo IV A.C. y que tenía comunidades zoroástricas, budistas, judías y nestorianas conviviendo dentro de sus muros.
Erk Kala tiene una superficie de 112 hectáreas que se remonta a la época de la dinastía Aqueménida, con la llegada de los griegos pasó a considerarse la Alejandria Margiana
Alrededor del edificio principal, construido en una plataforma monolítica, hay una muralla fortificada de adobe de casi 30 metros y una entrada que daba acceso al palacio del rey y a la ciudad de Gyaur Kala.
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Fragmentos de cerámica azul y malaquita, incrustados en los muros de Gyaur-Kala relucen al sol |
Originalmente, Merv consistía en una ciudadela (Erk-Kala) y de la ciudad propiamente dicha (actualmente Gyaur-kala). En esta zona un trabajo intenso de la expedición arqueológica de E. Masson desde 1946, nos permite reconstruir el pasado de esta urbe.
Gyaur Kala, era una ciudad amurallada que abarcaba 300 hectáreas al sur de la ciudadela de Erk-Kala. Esta ciudad de casi 2 km de longitud fue construida por orden del rey seleúcida del estado de Margiana. Al igual que pasó con la ciudadela, esta parte de la ciudad fue renombrada como Antioquia Margiana, tras la llegada de los griegos. Hoy a penas se conservan algunos restos de edificios gubernamentales.
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Fieles rezan en el Mausoleo de Yusuf Hamadany |
Los únicos edificios que se solían salvar de la ira ejército de Gengis Khan eran los mausoleos. Quizás por el temor a represalias divinas, lo cierto es que hoy en día se conservan importantes mausoleos como el del venerado Yusuf Hamadany, un erudito sufí que, según algunos, hizo 38 veces el viaje a La Meca. Se atribuye a su magnífica oratoria la conversión al Islam de miles de personas.
Hoy en día, la mezquita Yusuf Khamadani es un templo musulmán importante, un lugar de culto parcialmente reconstruido en el que la tumba se simboliza con una cripta de mármol negro decorado con ornamentos florales e inscripciones. A pesar de no tener un gran valor histórico, es un lugar muy respetado por su valor religioso. Los fieles que acuden a la mezquita y al Mausoleo de Yusuf Hamadany dan la vuelta tres veces a su tumba, siete vueltas si quieren pedir algún deseo en concreto.
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La fortaleza de los sultanes Sultan-Kala |
A diferencia de otras ciudades, en Merv no se aprovechaban los cimientos de antiguas construcciones, si no que se creaban nuevas ciudades cerca de las antiguas. Así hoy en día la ciudad de Merv cuenta con hasta cinco asentamientos distintos: Erk Kala, Gyaur Kala, Sultan Kala, Abdullah Khan Kala y Bairam Khan Kala
Durante el S.XI y S.XII, Merv alcanzaba su máximo esplendor convirtiéndose en la capital del estado selyúlcida y Melik-Shakh como era tradición mandó construir una nueva ciudad al oeste de Erk y Gyaur. Sultan Kala, la “fortaleza de los sultanes”, era una fortificación rodeada de un foso hoy en ruinas. En el norte se encontraban la ciudadela Shakhriyar Ark, el complejo de palacios de los sultanes, edificios administrativos y un cuartel militar. A pesar de comprender un área de 400 hectáreas, no es difícil distinguier a lo lejos el monumento arquitectónico más impresionante de Merv, el mausoleo del Sultan Sanjar.
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Mausoleo del Sultán Sanjar |
Menos venerado que el de Yusuf Khamadani pero mucho más espectacular, el Mausoleo del Sultán Sanjar fue creado en el siglo XII. Construido en honor al sultán de origen turco Ahmad Sanjar, sus altos muros y la doble cúpula del mausoleo servían como punto de referencia para las caravanas que llegaban a Merv.
También conocido como Dar-al-Akhyre (“el otro mundo”) se trata de una de las joyas de los selyúcidas del S.XI. Con sus 38 metros de altura supone todo un rascacielos para la época; un gran cubo de ladrillo que corona una cúpula de 18 metros, piezas de mosaico incompletas se adhieren a las esquinas. Antaño contaba con sofisticadas decoraciones de terracota, pero una dudosa restauración que suscitó numerosas críticas destrozó muchas de ellas. Por lo visto una compañía turca encargada de la "restauración" tapó con pintura blanca los mosaicos originales de la parte inferior; un destrozo que afortunadamente se interrumpió en cuanto la Unesco tuvo noticia de las obras.
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En su cúspide, la cúpula del mausoleo tiene una abertura con su propia leyenda |
Curiosamente, este mausoleo cuenta con una inexplicable claraboya en medio del techo. Según cuenta la leyenda, el Sultán Sanjar fue una figura cuasi-mitológica para su época, patrón de científicos y poetas, se enamoró de una mujer “mágica” que accedió a estar con él a cambio de que respetase tres condiciones: no podía abrazar su cintura, ni mirarla los pies mientras corría ni observarla mientras se cepillaba el pelo.
Parecen normas sencillas, pero el sultán no pudo cumplirlas. Cuando la abrazó se dio cuenta de que no tenía huesos, al mirar sus pies vio que se desplazaba volando sobre el suelo y al verla peinarse observó preocupado que se quitaba la cabeza para peinarse con más comodidad. La mujer con la que se había casado el sultán, era en realidad era un fantasma. Al romperse el juramento, se convirtió en un pájaro blanco y subió volando al cielo.
Sin embargo, poco después se apiadó de las desesperadas súplicas de su marido y le dijo que si quería volver a verla, tenía que construir un edificio alto y con un agujero en la cúpula, ella a cambio le prometió dejarse ver periódicamente a través de este agujero.
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Unos soldados supervisan los restos del Gran Kyz Kala |
Otra de las ruinas que aun se conservan es el palacio en el que, según algunas versiones, se refugiaron centenares de mujeres huyendo del ejército mongol y que acabaron suicidándose tirándose desde sus muros. El Gran Kyz-Kala medieval ("Castillo de las Niñas"), sobresale con sus paredes erosionadas en mitad de la planicie del desierto. Cuenta la leyenda que si un hombre lograba arrojar una manzana al recinto desde los arcos del vecino Palacio de los chicos, podía elegir a cualquier mujer que le gustase.
Las Kyz Kala, eran casas solariegas o keshks de los señores feudales medievales que habitaron la zona. Son como pequeñas fortalezas al margen de la ciudad. La Pequeña Kyz Kala se encuentra a unos 100 m. de la anterior, algo mejor conservada todavía se pueden encontrar detalles arquitectónicos que parece increíble que hayan perdurado hasta nuestros días.