Foto de las instalaciones de HAARP (Atomic Aerials) |
HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program) son las siglas de un polémico proyecto de la Fuerza Aérea norteamericana que traducido al español sería algo así como "Programa de Investigación de la Aurora Activa de Alta Frecuencia"; todas sus actividades se desarrollan en unas instalaciones militares (HAARP Research Station) situadas cerca de Gakona, en Alaska.
El programa está financiado por la Armada de Estados Unidos, la Dirección de Vehículos Espaciales del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL), la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA) y la Universidad de Alaska Fairbanks (UAF).
Objetivo:
En principio, su objetivo es estudiar las propiedades de la ionosfera para desarrollar y mejorar tecnología que utilice este medio para la transmisión de radiocomunicaciones o para labores de vigilancia estratégica como la detección de misiles.
Las investigaciones desarrolladas por HAARP se podrían dividir en dos grandes ramas:
- El estudio de los procesos básicos naturales que se producen en la ionosfera bajo la influencia natural. Incluyendo el estudio de cómo la ionosfera natural afecta a las señales de radio, con el fin de desarrollar tecnología que permita mitigar estos efectos así como mejorar la fiabilidad y/o el rendimiento de la comunicación y los sistemas de navegación.
- Por otro lado sería desarrollar tecnología que permita utilizar los efectos producidos por las interacciones ionosféricas así como las propiedades de esta capa. Y aquí es donde surgen muchas de las dudas...
Instalaciones:
El proyecto desarrolla todas sus actividades en un centro de investigación militar cerca Gakona, un remoto asentamiento con apenas 200 habitantes en Alaska. Los motivos para escoger este remoto lugar fueron:
- Está dentro de la zona auroral.
- Cuenta con una carretera principal que permite acceder durante todo el año.
- Está lejos de zonas densamente pobladas que podrían generar ruido eléctrico y luces.
- Es un terreno relativamente plano.
- Los costes de construcción y los gastos operativos son realistas y razonables.
- El impacto ambiental es mínimo.
La construcción de la Estación de Investigación HAARP comenzó en 1993 y comenzó a estar operativa en invierno de 1994. Actualmente las instalaciones del proyecto HAARP constan de 180 antenas repartidas por un terreno de aproximadamente 14 hectáreas.
El dispositivo principal de la Estación HAARP es el Instrumento de Investigación Ionosférica IRI, ( Ionospheric Research Instrument), un potente radiotransmisor de alta frecuencia que se emplea para modificar las propiedades electromagnéticas en una zona concreta de la ionosfera. Los cambios que ocurren en la zona modificada son analizados mediante instrumentos diversos, como radares en las bandas de radiofrecuencia UHF y VHF, sondeo digital, y magnetómetros de saturación y de inducción.
¿Cómo funciona?
Básicamente se trata de un gigantesco calentador ionosférico (también llamado bomba de HF ionosférica), un potente transmisor de ondas de radio que se utiliza para investigar las turbulencias del plasma, en la ionosfera y en la atmósfera superior.
Estos transmisores funcionan en un rango de altas frecuencias (HF) entre los 3 y los 30 MHz en la que las ondas de radio se reflejan en la ionosfera para regresar al suelo. Con este tipo de instalaciones, se puede alterar la turbulencia del plasma excitándolo desde el suelo de un modo "semi-controlado". Para ello se envían ondas de radio cuando la ionosfera está tranquila y sin perturbaciones (como puedan ser las auroras) y se observa la respuesta de la ionosfera a estos estímulos. Este tipo de observaciones son especialmente útiles para complementar las mediciones realizadas durante otros fenómenos naturales en los que se altera la ionosfera (como puedan ser las tormentas solares) y nos ayudan a comprender un poco mejor la atmósfera y la ionosfera superior.
Los científicos de HAARP utilizan estos transmisores de radio de alta frecuencia para calentar pequeñas regiones de la ionosfera y observar los efectos. Con una instalación como HAARP, es posible realizar experimentos a voluntad con los que crear irregularidades en el plasma, usar la ionosfera como una antena para excitar ondas de baja frecuencia, crear resplandores luminosos débiles como una aurora boreal y replicar una gran variedad de experimentos.
El sistema transmisor de alta frecuencia es capaz de producir aproximadamente 3,6 MW de potencia en la banda de radiofrecuencia. Para lograr ese grado de linealidad, los transmisores operan a un 45 % del rendimiento total, por lo que los generadores deben suministrar unos 10 MW de energía para alimentar al resto del equipamiento: sistema de refrigeración y estaciones de bajo nivel de amplificación.
La ionosfera:
Para entender cómo nos afectan los experimentos de HAARP, primero es necesario entender dónde actúa. La tierra se encuentra envuelta y protegida por la atmósfera, una agradable protección que se encuentra dividida en varias capas:
- La troposfera se extiende desde la superficie terrestre hasta los 16 km de altura.
- La estratosfera, con su capa de ozono, se sitúa entre los 16 y los 48 km de altura.
- Más allá de los 48 km tenemos la ionosfera que llegaría hasta los 350 km de altura.
- Todavía más lejos encontramos los cinturones de Van Allen que se encargan de capturar muchas de las partículas energéticas que tratan de irrumpir en la tierra desde el espacio exterior.
HAARP se centra en producir perturbaciones en nuestra ionosfera, un medio en el que se desarrollan muchas de nuestras comunicaciones: desde emisoras internacionales como la Voz de América (VOA) o la British Broadcasting Corporation (BBC) que todavía utilizan la ionosfera para enviar su señal de radio por todo el mundo hasta comunicaciones a larga distancia para buques comerciales, aviones transoceánicos, transmisiones militares o sistemas de vigilancia.
Las señales emitidas por los satélites de comunicaciones o de navegación tienen que atravesar la ionosfera por lo que irregularidades ionosféricas pueden tener un gran impacto sobre su rendimiento o su fiabilidad.
Aunque nuestra sociedad ha aprendido a usar las propiedades de la ionosfera a su favor durante el siglo XX, todavía queda mucho que aprender acerca de su física, su composición química, y su respuesta dinámica a la influencia solar y a las perturbaciones. Gran parte del estudio de HAARP consiste en observar el efecto de las perturbaciones en la ionosfera sobre nuestros sistemas de comunicaciones.
Polémica:Este proyecto ha sido objeto de numerosas críticas que lo acusan de ocultar su verdadero propósito. A mediados de los años 1990 hubo una gran polémica en torno a la hipótesis de que las antenas de la Estación pudiesen servir como arma geofísica o como un mecanismo para controlar la mente de las personas.
Oficialmente, el proyecto podría tener aplicaciones militares: los pulsos que emiten estas antenas logran estimular la ionosfera y crean ondas que recorren grandes distancias a través de la atmósfera inferior y penetran en la tierra para encontrar túneles subterráneos, depósitos de misiles o interferir la comunicación de submarinos.
Extraoficialmente, han surgido cientos de teorías sobre el potencial destructivo de este proyecto. Un resumen de los temores más frecuentes sería:
- Arma geofísica: Son todas las aplicaciones militares imaginables de un calentador ionosférico: desviar aviones, misiles, cambiar la ionosfera, aumentar las concentraciones de ozono y nitrógeno, provocar un caos en las comunicaciones mundiales o incluso alterar la tectónica de puntos muy concretos del planeta… además es un gran sustituto de las bombas tradicionales ya que no destruiría nada, un arma limpia.
- Control climático: Suponiendo que el HAARP operase al cien por cien de su capacidad, en teoría, podría crear anomalías climatológicas mediante la transmisión de señales de radio a los cinturones de Van Allen. Según esta teoría HAARP también podría modular las corrientes de electrojet alterando la intensidad y la dirección de los vientos zonales, provocar lluvias radioactivas, modificar la absorción de los rayos solares… Todo esto unido a la posibilidad de mandar haces de energía a zonas muy concretas del globo podría generar las condiciones meteorológicas necesarias para producir sequías.
- Control mental: Se basa en la creencia de que HAARP es un sistema capaz de manipular y trastornar los procesos mentales humanos mediante la radiación pulsada de frecuencias de radio sobre extensas zonas geográficas. Según esto serían capaces de afectar muy negativamente a las personas mediante la emisión de frecuencias especialmente nocivas o de manipular gravemente sus cerebros .
No se trataba de una preocupación nueva, en el año 1977 se firmó un tratado (la convención ENMOD) que prohíbe expresamente el desarrollo de armas que puedan interferir o cambiar el clima.
En agosto de 2002, la tecnología HAARP apareció como un tema crítico en la Duma (el parlamento ruso). La Duma entregó un informe a Vladímir Putin en el que afirmaba:
«Los Estados Unidos están creando nuevas armas integrales de carácter geofísico que puede influir en la tropósfera con ondas de radio de baja frecuencia... La importancia de este salto cualitativo es comparable a la transición de las armas blancas a las armas de fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares»
La polémica continuó en 2010, cuando varios físicos rusos acusaron a Estados Unidos de ser responsable de la intensa ola de calor rusa que originó numerosos incendios y duplicó la mortalidad. Afirmaban que el proyecto HAARP no era una potente arma que modifica el campo eléctrico y provoca cambios climáticos a nivel mundial. Paradójicamente, el HAARP tiene un equivalente ruso llamado Sura, una instalación similar pero unas 50 veces más potente que HAARP (180 MW frente a 3,6 MW).
El proyecto HAARP volvió a resurgir en enero de 2020 durante los conflictos entre Estados Unidos e Irán. Durante el enfrentamiento entre estos dos países surgieron un sinfín de teorías conspirativas que aseguran que el proyecto HAARP tiene la capacidad de manipular las condiciones climáticas del planeta e incluso provocar catástrofes «naturales», con el único fin de arruinar países enteros y evitar que se desarrollen económicamente.
La periodista Sharon Weinberger definió HAARP como “el Moby-Dick de las conspiraciones”, una especie de imán para todas las teorías conspiranoicas desarrolladas durante los últimos años. Algunos periodistas afirman que esta triste fama se debe a que no se ha comunicado bien su potencial científico (la revista Nature, es una de las pocas que analizaba el potencial de HAARP como centro de investigación ionosférico). Otros científicos y académicos han señalado que el HAARP es un blanco atractivo para los conspiracionistas porque "su finalidad parece enigmática para quienes tienen poco conocimiento científico".
Sea como sea, a HAARP se le ha acusado de provocar catástrofes de proporciones bíblicas tales como: sismos, inundaciones masivas, sequías devastadoras, potentes huracanes, tornados, tormentas eléctricas, devastadores terremotos en Afganistán y en Filipinas que buscaban “agitar a los terroristas”, apagones en el oeste estadounidense, incendios en Australia, caída de aviones en pleno vuelo (como el vuelo 800 de TWA), temblores en Puerto Rico, enfermedades misteriosas como el Síndrome del Golfo o el Síndrome de fatiga crónica, “alienación de jóvenes” como los que causaron la masacre del Instituto Columbine… la lista es interminable.Hay quien afirma que es un escudo antimisiles, otros aseguran que es un arma similar a un rayo de la muerte que podría convertir todo el planeta en un lugar inhabitable, se ha dicho que interfiere con las migraciones de las aves, que es un arma de las fuerzas del Anticristo, el arma del fin del mundo, un disruptor de comunicaciones global, un aparato que alteraría la rotación terrestre haciéndola girar fuera de control o incluso un sistema de comunicación con los ovnis. Hay teorías que defienden que el cambio climático se debe a HAARP, no al aumento en el dióxido de carbono. Otras teorías afirman que podría tener la capacidad de dominar la mente de las personas a través de la radiofrecuencia convirtiendo al mundo entero en esclavos de las élites. Como es habitual en estos casos, hay quien ha visto toda una oportunidad de negocio vendiendo dispositivos “para bloquear las emisiones del HAARP que alteran tu mente”…
Por si todo esto no bastase, también tenemos a Nikola Tesla, el más icónico de los inventores chiflados. Nikola Tesla fue uno de los sabios menos reconocidos en su tiempo y más tergiversados en nuestra época. Nacido en Croacia en 1856, Tesla fue un magnífico inventor al que debemos la corriente alterna, el motor de inducción electromagnética, así como turbinas increíblemente eficientes. El proyecto de HAARP parte de una idea original de Nikola Tesla: transmitir potentes ondas electromagnéticas que se reflejen en la ionosfera y alcancen grandes distancias.
Hasta aquí todo correcto, el problema es que Tesla también es uno de los personajes más idolatrados por todos los conspiranoicos, quienes le atribuyen la creación de un rayo de la muerte, una máquina de causar terremotos y otros muchos inventos misteriosos. Todas estas creaciones habrían quedado en manos del gobierno y de las corporaciones de EEUU tras su muerte.
Realidad:
Es complicado mojarse sobre en un tema con tantos detractores y en el que medios supuestamente serios siembran el alarmismo, pero en mi opinión de no-experto, pocas de las acusaciones tienen una base sólida científica que las respalde y la mayoría están basadas en hipótesis sobre su potencial destructor más que en datos o registros concretos. En ausencia de pruebas sólidas por parte de sus detractores, HAARP nunca ha sido un proyecto clasificado, su documentación es pública y ha respondido a muchas de estas teorías en su sección de preguntas frecuentes en la web oficial:
- No existen efectos a largo plazo de calentamiento ionosférico: Dado que la ionosfera es inherentemente un medio turbulento que está siendo revuelto y renovado por el sol, los efectos inducidos artificialmente se borran rápidamente.
- Riesgos de problema de salud: La salud y la seguridad fueron un enfoque principal en el diseño del transmisor y el conjunto de antenas.
- Controlar o manipular el clima: Las ondas de radio en los rangos de frecuencia que transmite HAARP no se absorben ni en la troposfera ni en la estratosfera, los dos niveles de la atmósfera que producen el clima de la Tierra.
- Ejercer control mental sobre las personas: La neurociencia es un campo de estudio complejo realizado por profesionales médicos, no por científicos e investigadores de HAARP.
Incluso han llegado a organizar jornadas de puertas abiertas y visitas guiadas a sus instalaciones. De todos modos, HAARP se desmanteló en 2014 y, un año después, pasó a manos de la Universidad de Alaska Faribanks. Esto quiere decir que, a día de hoy, sus fines son puramente académicos, lo cual no impide que se les siga responsabilizando de fenómenos naturales o artificiales.
Pese a ello, este proyecto es una gran responsabilidad y no hay que perder de vista que se trata del mayor calefactor de la historia, por lo que es comprensible que exista pánico, mitos y teorías conspirativas.
+info: ArcGIS - HAARP - Supercurioso