30 mayo 2022

Maraya Concert Hall - Arabia Saudí

En mitad del desierto de Al-Ula, al noroeste de Arabia Saudí, se oculta un descomunal espejismo, el edificio de espejos más grande jamás creado... El Maraya Concert Hall es todo un espectáculo de la arquitectura, una enorme estructura cúbica completamente cubierta por espejos que a pesar de su gran tamaño, impresiona por su discreta belleza. 

El proyecto fue diseñado por el estudio de arquitectura Giò Forma Studio Associato, con sede en Milán, y la construcción, a cargo de Black Engineering, terminó en 2019. Para la impresionante fachada de vidrio espejado contaron con Guardian Glass, una de las empresas fabricantes de vidrio más grandes del mundo. El clima extremo de la zona requirió el uso de 3000 paneles templados de UltraMirror, un material especial capaz de soportar los vientos intensos, las tormentas de arena y los cambios bruscos de temperatura propios del desierto.

El edificio, llamado a albergar la oferta cultural de la cercana ciudad de Al-Ula, ocupa una superficie total de 9.740 metros cuadrados, por lo que ha sido reconocido como "el edificio de espejos más grande del mundo" según el Guinness World Records.

Maraya, que en árabe significa "reflejo" o "espejo", consiste en una enorme estructura cúbica de espejo que logra mimetizarse con su entorno y camuflarse en las arenas del desierto. Es un proyecto que a pesar de su aparente sencillez, consigue un resultado fascinante al fusionar arquitectura y Land Art, una corriente del arte contemporáneo que considera que la obra y el ambiente que la rodea están profundamente entrelazados, y en consecuencia, utilizan su entorno natural como un material más de sus obras.

La zona en la que se ubican estas instalaciones cuenta con rocas talladas de forma natural, escritos históricos, arte rupestre así como numerosos monumentos religiosos. En consecuencia, el exterior del edificio refleja estos increíbles paisajes del desierto de Al - Ula, fusionando la construcción con su valioso entorno. Desde cualquier punto de vista, la enorme mole cúbica que supondría el edificio, queda perfectamente camuflada, dando como resultado una arquitectura silenciosa y respetuosa con su medio. 

El interior contiene un Monumental Hall destinado a albergar exposiciones y un teatro con capacidad para más de 500 personas donde se representan óperas, ballets, conciertos y toda clase de espectáculos culturales. A esto se suma su oferta culinaria, con un restaurante de lujo en su azotea, el Maraya Social, regentado por Jason Atherton, un reconocido chef británico. Se espera que en el futuro estas instalaciones sirvan de motor para el desarrollo cultural de toda la región.

La construcción de esta faraónica forma parte de los esfuerzos del gobierno Saudí por desarrollar el turismo en esta región; más concretamente, fue un encargo de la Comisión Real de Al-Ula, un ente gubernamental que busca promover la región de Al-Ula, como un destino turístico internacional.
Esta región estaba ubicada en el trayecto de la ya extinta ruta del incienso, una vía comercial que conectó durante cinco siglos la Arabia meridional con el Mar Mediterráneo. Como resultado de esa larga tradición comercial entre la Península Arábiga y el Levante, hoy en día es una zona repleta de construcciones antiguas y de restos arqueológicos pertenecientes a civilizaciones milenarias. El ejemplo más conocido sería la ciudad de Mada'in Saleh (que significa Ciudades de Salih), construida por los nabateos hace más de 2000 años y el primer lugar del Arabia Saudí en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Hace unos años, el estado saudí llegó a un acuerdo de conservación con Francia para aprovechar los recursos naturales e históricos de esta región; el ambicioso objetivo es potenciar el turismo y así reducir la dependencia de la producción de petróleo de la economía saudí. Este acuerdo se tradujo en un "plan a largo plazo para llevar a cabo una transformación sostenible de la región, adecuándola como uno de los destinos arqueológicos y culturales más importantes del país".

En dicho plan se incluyen una amplia gama de iniciativas en los ámbitos de la arqueología, el turismo, la cultura, la educación y las artes, con el fin de fomentar el turismo y el ocio en Arabia Saudí. El proyecto contará con una inversión de quince mil millones de dólares para convertir un área de cerca de 2200 hectáreas, en un centro cultural global con museos y toda la infraestructura necesaria para albergar hasta dos millones de visitantes por año.

+info: Elojodelarte