El Monte Washington es el pico más elevado de la Cordillera Presidencial, en las Montañas Blancas (White Mountains) de New Hampshire. Con sus 1917 metros de altitud, se trataría del punto más alto del noreste de Estados Unidos.
Conocido como Agiocochook (la morada del Gran Espíritu) antes de la llegada de los colonos, no es una montaña particularmente elevada, pero es legendaria debido a sus duras e imprevisibles condiciones meteorológicas.
La cima del monte no es especialmente alta, pero su ubicación en la confluencia entre las corrientes de aire de los Grandes Lagos y el aire húmedo del Atlántico, convierten el lugar en uno de los más desapacibles del mundo. En su cúspide convergen distintos frentes de vientos dando lugar a un tiempo errático y difícilmente previsible. Uno de cada tres días, los vientos son más fuertes que los de un huracán promedio (unos 200 Km/h para un huracán de categoría 3). Como colofón, las precipitaciones son anormalmente elevadas para unas temperatura que puede llegar a descender hasta los -47ºC, lo cual se traduce en nevadas de hasta seis metros de altura.
La suma de los vientos huracanados, sus frecuentes nevadas y sus temperaturas extremas (que apenas superan los 40 grados bajo cero durante todo el invierno) dan lugar a una sensación térmica que no tiene nada que envidiar a la de la cúspide del Everest.
Los gatos del observatorio son considerados celebridades en el valle y algunos como Pushka ("gatito" en inuit), están enterrados en la cima de la montaña que fue su hogar. Una anécdota felina de los primeros años del observatorio cuenta que uno de sus gatos, llamado George, decidió que la vida en la cima no era de su agrado; una buena mañana de verano descendió hasta la cabaña Pinkham, en el pie de la montaña, dispuesto a empezar una nueva vida más tranquila y apacible. Por desgracia para el gato, una excursionista lo reconoció y pensando que le hacía un favor, lo recogió y lo subió de regreso a la cima.
Como cuenta el genial divulgador Bill Bryson en su libro sobre los montes Apalaches "Un paseo por el bosque", el lugar es accesible en coche por la carretera Mount Washington Auto Road durante casi todo el año. También puede alcanzarse la cima con el tren de cadena instalado en 1869. Durante el verano es frecuente que la zona se llene de turistas a los que suelen poner un vídeo llamado "El desayuno de los campeones", en el que se muestran las desventuras de un par de tipos intentándose servirse un café en la cumbre.
Los vientos huracanados (por encima de los 160 km/h) en su cumbre son todo un clásico y muchos visitantes aprovechan para dejarse arrastrar por el viento o volar unos instantes. El vídeo a continuación se grabó con un viento de unos 170 km/h que, como se puede apreciar, es suficiente para arrastrar a una persona:
Todo esto puede sonar divertido, pero no está ni mucho menos exento de peligro. Desde 1849 más de 135 personas han perdido la vida en el monte Washington y otros picos de la cordillera Presidencial. Los cambios meteorológicos repentinos y extremos hacen que mucha gente salga caminando una soleada mañana de agosto y en cuestión de minutos quede atrapada en una tormenta de nieve de la que ya nunca regresan.
Con este imprevisible tiempo, es lógico que acariciar gatos junto a la chimenea y ver como se congela el agua hirviendo en el exterior sean algunos de los hobbies de bajo riesgo para quienes tienen que pasar una temporada en esta desapacible cima:
+ info: Observatorio - Gatos