28 diciembre 2021

La Costa de los Esqueletos - Namibia

La Costa de los Esqueletos es un tramo de costa desértico en el norte de Namibia, esta región debe su macabro nombre a los numerosos restos de naufragios que pueden encontrarse en sus aguas e incluso tierra adentro, olvidados entre dunas de arena milenaria. Son unos 500 kilómetros de costa muy difíciles de navegar debido a sus fuertes corrientes y su relieve irregular, y que se han convertido en el lugar de descanso de numerosos barcos desde el siglo XV.

En esta franja costera, las frías aguas del Atlántico llegan empujadas por la corriente de Benguela hasta las costas de Namibia. Aquí se encuentran con las cálidas dunas del desierto de Namib y con unos vientos desérticos que crean las condiciones idóneas para:

  1. Naufragar
  2. Nadar hasta la orilla en busca de ayuda (spoil: es una de las zonas menos pobladas del planeta)
  3. Morirse de sed, hambre, insolación y asco en el desierto
  4. Convertirse en un bonito esqueleto de los que dan nombre a toda la región

Por un lado tenemos el desierto de Namib, el más antiguo del mundo, una extensa superficie arrasada por la erosión con un clima extremadamente árido y seco. Los vientos casi siempre soplan desde el interior del continente hacia el océano, rara vez llueve y el tiempo suele ser tan previsible como inhóspito.

En la otra esquina del ring tenemos el Océano Atlántico; en este caso la llegada de la corriente de Benguela con grandes masas de agua fría produce nieblas densas durante gran parte del año y un intenso oleaje en las playas. 

El relieve tampoco ayuda, en el interior los fuertes vientos desérticos llegan al mar sin barreras físicas que los frenen. En el océano, la costa es poco profunda y traicionera, con frecuentes bancos de grava. Todas estas variables unidas podrían explicar en gran medida los numerosos naufragios registrados en esta zona.

Esta región árida y hostil ha sido temida desde tiempos remotos; actualmente se la conoce como la "Costa de los Esqueletos", pero mucho antes  los portugueses la denominaban las "Puertas del Infierno", mientras que para los nativos, esta tierra era fruto de la ira de un dios. Una triste fama que no acaba de ser del todo inapropiada, en los últimos cinco siglos más mil barcos han naufragado frente a sus costas...

Antiguamente, cuando se desembarcaba en botes de remos, esta costa era una trampa mortal: En principio era sencillo atravesar la marea y llegar hasta la costa, pero al intentar regresar a su naves los viajeros comprobaban que no había modo humano de alejarse de la costa, irremisiblemente la corriente los traía de vuelta al desierto del que zarparon. La única forma de salir de aquel lugar era caminar cientos de kilómetros a través del brutal desierto...

Namibia es el país más seco del África subsahariana​ y ha estado habitado desde tiempos prehistóricos por los pueblos san, damara y nama. En 1884 el Imperio alemán colonizó la mayor parte del territorio, formando África del Sudoeste Alemana. Son los alemanes precisamente quienes empezarían a denominar toda esta región como la Costa de los Esqueletos (Skelettküste, en alemán).

Durante la Primera Guerra Mundial, las tropas sudafricanas reemplazaron a la administración alemana y en 1920 pasó a depender de la colonia de Sudáfrica, bajo dominio inglés. Hasta 1990, Namibia no lograría la independencia total de Sudáfrica. 

El nuevo país tomaría su nombre del desierto del Namib, una palabra que en la lengua nama significa "enorme". Efectivamente, este enorme desierto cubre la mayor parte del país con sus arenas inmemoriales. Se trata del desierto más antiguo del mundo, con una edad que superaría los 65 millones de años, la época en la que se extinguieron los dinosaurios. Desde 2013 está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las zonas comprendidas dentro de este imponente desierto están entre las regiones más secas y áridas de África, por lo que subsistir aquí puede llegar a ser ciertamente complicado. Esto explica su escasa población (poco más de 2,5 millones de habitantes), que a su vez se traduce en una de las densidades de población más bajas del mundo: apenas 2,5 hab./km² frente a los 43,7 hab./km² de media en África.

Lenguas de arena se adentran en el océano empujadas por los vientos del desierto (Wikipedia)

En 1971 se creó el parque nacional Costa de los Esqueletos en el noroeste de Namibia, una reserva de 16.845 km²​ que abarca 500 kilómetros de costa, desde el río Kunene que sirve de frontera con Angola en el norte, hasta la desembocadura del río Swakop en el sur, un tercio de toda la costa de Namibia. 

Se trata de una de las zonas menos accesibles de Namibia. La parte sur se puede recorrer por carretera y es famosa por sus desoladoras playas jalonadas con restos de naufragios. Cerca de la mitad del parque, el camino se interrumpe en la Puerta del río Ugab, aquí dos grandes calaveras decoran la entrada a la parte norte del parque nacional de la Costa de los Esqueletos.

No nos dan la bienvenida, esta zona solo es accesible para los safaris ya que la arena suelta puede ser una trampa mortal incluso para los todoterrenos más poderosos. A partir de aquí continua una estrecha pista situada entre las dunas y el mar, los días en que las mareas son muy altas el agua llega hasta las dunas, por lo que resulta fácil encontrar indistintamente vehículos abandonados, viejos barcos embarrancados o esqueletos de ballenas.

Un entorno difícil que sin embargo ha sido objeto de numerosos estudios y documentales sobre la adaptación de la flora y la fauna autóctonas a las condiciones de aridez extrema: muchas plantas (como la longeva Welwitschia Mirabilis) dependen de la humedad de las espesas nieblas oceánicas. En pájaros también se ha analizado su capacidad de termorregulación, las estrategias de cría, el nomadismo y su adaptación cromática.

Hasta finales de los años 70, esta región era considerada el mayor cementerio de barcos del mundo; de hecho, hoy en día siguen encallando barcos a pesar de contar con una tecnología de navegación mucho más avanzada. Otras zonas tradicionalmente peligrosas para los barcos como puedan ser el triángulo de las Bermudas, el Cabo de Hornos o la Costa da Morte gallega (probablemente el lugar con más naufragios del mundo) no suelen dejar ni rastro de los pecios en sus costas por lo que no pueden ser consideradas cementerios.

Sin embargo, a principios de los años 80 se empezaron a abandonar barcos pesqueros de forma ilegal  en las costas de Mauritania, más concretamente en el puerto pesquero de Nouadhibou, la segunda ciudad más grande del país... 30 años después, esta bahía arrebataría a la Costa de los Esqueletos el título de "el mayor cementerio de barcos del mundo".