La nave estuvo en funcionamiento hasta 2010, cuando las denuncias de sus marineros, que llevaban cinco meses sin cobrar, obligaron a cancelar el viaje que se disponía a realizar. Las deudas contraídas por sus propietarios, de más de 250.000 dólares, llevaron a los tribunales a confiscarlo cuando estaba anclado en St. John, Newfoundland (Terranova, Canadá). Nunca más volvería a estar operativo. En febrero de 2012 lo adquirió la empresa de transportes navales Neptune International con el objetivo de desguazarlo. Como llevaba dos años retenido en St. John, no estaba en condiciones de navegar por sí mismo, así que se contrataron los servicios del remolcador Charlene Hunt para trasladarlo a la República Dominicana, donde se procedería al desmantelamiento. Pero, tras apenas una jornada de viaje, fuertes vientos y olas de 3 metros rompieron el cable de enganche dejando al MV Lyubov Orlova a la deriva sin que la tripulación del Charlene Hunt pudiera recuperarlo. Y aquí es donde empiezan las anárquicas y divertidas peripecias del Lyubov... el barco, sin capitán ni amo, era un peligro, ya que en la zona en la que flotaba a la deriva había plataformas petrolíferas y de gas, por lo que el Ministerio de Transporte canadiense envió otro remolcador mayor en su busca, el Atlantic Hawk. Pocos días después, el remolcador anunció que había conseguido hacerse con el control del MV Lyubov Orlova. Ahora bien, dada la adversa meteorología, su misión no fue devolverlo a puerto seguro sino simplemente alejarlo de la zona en la que estaba; dicho y hecho, el Atlantic Hawk arrastró el Lyubov hasta aguas internacionales y considerando que allí no sería un peligro, lo abandonó a su suerte. El 28 de enero de 2013, el 'buque fantasma' ya estaba cerca de la península de Avalon —en Canadá—. Su última localización, el 4 de febrero de 2013, fue a unas 250 millas náuticas al este de St. John’s, es decir, aproximadamente 50 millas fuera de las aguas jurisdiccionales de Canadá, avanzando en dirección noroeste. Tres semanas más tarde lo avistó un satélite de la NGA (National Geospatial-Intelligence Agency, una agencia estadounidense dependiente del Departamento de Defensa) a 1.300 millas náuticas de Irlanda, lo que puso en alerta la navegación por ese sector. El 23 de febrero, se encontraba a unos 2.400 kilómetros de la costa irlandesa, brindando una oportunidad que los amarillistas medios de Reino Unido no iban a dejar pasar. Algunos medios incluso, advirtieron de que el que "un buque fantasma ruso tripulado por hordas de ratas caníbales" se aproximaba a las costas de Inglaterra e Irlanda. Tremendo Por dar una innecesaria explicación:
El 1 de marzo de 2013, los medios de comunicación irlandeses informaron de una señal recibida de la radiobaliza de emergencia de la nave rusa. Debido a que este dispositivo solo funciona cuando está expuesto al agua, los expertos sugirieron que el buque ruso podría haber naufragado. En aguas internacionales. De acuerdo con el Derecho marítimo, al encontrar la nave abandonada, cualquier persona u organización puede declararla suya y venderla. No obstante, pese a todos los intentos, la nave nunca más volvió a ser localizada. En enero de 2014, el periódico británico The Sun afirmó que los restos del barco junto con sus hordas de ratas caníbales habían aparecido en una playa de California, pero una vez más y para sorpresa de nadie la noticia no era del todo cierta, en realidad los restos correspondían al SS Monte Carlo, un casino flotante. + info: Wikipedia - La Brújula Verde |



