30 enero 2021

Saut-d'Eau - Haití

 

Hoy nos adentramos en rito bastante oscuro... Saut-d'Eau, ("Sodo" en criollo haitiano), es una comuna de Haití situada en el distrito de Mirebalais, en el departamento de Centro.​ Es un lugar de gran importancia religiosa tanto para los católicos como para los practicantes del vudú.

Según cuenta la leyenda, el 16 de julio de 1847, la Virgen María (Virgen del Carmen, en el vudú) se apareció en la copa de una palmera. Un sacerdote francés, conocedor de cómo funcionan los temas de fé, decidió cortar la palmera de raíz para evitar todas las supersticiones que esta aparición podía generar entre sus feligreses. Naturalmente fracasó, con o sin palmera, este lugar se convirtió rápidamente en uno de los principales destinos religiosos para los haitianos.

Cada año, durante la festividad de Nuestra Señora del Carmen (entre el 14 y el 16 de julio), la cascada Le Saut, en la sección comunal de Montagne Terrible (Montaña Terrible) se llena con cientos de fervorosos peregrinos. Esta cascada está situada junto a la palmera donde tuvo lugar la aparición, y es un destino muy popular entre practicantes de vudú de todo el mundo que viajan hasta Saut d’Eau para adorar a la diosa del amor. 

La rito principal durante la festividad es el baño en las cataratas, donde muchos aprovechan para pedir favores a la Virgen o a Erzulie. El agua de esta poza también se considera sagrada para los dioses Damballah y Ayida Wedo. 

La realidad es algo menos idílica. Si acudimos a esta festividad podremos encontrar un montón de gente bañándose desnuda en una mezcla de barro y sangre de animales sacrificados, con frecuentes cabezas de vacas o cabras flotando en la mezcla. Los exorcismos se suceden con frecuencia, los devotos se retuercen, se revuelven, se agitan entre convulsiones y espasmos que finalizan con un gran grito liberador para indicar el éxito del exorcismo. 

Para acrecentar aun más la sensación de misticismo e irrealidad, las alturas de las rocas que rodean la cascada forman una sucesión natural de Fibonacci, un diseño recurrente en numerosas configuraciones biológicas, como las ramas de los árboles, las hojas en el tallo, girasoles, piñas o estructuras espirales como el caparazón del nautilus.