30 enero 2021

Kijŏngdong, ciudad Potemkin - Corea del Norte


A la entrada de Kijŏng-dong se encuentra lo que algunos llamarían la "guerra de los mástiles"

Kijŏngdong, Kijŏng-dong o Kijŏng tong es un pueblo de P'yŏnghwa-ri,​ Kaesong-si,​ en Corea del Norte. Está situado en la mitad norte de la zona desmilitarizada de Corea,​ y es conocido en Corea del Norte como Pueblo de la Paz y fuera de dicho país como el Pueblo de la Propaganda. Kijŏngdong es una de las dos poblaciones ubicadas dentro de la zona desmilitarizada de 4 kilómetros de ancho que separa las dos Coreas desde que en 1953 se firmase el alto el fuego; la otra ciudad sería la surcoreana Daeseong-dong, a 2,22 km de distancia.

La versión oficial del gobierno norcoreano es que el pueblo alberga una granja colectiva de 200 familias equipada con guarderías, escuelas de primaria y secundaria, y un hospital.​ Sin embargo, la observación que se ha hecho del pueblo desde el sur sugiere que se trata en realidad de un pueblo Potemkin deshabitado. El asentamiento fue  construido sin reparar en gastos durante los años 50, y es resultado de una maniobra propagandística destinada a promover la deserción en Corea del Sur. La idea inicial era alojar a los soldados surcoreanos destinados en fortificaciones, puestos de artillería y búnkeres subterráneos a lo largo de toda la frontera. Pese a que no puede ser visitado, se trata de la única localidad norcoreana visible y audible desde Corea del Sur, y por extensión, desde occidente. 

El pueblo consta de una serie de edificios de viviendas de varios pisos construidos con hormigón y pintados con colores claros, muchos de ellos aparentemente equipados con cableado eléctrico, un nivel de lujo totalmente insólito en cualquier población rural coreana de los años 50, tanto en el norte como en el sur; sus características más llamativas son los tejados de color azul claro y una descomunal bandera norcoreana. 

Kijŏng-dong y Daeseong-dong compitieron por tener la bandera más grande. Durante un tiempo, este "honor" recayó en el pueblo surcoreano, con su bandera de 130 kg y 100 m de altura, pero el régimen norcoreano contraatacó con la actual bandera: uno de los mástiles de bandera más grandes del mundo, con 160 metros de altura, en el que ondea una enorme bandera norcoreana de 270 kg.

Años después de su construcción, el uso de telescopios modernos reveló que los edificios eran estructuras de hormigón vacías, sin ventanas ni habitaciones interiores; que las luces de los edificios se encendían y apagaban mediante temporizadores, y que las personas que habitaban las calles en realidad eran un ejército de figurantes cuyo único objetivo es preservar el espejismo de cara al exterior. Hasta 2004, en lo alto de los edificios, multitud de potentes altavoces orientados hacia el sur emitían propaganda norcoreana las 24 horas del día. 


Catalina II de Rusia, la Grande, y Gregorio Potemkin

Kijŏngdong es paradigma del Pueblo de Potemkin, un proyecto muy bien presentado para disimular su desastroso estado real. A primera vista parece muy bien acabado y deja a todos impresionados, sin embargo le falta la substancia principal. 

Según una leyenda moderna, en 1787 la zarina Catalina II de Rusia se disponía a visitar las tierras recién conquistadas de Crimea, preocupado por el estado de la región, el entonces mariscal de campo Grigori Aleksándrovich Potiomkin hizo edificar bastidores/fachadas pintadas a lo largo de la ruta de visita de Catalina la Grande, para simular pueblos idílicos en la región, y de paso, encubrir la verdadera situación catastrófica de sus habitantes. 

El procedimiento siempre era similar, subidos a lo alto de una colina, Potiomkin le mostraba a la zarina una aldea de nueva construcción en la que supuestamente vivía gente, visto desde la distancia el pueblo tenía un aspecto idílico e impecable. La justificación para esa lejanía era que la zarina no se mezclara con la gente o por cuestiones de seguridad. La realidad era que el supuesto pueblo no era más que un escenario, esa no era la gente del pueblo, estaban ocultos en la más completa miseria. Durante la visita de Catalina la Grande, visitaron varios de estos pueblos Potemkin, que además siempre eran el mismo; al terminar la visita el pueblo ficticio era desmontado y se volvía a montar en otro emplazamiento distinto que sería visitado más tarde. La zarina regresó engañada y convencida de que se estaban haciendo políticas correctas para llevar bienestar a su pueblo. 

Esta leyenda fue muy popular en la corte entre los adversarios de Potiomkin, que envidiaban su buena relación con la zarina. Realmente Potiomkin fue un gobernador capaz que hizo mucho por el desarrollo de Crimea, pero su condición de favorito de la zarina hizo que muchos difundiesen el rumor de que Potiomkin no había llegado al poder por sus méritos, si no por sus habilidades como amante.

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