Corrían los años 30, en aquella época la cartografía era un negocio exigente y competitivo; crear un mapa requería un gran trabajo de campo y una edición bastante laboriosa. Debido a esto, era frecuente la "piratería de mapas", numerosas empresas copiaban datos de mapas ajenos para ahorrar costes en su proceso productivo, creando un negocio fraudulento que sin embargo podía reportar grandes beneficios para la época.
Las empresas de cartografía cuidaban mucho los detalles y no estaban dispuestas a que cualquiera les robara su obra. Una forma eficaz de detectar los mapas copiados era añadir pequeñas trampas de derechos de autor: una calle falsa, una ciudad inventada… Con estos datos, los autores originales tenían material para llevar a sus competidores a los tribunales, alegando que la única manera de que esos lugares ficticios apareciesen en otras obras era copiando sus mapas.
Fue en esta época cuando la empresa General Drafting Company, dedicada a la realización de mapas de carreteras, decidió incluir este tipo de recurso en sus nuevos mapas. Aburridos de que otras empresas se aprovechasen de su trabajo, el director de General Drafting Co. (Otto G. Lindberg) y su ayudante (Ernest Alpers) usaron el anagrama de sus iniciales para dar nombre a "Agloe", un lugar ficticio entre las poblaciones de Roscoe y Rockland, en Nueva York.
Así fue como en los mapas del estado de Nueva York empezó a aparecer una localidad llamada Agloe. Situada en una intersección de carreteras sin asfaltar en las montañas de Catskill, más concretamente en el cruce entre las carreteras NY 206 y Morton Hill Road, este lugar en realidad nunca había existido, era tan solo una "marca de agua" con la que denunciar a otras empresas copiadoras de mapas. Satisfechos, Otto y Ernest esperaron confiados a que sus competidores cometieran el primer error.
El primer juicio no se hizo esperar y pronto General Drafting Co. denunció a uno de sus mayores plagiadores: Randy McNally. Sin embargo, los abogados de McNally debían de ser de los muy buenos; se desplazaron hasta la ubicación de Agloe y allí encontraron un edificio llamado "Agloe General Store". Durante el juicio, este almacén (hoy en día ya desaparecido), les permitió demostrar que el lugar era real, no un simple truco anti-plagio como General Drafting sostenía.
Paradójicamente, cuando los dueños de este almacén llegaron a la zona, no sabía como llamar al almacén, así que usaron un mapa de General Drafting Co. para ver cómo se llamaba el lugar y bautizarlo en consecuencia. Tras su estrepitoso fracaso como trampa, hoy en día Agloe aparece referenciado en la cultura popular como un lugar ficticio en el que encontrarse y el Servicio Geológico de Estados Unidos ha terminado por añadirlo a su nomenclátor, eso sí, con la coletilla (Not Official)
+ info: Wikipedia
