Gigantesco mural del artista franco tunecino eL Seed en varias edificaciones de Manshiyat Naser
Toneladas y toneladas de basura cubren más de 5 kilómetros cuadrados en el barrio de Manshiyat Naser, bajo las colinas de Mokattam, al sureste del Cairo. En el resto de la ciudad a este barrio se le conoce como el gran vertedero, pero su nombre real es Manshiyat Naser, más conocido como la Ciudad de la basura de El Cairo. En esta ciudad vertedero, entre desechos y suciedad, vive una comunidad cristiana copta dedicada exclusivamente a recolectar toda la basura que encuentren a su paso, los llamados Zabbaleen, los basureros de El Cairo.
Casi un millón de Zabbaleen recogen hasta el 60% de la basura que hay en la capital. Los restos que puedan ser útiles son vendidos, el resto se almacena en sus calles donde reciclan hasta el 80% de la basura.
Aunque aparentemente sea un caos, ver tanta basura almacenada, cada casa, azotea y zona del barrio almacena un tipo de basura: latas, plásticos, papel… De los residuos orgánicos se encargan los animales: cerdos, ovejas y vacas que están en edificios abiertos habilitados para este fin.
El censo de la gente que vive allí es incierto, quizá más de trescientas mil personas. Una buena cifra para un simple barrio, pero para el resto de la ciudad, esta Ciudad de la basura no existe como tal y no dispone prácticamente de infraestructuras. Además, la mayoría de la población de este barrio son coptos y esto no es más que un agravante para estigmatizarlos más si cabe:
Casas a medio construir, carreteras sin asfaltar, basura en cada esquina y con unas condiciones higiénicas infrahumanas son las circunstancias en las que viven todos sus habitantes.
El fuerte olor, las ratas, bacterias y las enfermedades no pueden faltar en la zona. Además, por si las condiciones de higiene no fueran ya de por sí pésimas, en el barrio no hay agua corriente.
Los niños apenas van a la escuela, desde muy pequeños son enseñados en el arte de ser basurero, un ‘oficio’ que se transmite de generación en generación y del que es muy difícil salir. Además de la pobreza de la zona, al ser cristianos coptos hay una discriminación por parte del resto de musulmanes que hace que sus derechos y oportunidades sean casi inexistentes.
Desde hace un tiempo, muchas son las ONG´s que han querido tomar cartas en el asunto y ayudar a los zabbaleen a tener una vida mejor: Por ejemplo, en el 2008 se creó la primera escuela de Manshiyat Naser. No obstante, las mejoras son pocas y lentas, en parte debido a la indiferencia del gobierno egipcio.
+info: Wikipedia (Eng)